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CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

 

 

A la altura de los Pies

EL QUE ES CABALLERO REPITE

 

 

 

¡Qué Democracia Profesor!

 

 

 

Novela urbana

 

Alvaro Cristancho Toscano

 

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ALMA

EDITORIAL

La nueva era del Arte y la Literatura

LIBROS EN LA RED

 

 

 

Elaborado en E-BOOKS  C.D.  DISKETTE.

 

 

Se permite la producción total o parcial por cualquier método electrostático, film, internet o fotocopiado, sin la autorización escrita del autor, solamente requiere hacer llegar un ejemplar de cada edición a la EDITORIAL ALMA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CIERRO LOS OJOS E IMAGINO A ESTE PAIS SIN GUERRILLA, SIN PARAMILITARES Y SIN POLITICOS CORRUPTOS DEFINITIVAMENTE UN PARAISO PARA VIVIR

 

 

 

 

 

   Hubo un país donde vivió un hombre que igualó la condición humana. Con sus personajes hizo un mundo posible, y un hombre que hizo de esos personajes el sueño político y los revistió de fama. Ocuparon  por él los mismos asientos reservados al poder y la gloria.

 

 

¡...Hubo un tiempo en el que los pobres alcanzaron la gloria!.

 

 

   Un país donde los pobres vivieron el sueño  reservado para los grandes, sin saber del significado y la fantasía que en ellos se encierra.

 

¡....Hubo un tiempo novelesco,  para la democracia colombiana suficiente para escribir novela: personajes, lugar, trama, nudo y desenlace!.

 

 

 

 

Prólogo

 

   El género Novela Urbana de esta obra literaria se basa en hechos y personajes de la vida real que protagonizaron una insólita historia política en la capital de Colombia, un país lejano enclavado en medio de tres cordilleras.

 

   La mezcla de imaginación y realidad en la descripción de los hechos hacen de la novela un episodio apasionante bien distinto a la crónica periodística ampliamente difundida por los medios de comunicación durante la época en que sucedieron los acontecimientos.

 

Aquí se describe en detalle para mostrar cómo en este país existe contubernio democrático, es una desgracia lo político y  la administración pública desde siempre. Detrás de ella permanecen apostados los ¡señores...intereses!  que se sirven o se pelean su manejo.  De ahí la importancia que diera el profesor Cesar Aurelio Rosas  Rodríguez, diseñador de la estrategia, al tema político para enseñar de manera pedagógica y probada que la democracia en ese país es una vergüenza  sostenida y representada por gentes sin preparación ni conocimiento alguno del tema, ¡desde siempre!. La formación requerida de la dirigencia es ninguna e improvisada.  La escogencia de sus máximos exponentes  requieren de cero capacidades y cualidades para colocarlos como comodines y  simples firmones de los/as que en verdad manejan el poder detrás del poder. Esos/as,  en cambio, lo saben todo, lo hacen todo, lo diseñan todo y no dan la cara para nada con tal de sostenerse como auténticos demócratas.

   Así el profesor Rosas  con su experimento democrático muestra al electorado de qué está hecha la clase política en ese país. De cuánto tiempo necesita un gremio, un magnate o un ideólogo para diseñar una estrategia capaz de colocar presidente/ta de la República, congresistas, concejales/las, alcaldes/esas, gerentes/as y cuanto quiera. Treinta días le fueron suficientes  para que su tesis se impusiera y mereciera todos los análisis del mundo.  En ese corto tiempo hizo de un sencillo lustrabotas un personaje público controvertido al llevarlo a Concejal de la Capital  del país maravilloso latinoamericano desbordado en belleza y riquezas naturales.

 

   Por él conoce el mundo  los hechos que le dieron la vuelta al orbe como la noticia insólita en su momento: Un embolador concejal de la gran capital de aquel país lejano COLOMBIA, fenómeno político  nunca antes visto en democracia alguna.  Con ello demostró de qué está hecha la clase política, maquillada y de  apariencia guardada con tanto celo por la dirigencia de esta  nación acorralada y sometida durante toda su historia que mantiene enredada la voluntad de su pueblo y detiene su desarrollo.

   País sui-géneris descrito es Colombia aquí sucedieron estos hechos y otros similares que suceden a diario y no se cuentan sólo para no escribir tanta novela como ésta  capaz de arrancar las más inesperadas emociones y sentimientos con los  episodios conmovedores y hasta increíbles vividos en la práxis por sus habitantes contra su voluntad en esa mezcla de tan marcadas desigualdades sociales. COLOMBIA sigue enredado en lo político y en una seudo democracia como podemos probar.

 

     El desarrollo de la novela nos lleva al convencimiento de que es un país político en construcción y que las clases populares emergentes se imponen por el voto cuantitativo imposible de frenar.

 

 

 El Autor.

 

 

1

 

   Había caído el sol sobre la gran sabana de Bogotá la Capital; estaba entrada la noche en los cerros del asentamiento humano 'Las Lomas'  las luces alumbraban los techos de las viviendas. La gente empezaba a desfilar como hormigas de regreso a sus casas.

 

   Los colegios, las escuelas, las oficinas públicas ya  habían cerrado.

 

   El tráfico había disminuido; las avenidas descongestionadas, los transeúntes desprevenidos las cruzaban. En  los parques sólo bancas vacías, ocupadas por uno que otro indigente con el pucho entre los dientes podridos  de olores nauseabundos, de mirar fruncido y desconfiado, con el resentimiento a cuestas y como siempre: solitarios.

 

   Todo se había silenciado; las cantinas, los bares de mala muerte tenían puestos los cerrojos en las armellas. Unos cuantos borrachines caminaban lerdos al trastabillar encorvados por el peso de sus cuerpos repletos de guarapo fermentado, chicha, cervezas, ron o aguardiente cuesta arriba seguidos por sus canes que lamían sin premura gustosos su pelambre sin distanciarse de sus amos.

 

   Aquella noche uno entre  tantos de los ranchos del apartado barrio capitalino mantenía la luz en su interior.  Inusual de todos modos. Señal es que humano alguno   no ha pegado los ojos a esa hora de la madrugada en vilo a la espera de algo o de alguien o bien, indicio de estar ocupada para despistar a los ladrones que merodean el entorno. Cualquier presagio indicaba la tenue luz en el aposento aparentemente habitado.

 

   Un intruso borrachín atisbó para averiguar si era un expendio de bazuco o de trago con tal de aprovisionarse de algo para disipar el frío o calmar la ansiedad por el vicio.

 

   Con sigilo pegó su frente junto a la puerta  para percatarse de cerca por entre la abertura de la hoja de madera y el horcón lo contenido dentro; oteó. Evidenció los quejidos ininterrumpidos de una mujer revolcándose del dolor, tirada sobre una estera de juncos semi cubiertos con harapos.

 

   Algo sucede en el cuarto, pensó para sus adentros.

 

   Abrió los ojos,  espantó la borrachera con fuerte movimiento de cabeza. Está a punto de parir la fulana, íngrima, sola, asintió con ese gesto, el borrachín.

 

   En vilo la pobre desespera con las contracciones, aguanta los dolores de parto al morder un trapo. No logra dar a luz pese a la voluntad y disposición que mantiene para expulsar al crío.

 

   El hombre olvidó su intención de seguir bebiendo. Unido a la puerta sin despabilar no descuidó uno solo de los movimientos y expresiones de la doña, presintió que en cualquier momento habría de nacer la criatura.

 

   El peso del estómago caído, las contracciones más seguidas presagiaban el natalicio inminente.

 

   La expresión de angustia en el rostro de la mujer indicaba que enfrentaría sola el parto sin más ayuda que la de Dios.

 

   El rancho suspendido en la loma abandonada de aquel barrio iba a ser cuna  de tan importante acontecimiento familiar.

 

   Visiblemente cansada, confundida y  así... decidida a parir a su hijo sin la ayuda de nadie.

 

   Desliza la palma de su mano derecha encorvando el índice para secarse de este modo las piernas. No logra diferenciar la humedad entre sus muslos por tener la apariencia de sudor o líquido amniótico; quizá, rompió fuente antes de llegar la partera al rancho. No hay tiempo para deducciones, mejor avisar a los habitantes del vecindario. Vaya conjeturas a quién enviar con razón alguna.

 

   Cómo no reconocer en el borrachito al ángel de la guarda. Siguió todos y cada uno de sus movimientos desde hacía un buen tiempo pegado junto a la puerta.

 

   La telepatía existe  leyó en la suplicante mirada de la doña.    Sin dudar tocó  en la puerta contigua para anunciar lo que veían sus ojos, confundido.

-Buenos días, buenas noches..., si alguno tá' dispierto le ruego me abra, es que su vecina va a parir y tá sola.

 

   Un cerillo en medio de la oscuridad rompió la penumbra para alumbrar el cuarto.

-¿Quién es a estas horas?

-Mire... vivo en el otro barrio, pasaba por aquí de casualidá y me dí cuenta que su vecina tá dando a luz, es pa' que la ayueen; yo me largo.-dijo el borrachito incógnito- porque tengo que madrugar mañana, mejor dicho... hoy. ¡ Ta' luego !.

 

   El hombre no se dejó ver ni se volvió a escuchar. Se perdió por entre los ranchos improvisados sin  que de él quedara rastro alguno.

 

   En un santiamén estuvo levantada toda la familia vecina  para apropiarse de la misión de partear a la madre en apuros.

 

   En cuanto escuchó ruidos afuera la enferma grita temblorosa con tal de ser oída por los insómnicos transeúntes:  -¡...Veeecíiina!-.

 

   Exclamación interminable que como el cantar de un gallo viejo se escuchó procedente del rancho de la enferma, muy de madrugada.

 

   Pronto acudieron de otros ranchos mujeres y niños para ayudar a la doña en su trabajo de parto. Al parecer el borrachito había despertado a todo el barrio.

 

   Como pudo, la parturienta se dio la manera para desatrancar la puerta y permitirle  el ingreso a sus vecinos.

 

   Se volvió a echar sobre la estera extendida en el piso de tierra.

-Comadre, qué es eso que está enjerma y no avisa. ¡Mire no más! la pelvis a punto de reventar; ¡la barriga que tiene y no avisar!, ¡...eso es un descuio!; qué tal si ese señor no me hubiera llamao, se puede haber muerto y nojotros sin saber de vusted.

-Comadre no me dió tiempo, aunque creigo que espera hasta mañana pa' nacer, es jeo tar trasnochando a los vecinos.

-¡No comadre!, eso no, ese crío se viene en esto; no tiene aprontao ni alcol, ni tijeras. ¡Ya regreso!, voy a buscale porque esto no da espera, como tendrá de jrío, tiraáa sobre esa estera de juncos resecos,  ¡qué tal mi comadre!.

 

   Mientras la comadre regresa con los implementos para atenderla, ella, acosada por los dolores del parto reza un salmo en voz baja aprendido de memoria sin hojear la Biblia raída por el tiempo; la que utiliza de tranca de unas cuantas imágenes sobre un retablo apuntalado  en una de sus esquinas a modo de altar. La acompaña desde que dió a luz a su primera hija en igualdad de condiciones  a las vividas en este parto. Esto hace doce años.

 

   Termina su oración. Se echa sobre los hombros una ruana tejida por ella con lana de ovejas criadas por sus parientes en el campo. Enciende la radio para  saber la hora; es la prima noche. Sigue desconcertada.

 

   Aún de madrugada, con tembloroso pulso, no logra sintonizar emisora alguna.

 

   Revisa cuidadosamente el viejo aparato, se entera que no tiene baterías; saca del nochero su linterna para proveerle de sus pilas al empotrado transistor  en descolorida caparazón de pasta sobre una destartalada mesa de noche chorreada por la parafina de la invencible pero impaciente veladora blanca que alumbra de modo tenue la pequeña alcoba y los salmos de la Santa Biblia. El ingenioso invento de ondas sonoras en tan desvencijada caja musical funciona como por arte de magia. Canta y habla durante el resto de la madrugada  mientras los dolores y el pujo aumentan. La radio disipa y dice las horas.

 

   Asomó de rompe la comadre  en la puerta del rancho fabricado de latas y palos redondos.

-¡No demora en nacer!. Asintió  apretándose las manos.

-Eso creigo comadre. Pues a poco nace la criaturita y toy ingrima sola, -Respondió con gesto pasmaroto- apenas con el peacito de radio, mi única compañía;  le puse todo el valúmen a ver quen más  arrima y tamién es pa' tranquilizame y pa' saber las horas. ¡Toy pendiente a ver en  qué momento  nace! ¡ay comadrita!, Las rancheras y corríos del cancionero popular que colocan en este programa le dan a una ánimo pa' no desmayase porque vusted sabes que parir no es cualquier vaina. Hay que tener alientos. Si nó, puainas se queda en el alumbrmiento;  ojalá el chino nazca pronto al son de la música de carrilera pa' que cuando crezca se pegue sus borracheras en honor a este peazo de vieja.

 

   Entretanto el locutor soñoliento anuncia los comerciales con voz ronca delatora de una mala noche y en actitud mecánica da la hora: son las  2:45 de la madrugada. Allí permanece frente al micrófono entrelazando radioescuchas, habitantes de la noche: celadores, guachimanes, porteros, quienes no descansan cuidándole el pellejo a los patronos  para ganarse de esa manera el sustento mientras sus jefecitos  duermen como focas  extendidos en sus tibias camas de cedro tallado, allá en el norte. 

 

   Le apuran los dolores. Se agarra el vientre a dos manos para sostenerlo.

 

   La comadre hace las veces de partera, le advierte que está a punto de nacer la criatura puesto que los dolores  se distancian menos uno de otro. ¡Antes le daban las contracciones cada seis canciones y en esta romanza le apuraron tres dolores fuertes con pujo!.

 

   "Las Lomas"  un barrio de invasión en la Capital de la República sin centros de atención médica ni asistencia del Estado. Sin marido en esa hora,   sin familiar alguno en el rancho al que llama casa, sigue tirada con los dolores del parto  sobre la estera de juncos desgastados  con la manta de lana virgen debajo de sus espaldas.

 

    Le apura el pujo, se incrementan las contracciones, rompe fuente revuelta de moco cervical. ¡Menos mal, no es un parto seco!. Adujo la partera. En el acto acerca tijeras, algodón e hilo; con gran habilidad extiende sus manos  envueltas en un toallón limpio, se empapa con chisguetes de líquido amniótico, sujeta la toalla a las caderas de la doña sin despabilar siquiera. Con la mirada fija en la pelvis hinchada al tiempo que otea en derredor busca algo o la ayuda de alguien.

 

    Siente tranquilidad al ver la seguridad de la parturienta, en apariencia domina la situación; su rostro no refleja angustia ni cansancio  a pesar de llevar dos días en trabajo de parto. Todos sus movimientos y gesticulaciones son un conjunto armonioso, legítimo de las mujeres que dan a luz a sus hijos sin tanto apronte ni rituales.

 

    Apostada la partera, como está, hincada delante de las piernas abiertas de la doña le acomoda un hule para impedir manchar los trapos provistos para arropar al crío.

-¡Ya estamos a punto!, -Insistió la partera- ¡comadrita, muerda con juerza la tualla, no respire; haga juerza como si tuviera haciendo del cuerpo!. No vaya a soltar el aire.

..Ahíí, viene,viiíene, -Gritaba- viene;  ya asomó la cabeza. Todo sin novedá... ¡Ay mijitica es un varoncito!..., ¡qué belleza!. Con gran aspaviento se agita  para extender la noticia.

 

   Al nacer, la partera lo toma de los pies anudados con los dedos de su mano izquierda. Mientras, lo eleva aún sin cortar el cordón umbilical para propinarle senda palmada en las nalguitas. Es la tradición.

 -¡Escúche  mijita, como chilla!. Le decía insistentemente la partera a la recién parida. Ese sí va a ser un hombre grande; vá a hablar recio, tiene unos pulmones que pa' qué; ése si se vá a ser oír, no vá a tener pelos en la lengua. Todo salió bien, comadrita; su mercé es una mujer muy juerte. De algo le sirvió alimentase bien con mazamorra de tostao y alverjas.  Secándole con la palma de su mano la frente, el sudor que le corría a chorros a la recién parida. ¡Gracias sean dadas a mi Dios que le dió la dicha de parir semejante hijo!.  Mientras lo arropa con trapos secos. ¡Nació limpiecito; qué rollo más majo de muchacho!. "...¡Esque con los hijos de las mujeres pobres, sí pobres las otras mujeres!". Viejita.  Se acomoda sobre un pedazo de mueble roído para sostener a la criatura entre sus brazos a la espera de ver reconfortada a la convaleciente madre.

 

   Se echa a reir haciéndole bromas a la madre del recién nacido:-El papá del muchachito éste como que también la hizo sudar cuando lo estaban haciendo  porque ¡es majo el señor!, si no toy mal  es el que viene de vez en cuando a hacele sus visitas.  Dió un giro repentino a su cabeza  ...¡No me cierre las piernas!. -le dijo- No hemos terminao jalta  la placenta. Una juercesita más y yá...Mi querida.

-¡A la una, a las dos y a las,  yá...!

-Otra vez.

-¡...Eso tá bien!. Ya salió ya tá ajuera. Lo que jalta es naáa; trate ahora de sacar los intuertos su mercé mesma con la punta de los deos... hágase juerte de pa'bajo lo más projundo que resista, hacia abajo; eso, asina, más juerte, pa' que le salgan toóos es que esos cuágulos de sangre si se quean allá a'entro  la hacen llorar del dolor.  ¡Esos son mas jodíos de curar que pa' mayor dicir son más bravos que el  mesmo parto!.     

 

   La partera continúa dando instrucciones a la recién parida  mientras, ágilmente, centra su atención en los cuidados al niño. No descuida el cordón umbilical; debe amarrarlo con el hilo, a cuatro dedos del estómago del crío.  Lo anuda en las dos partes, a menos de un centímetro  entre uno y otro. Ahora sí  procede  a echarle tijera.

 

   Ha nacido una nueva criatura en las "Las Lomas"  de la gran ciudad.  Pronto aprenderá a dar sus primeros pasos, a reconocer el rugir de los motores de los buses y busetas para subirse en ellos con tal de abrirse caminos en la vida. Ayudará, como varón de la familia a sus demás hermanos y a sus padres cuando comience a trabajar.

-¡Luis Eduardo se llamará!... comadre.  Exclamó la partera

-Asina será. Bonito nombre pa'l muchacho cuando sea grande. Le respondió asiendo al niño por la espalda para colocarlo a mamar de su pecho.

-Güen nombre pa' un hombre.  Luche, lucho  porque la vida del pobre es siempre... lucha en esto de nuestros tiempos. Güen nombre deadeveras que suena güeno ...que le 'igan  don Luis Eduardo!.  Concluyó la frase la madre mientras contemplaba embelesada el rostro de la tierna imagen sostenida sobre su cuerpo.

 

 

 

 

 

2

 

 

 

   El niño creció sin poder ir a la escuela hasta después de los ocho años. Faltó de todo en su casa, alguien o algo. Sobraron las lágrimas; cuando no las de la madre las suyas hacían raudales  que le humedecían las migas de pan hechas bruzas en tan diminutas manos. Se quedaba dormido de hambre para lograr soñar a esa edad en que la fragilidad y los mimos se hacen necesarios. Por ello era mejor estar dormido que despierto; al fin, el sueño, sueño és. Infinitamente bello y plácido, mientras no se profane por la realidad circundante. La pesadilla de vivir al despertarse en la incertidumbre de todos los días.

¡No tener lo necesario!.

 

   Toda magnanimidad, lujo y sobreabundancia está reservada desde antes de nacer  para las criaturas que esperan con apronte en los barrios del centro o del norte, no para quienes han llegado de todas partes del país desplazados por las repetidas guerras virulentas desatadas desde siempre; familias enteras aparecen en montoneras como manadas de animales salvajes instaladas en las goteras de esta gran ciudad. Ahora están allá,  al cruzar las calles; polvorientas en  verano en el sur occidente ó llenas de huecos repletos del pantano en los gélidos inviernos en los cerros capitalinos que arrecian con furia contra las paredes de cartón en los ranchos de aquellos barrios. Los recuerdos dorados no se hicieron para los campesinos que huyen en la diáspora de todos los tiempos.

 

   Esta ciudad capital tampoco está diseñada para los pobres, hijos de la ciudad. Desde el cerro de Monserrate  hasta el relleno sanitario de doña Juana se percibe el límite invisible  por donde infranqueable cierra el horizonte el norte  para dividirse del sur, abruptamente. Para sepultar en olvido a quienes nacen en la margen derecha de la gran avenida Caracas en la prolongación que conduce a los llanos orientales. Allí crece la camada de niños y niñas en abandono total del Estado. Desde siempre; más de medio siglo.

 

   Lo primero que hacen las criaturas ávidas de todo  es abrir los ojos  para buscar su propio norte, allá  a lo lejos, tupido de nubes grises cerrado a su esperanza. Es su primer vistazo inocente al mundo; ¡no saben lo que realmente les espera!.

 

   A 2.600 metros más cerca de las estrellas el frío azota más duro. Los vientos soplan fuerte y los inviernos son inclementes; los cerros destilan toda la humedad para socavar las incipientes bases de las construcciones sin diseño.

Con frecuencia los ranchos se derrumban después de los aguaceros. La naturaleza es cruel con los pobres; a esos, sortearse  un destino  digno y decoroso es bien incierto. Su trabajo es directamente proporcional a su condición de vida; el ingreso, directamente proporcional a la labor. Se vive del día y para el día, del jornal; nadie puede escoger la actividad deseada ni menos pensar en emplearse u ocuparse en el oficio  para el cual está preparado/a. No tienen padrinos políticos  ni  amistades con poder.

 

   Ganarse el sustento o encontrar ingreso para quien no tiene amigos prestantes es tan difícil como predecir el futuro. Después de recorrer la gran ciudad repartiendo hojas de vida,  en cantidades ingentes, se claudica; ocupado/a en oficios despreciables y ruines que a merced, de no serle útil, acaban por arruinarle aún más; le quitan  la dignidad que aún tiene aventurando a perder  la vergüenza o la familia.

 

   Sobrevivir en medio de más de nueve millones de habitantes indiferentes y fríos como la ciudad misma es sencillamente insoportable. Una ciudad cálida sólo al calor del whisky y de los grandes negocios.

 

   Qué hacer si la sobre vivencia prima a la superación y a los derechos del niño. Trabajar en cualquier cosa desde temprana edad  es la meta. Sus gentes qué más pueden pedirle a la vida;  sobre vivencia ya es mucho pedir: Vender billetes de lotería,  salir a reciclar en un carro esferado, entre chatarra, botellas desechables, cartón, periódicos, y retazos. Sufrimientos legados por la extrema pobreza, escarbar entre la mugre el pan de cada día.

 

   Lucho  no recibió trato distinto al que reciben los hijos de los pobres en una ciudad  repleta de indiferencia y olvido.

 

   Qué advenimiento de juventud le esperaba  si entre las edades y los oficios no existe un lindero exacto. Todo lo determina el afán cotidiano de suplir necesidades elementales: comida, vestido, techo, medicinas, educación, recreación -todo de mala calidad-. Sin descanso; es decir, ausencia de derechos fundamentales, lejanía de gobierno. Un mundo, ajeno a los del norte.

 

   Desnutrido como los hijos de los pobres. Agua panela, panecillos comprados con centavos de baja denominación;  arroz, mazamorra, lentejas, papas, caldos escasos de vitaminas, hierro, fibra, calcio, carentes de nutrientes. La función: llenar el estómago sin proporcionarle lo estrictamente necesario en la etapa más vital y definitiva de la vida de un ser humano; incapaz de aportarle al desarrollo del intelecto, los órganos y la memoria.

 

   ¿Vestido?. Cuál vestido. A los harapos no se les puede llamar como pretenden. Vestirse  no es arroparse; tampoco tejidos finos para cocteles ni lujos. Al menos  prendas decorosas. Sus vestidos confeccionadas a mano, en casa con jirones de la tela reciclada de manteles en desuso de los estratos altos con los que ellos cubren sus mesas o las sábanas y cortinas pasadas de moda.

 

   ¿Techo?. Habráse visto tanta desfachatez junta, colocarle nomenclatura a un escampadero, remedo de casa. Atreverse a llamarla de ese modo  sólo por tener puerta a la entrada. Sin servicios públicos de luz eléctrica, de agua por tuberías; sin un rincón adecuado para hacer del cuerpo, donde las moscas se confunden con las lentejas -saltan a la mesa- cuando se llama a comer en familia.

 

   Podrá llamarse vivienda digna a ese montón de palos amarrados con alambres y cabuyas sujetos entre nudos horribles para sostener un manto plástico extendido sobre la armazón improvisada;  (...mientras los primeros veinte años) para impedirle el paso del agua lluvia o el rayo directo del sol a pleno medio día.

 

  ¡No!.  casa no es  ese espacio donde se amontona una docena de seres vivos a dormir sobre el piso de tierra.

 

   ¡Llamársele vivienda a eso! por el simple hecho de levantar sobre cartones, latas y escombros, cobertizos traídos de las demoliciones del norte, de casas que destruyen para levantar en su lugar edificios.

 

   Los ranchos, cambuches o escampaderos, no son ni lo serán viviendas para humanos aunque en ellas habiten seres que respiran y por la mañana se levanten a  soplar candela sobre piedras  para repartir la dosis de changüa con arepa y mitigar el hambre en familia. ¡A malaya fotografías para probar las desigualdades vividas en esa capital!.

 

   ¿Medicina?. No hay medicina para el pobre cuando le duele la barriga o las muelas;  la cabeza, los huesos o la diarrea, la fiebre, los sabañones y la piojera. ¿ Atención médica?,  si cuando las mujeres van a parir lo hacen a la luz de las velas acompañadas de parteras como el natalicio de Luis Eduardo.

 

   Remedios caseros. Nada de botica; la farmacia está lejos del asentamiento humano. Para curarse los parásitos, cucharadita de zumo de paico por tres días, en ayunas; para los riñones: agua de cabello de mazorca; para los cálculos renales, agua de almidón de yuca rayada, colocada al sereno; agua de ajo, agua de canela, agua de hierbas; -melón a un tener- o aguante; hasta que por si sólo se disipe en recaída  o con una fuerte borrachera. Para las verrugas o mezquinos, los relámpagos; es decir, esperar cuando relampaguee y conjurar al flash de las tinieblas: "Llévate mis mezquinos... Mis ojos de pescado o mis verrugas". También se quitan al pasar por un camino que no se vuelva a transitar y tirar granos de maíz hacia atrás; o en su defecto, piedritas diminutas con el conjuro: "no tengo nada"  sin voltear a mirar dónde han caído ni volver a pisar ese recorrido en el camino. Santo remedio es, en noches de luna llena, salir y decirle a la luna, mirándole fijamente: "tú con mezquinos yo sin mezquinos" ;  acto seguido acostarse a dormir sin volverla a mirar durante esa noche, porque si lo hace,  se llena de mezquinos  todo el cuerpo.

 

   ...Si los niños enferman, están 'ojiados'; deben rezarlos  y cruzarlos con secreto para que no vuelvan a recaer y evitarles con rezos la muerte temprana. Si les da fiebre bañarlos con hojas de matarratón. Si se "descuajan"  y no les baja la fiebre, el vómito y la diarrea sobarles  la barriga con las yemas de los dedos con ambas manos hacia arriba,  en movimientos circulares lentos,  de modo rítmico,  sin profundizar demasiado las puntas de los dedos a la altura de la pelvis  porque lastiman al paciente. En dos horas el enfermo comienza la sudoración, se levanta de la cama animado, se le  ahuyentan los dolores de cabeza y desaparece el malestar general sin darle medicamentos. Y para que no se vuelva a 'descuajar'  se le da a tomar en pócimas de café o bebidas acostumbradas por el paciente, la harina de la molleja de una gallina vieja que previamente se haya tostado al sol o a fuego lento; ese  es santo remedio.

Para la obesidad: cebolla junca, en changüas o en ensaladas, preferiblemente cruda; es el mejor diurético.

Para evitar mojar la cama mientras duerme, antes de acostarse debe orinar sobre brasas encendidas o sobre las piedras del fogón y recibir ese vapor en las partes genitales.

Para la picadura de raya colocar la parte afectada sobre los genitales de una mujer.  Para la picadura de abejas o de insectos ponzoñosos orinar de inmediato y coger tres cogollitos de distintas plantas, sin importar la familia o naturaleza,  mezclarlas con saliva y aplicarse esa masilla sobre la parte afectada.

Para la mordedura de perro echarse zumo de limón en la mordedura; eso cura y, de paso, le tumba toda la muelamenta al infeliz chandoso. 'Con eso la próxima vez lo puede morder pero sin dientes, es totalmente inofensivo; aunque muerda'.

Todas las demás dolencias, aflicciones, virosis y enfermedades crónicas o hemorrágicas  se curan con la imposición de manos, con secretos o yendo donde teguas. Nada de médicos.

 

   La vida de los desheredados, de los débiles y de los extremadamente pobres debe familiarizarse con el dolor por causa de enfermedades hoy por hoy  curables. Como si fuera poco, soportar fatigas inmerecidas en medio de alimañas y plagas repudiables que cohabitan, pueblan los asentamientos humanos en la gran ciudad. Aquí los niños juegan con las ratas amarradas del pescuezo mientras los astutos roedores se dan maña de morder las ataduras de cabuya para liberarse de esos juegos.

 

   Niños inocentes, de rostros fruncidos,  atrevidas criaturas no se espantan con la presencia de las ratas. Se familiarizan con su habitual convivencia en los ranchos, comparten la comida, la cama y el techo. Las adoptan salvajes como sus mascotas. Al igual que con los hansters  juegan los niños ricos. En la barriada niños y ratas se multiplican sin control natal. Crecen en camadas los niños  como ratas tirados por el piso de tierra y las ratas como pequeños niños, -gigantescas de todos modos-, semejan la corporeidad de tiernos conejillos. Tan grandes como éstos, ágiles como gacelas, son negras, grises y manchadas. Sus rabos estirados como antenas con sus escalofriantes manos prensiles, de ojos vivaces, brillantes como linternas, bigotes hiperactivos, hocico ávido de cualquier material biodegradable para devorar. Son roedores implacables de olor a pestilente alcantarilla pegado a esos pelos erizados con su incomparable oído murciélagoide dispuesto para captar los sonidos de la noche; con ellos escuchan hasta el sonido del hambre y la miseria para acercarse donde se halla. Escenario ideal para su hábitat.

 

   En esa latitud de la capital nació, creció y debió vivir Luis Eduardo.  En pleno siglo XX. A escasos metros del <Palacio de Nariño donde vive el presidente>  con todo su séquito y médico hasta para el dolor del pelo.

 

   La educación que recibió como herencia del sistema la adquirió en los parques; con el trompo tallado con sus manos o con juegos de mayores  en cantinas y metederos. Las primeras palabras aprendidas de memoria las repetía cuando sabía que debía utilizarlas: uta ó paputa (puta); ica, maica, maicón (marica);  io (malparido); mato (mato); onoléa (gonorrea);  uco (bazuco); uana (marihuana), culo (culo); pipí (pene); chocha (vulva); elda (mierda);  madle (madre). Porque el pobre lucho  maduró biche como todos los de su barriada.

 

   Las expresiones vulgares le acompañaron a diario como un reloj despertador; su tic-tac, era el madrazo: Párese maricón que éstas no son horas de queáse echao sobre los laureles, ya amaneció. Eso que alumbra es el sol no la luna gran pendejo o jué que se le pegaron las coooijas al culo.

 

   Se levantaba asustado de modo mecánico sin que tuviera lugar para reflexionar o persignarse o invocar al santo de su devoción. Sin su ángel de la guarda se apeaba de la cama para rebuscarse el pan y el agua tibia con sal sin más ingredientes a la que llaman changüa. Tragarlos sin cuchara en la tasa de siempre manchada, chorreada, llena de las babas de los mayores. Con la panza ahíta de cualquier cosa, sin lavarse la cara, salía a sortearse como todos los días su propio destino con las manos entre los bolsillos vacíos.

 

   Caminar y caminar sin rumbo era la misión de siempre. Regresar al rancho a hora impredecible, sin horarios, sin disciplina después de traerse encima más temores y mañas con el eco ensordecedor de pitos y bocinas de madrazos y afrentas recibidas por extraños y conocidos en la calle, en la casa, la escuela, las cantinas, en tiendas, avenidas y por todas partes del barrio por donde pasaba en procura de hallar manos generosas que le brindasen la oportunidad de un trabajo estable. Malandrines y caras detestables eran las únicas que se fijaban en el joven "Lucho".

 

   Seguía hurgando en calles y avenidas inseguras y apestantes, allí por donde ni siquiera se atreve a pasar la patrulla de la policía a pleno medio día. Balbuceando frases incoherentes y lascivas. Expresiones que masticaba en la medida en que se desplazaba por entre crápulas e indigentes vestidos de harapos que expelían olores nauseabundos pegados a sus cuerpos. Semejaban sombras de mugre envueltas de basuras, con pies y ojos humanos si se puede llamar de esa manera a la condición degradada de una persona.

 

   ¿Cómo esperar entonces el eco de otras expresiones fonéticas?, ¿Vocablos refinados para defenderse en la vida, en oficinas o en un cargo decente?  La ausencia del idioma castellano conoció desde la cuna.

 

   Lo transmitido por sus padres, en la barriada, fue siempre tradición oral; como en tiempos prehistóricos. Escuchó jerigonza. Aprendió jerigonza.

Repitió cuanto el oído atrapara en el ambiente mismo. De manera vaga, en buses urbanos o en plazas de mercado.

 

   Se comunicó con los suyos tal como ellos lo hicieran: de cualquier manera, con gestos, con alevosía, con vulgaridades en la palabra. No supo de ortografía. No tuvo reparos al escribir cuando empezó a rayar el piso y las paredes. Comprensible o indescifrable; no le importaba. Expresiones  sueltas,  palabras inexistentes en el diccionario de la real academia de la lengua de su patria. Escribía frases sin conocer de su significado mezcla de extranjerismos, regionalismos, todo admitido por los mismos de su clase a la hora de hablar, de comunicarse con sus amistades de cualquier manera o de comportarse tanto  en la calle como en la mesa.

 

   Justo a la hora de comer aparecían las historietas  de muertos y de masacres. No faltaba quién las empezara a narrar como una película fascinante: '...Se acuerdan del señor que vendía líchigo en una carretilla por las calles?...ah, pues lo mataron ayer  ¡...y cómo le dieron esos hijueputas.! Lo cocieron a puñaladas y le sacaron las triiipas. Eso le rebulleron la mieeerda y pa' acabalo de rematar cuando estaba tirao en el piso un hombre grandotote levantó una piedra como de una tonelada y se la estampó en la caeza. Si viiieran los sesos... chispiiiaron los vidrios de las ventanas, escurría la sangüaza con esa masa de sesos. Eso jué en la tienda donde  don Meneses. Allá lo dejaron muerto y eso no es naa;  al que lo acompañaa le cortaron la caeza de un peinillazo y si hubieran visto... le queó colgando del  pellejo'. Mientras, deglutían ansiosos la comida servida a la camada de hijos e hijas. En semejante escenario vivía Luis Eduardo  teatro privilegiado para narrar las más inoportunas anécdotas y tragedias, las que sin falta traían a colación. Contadas de manera descarnada por cualquiera de los miembros de la familia para  ambientar las horas de las comidas en el descrito mundo de costumbres o reminiscencias de algo o de alguien que tuviese algún parecido circunstancial con los alimentos servidos en la mesa. Oportuno para la cuñada de Luis Eduardo fue una importante reunión familiar en la que como plato sirvieron a los invitados Espaguetis.  Comenzó a narrar efusiva un inolvidable recuerdo de su infancia al ver sobre la mesa servida la cena. Exclamó emocionada: "cada vez que como espaguetis me hacen acordar de cuando mi mamá nos purgaba porque cagaba unas lombrizotas como estas"  señalando uno de los Espaguetis más largos que le habían servido en su plato. Lo exhibió al viento para luego comérselo con apetito devorador como si no le importara el mundo. En vez de causar molestia o asco a la concurrencia les fue motivo de  desternillante risa. "...Y eso no es náaa  -Continúo al ver que había sido oportuno su comentario- ¡uiiich! una de esas lombrizotas me tocó ayuaale a salir, jordicho sacamela con los deos porque taba muerta y se me atrancó y ni pa' adentro ni pa' juera  esa vez sí cuasi me guasqueo no quisiera ni recordame es que esas putas purgas si eran berracas le limpiaban a una hasta el higao, de esas purgaaas con paico ¡si guacalas!  me dan ganas de agomitar de sólo pensalo.  Miren así como esos Spaguettis eran pa' mejor deciles esas bichas blaaancas y toas babosas". Mostrando el platado humeante del que a gusto comía mientras con la boca llena iba narrando su fascinante episodio. Otro de los presentes narró algo semejante: "...Eso no es naa, a yo cuando me purgaban me salían las lombrices pero por la jeta y por la narices y me sentía ahogao, casi me matan esas pirobas lombrices". Todos reían a carcajadas y seguían degustando la suculenta cena.

 

   Cómo son distintos los modales entre clases sociales. En aquel país sin nombre viven otras gentes llamadas de clase media. Tienen televisores y los encienden justo a la hora de comer en familia para deleitarse viendo las escenas escalofriantes de masacres y de muertes  que chorrean la pantalla de sangre y de sesos como los narrados en el rancho de Luis Eduardo. Las programadoras alcanzan su mayor reating a esas horas. Presentan descarnadas historias horrorizantes que hacen dar náuseas  al más inescrupuloso de los necrófilos, pero en su defecto a las mayorías causa incomparable gracia. He ahí el por qué del éxito de esas cadenas de televisión.

 

   Las civilizaciones son disímiles en sus comportamientos y culturas. Las hay donde comerse las ratas, los gatos, los perros, las ranas, las arañas, los crustáceos, los anfibios, los lagartos es suculento plato mientras a otras causan asco. Las hay que comen ganado vacuno y es alimento de reyes mientras que  para otras es causa de condenación y muerte eterna.

 

   Así la mesa puesta es a unos acto reverencial y sagrado; espacio inundado de un aire imperial en el cual se congrega la familia y los amigos. En el que no se permite escuchar ni el zumbido de una mosca. Todo rechina de impecable limpieza. Los olores agradables acordes con la música selecta, suaves vinos, impecables manteles, utensilios y cristales dispuestos para todo y envueltos en decoradas servilletas. El ambiente suave como el aroma de las rosas que invaden los recintos donde se sirve suculenta cena.  Mientras que los nacidos en Las Lomas celebran con rochela, burlas,  chascarrillos y se muestra como reluciente cobre  lo ordinario en  modales acompañados de eructos como cuadrúpedos para expulsar ese aliento a comida fermentada, con  ruido ensordecedor que producen las gargantas estiradas para que causen mayor estruendo a manera de caja de resonancia multiplicadora de las ondas sonoras que se producen con el paso del aire revuelto del hedor estomacal por las cuerdas bucales. ¿Cómo entonces formar una familia con modales  decentes si no hubo quién los enseñara?.

 

    ...Recreación para el pobre "Lucho": un periódico  amarillista  "EL ESPACIO" que presenta sendas páginas con señoras empelotas; con clasificados que invitan a recrearse en tabernas con show de media noche, anticipados desde las diez de la mañana. Al son de música estridente espirales de humo de cuanto tabaco prenden en pleno salón.  Borrachos riegan por el piso cervezas para probar la autenticidad de la misma.  Concluye una riña callejera; decesos anunciados, enemistad y venganzas.    Trágico final  le dejaba siempre el sinsabor del esparcimiento; condenado a sobrevivir y sortear por su propia cuenta un destino incierto y adverso desde su nacimiento.

 

   Este es el cuadro pintoresco vivido por Luis Eduardo  hijo de la gran ciudad; 'habitante de la misma' repleto de indiferencia de odios y de todo tipo de componendas.

 

   Para Lucho  ésta como todas las ciudades del mundo por lo que sabía,  le parecía despersonalizada, recia e indiferente. Entonces para qué estudio. Si lo que cuenta es la suerte y el rebusque, en ésta, como en todas partes del mundo el azar es patrono, termómetro a la  hora de emplearse. Aquí se trabaja en lo que  salga; se sobrevive de cualquier manera. Los ingenieros son taxistas, los taxistas diseñan sus propias viviendas, los arquitectos manejan buses públicos, los curas dictan clases, cátedra en colegios y universidades, los seglares celebran la palabra, crean grandes congregaciones para sobrevivir; venden la fe y la esperanza. Los incautos se bautizan, optan por pagar el diezmo con tal de ganarse el cielo. He ahí la razón por la cual pululan denominaciones, confesiones e iglesias a granel. Simonía en los ritos. Para qué estudio ni que razón se tiene para ser gente decente si al final de todo, todos hacen de las suyas.

 

   La gran urbe cómo no ha de ser indiferente, fría, apática si está habitada por gente así.

 

   ¡No es la ciudad!. Son los hombres y mujeres que llegan de todas partes en busca de oportunidades para armar su castillo de naipes de la noche a la mañana; arrebatarle lo que le pertenece a los citadinos en  derecho heredado.

 

   Bien puede describirse esta gran ciudad dependiendo de donde se la mire: ciudad linda, amable, cordial, encantadora. Lo es para cada dos de tres que venidos sin estudio, trabajo o formación alguna en su seno encuentran todo eso y mucho más.

 

   Es conforme el comportamiento: amable si se es amable; cruel si mostramos nuestra crueldad.

 

   Esta ciudad es como una mujer: bonita si la cuidamos, fea si la dejamos en olvido o la ignoramos,  amable si somos detallistas, cariñosa si somos caballeros. Así es la gran ciudad; conforme seamos.

 

   Esta capital envolvió la vida de Luis Eduardo.  Uno más de los de su barrio; sin diferenciarse, sin sobresalir.

 

3

 

   No había cumplido la mayoría de edad cuando se enteró que sería padre de familia. Embarazada -su novia- Gloria Esperanza Vargas debía buscarle pieza. Conformar su propio hogar e irse de la casa paterna. Esa juventud  terminaría por reventarlo anímica y sicológicamente.

 

   'Época  maravillosa para gastarla en borracheras e historietas absurdas'. La más bella; la más torpe, entre las edades de los humanos.

 

   La juventud  es a la vez el sueño. De igual modo se convierte en horrible pesadilla; con ella se tiene la furia de los potros salvajes y la estupidez de los animales domados para espectáculos de circo.

 

   Agradan a todo el mundo. Todos hacen fortunas colosales a costa de sus tonterías. Presos de su misma libertad acaban estrellados contra sus aspiraciones repentinas. Así es la juventud,  el absurdo, el contrasentido. ¡Vaya, vaya juventud!;  ha de ser la razón por la que es efímera.

 

   Edad maravillosa edad atrevida; edad sin rumbo. Cualquier cosa se prueba en este estadio de la vida; artes y oficios, aspiraciones e intentos de hacer cuanto se mira en los espejos de los mayores. Sin probar la experiencia, sin conocer de su valor, saborearlo todo, conocerlo todo. Sin abrazar la antesala de la prudencia conlleva  a fracasos seguros.

 

   Se experimenta, se echa a pique. Cualquier oficio es bien visto, no existe diferencia entre una y otra cosa, la conveniencia o inconveniencia da igual. Cepillos, betunes desgastados dentro de una diminuta caja de lustrar el joven Luis Eduardo  creyó asegurar desde ahí bienestar para su nueva familia.

 

   Una buena tarde regresó ataviado de esas chucherías. Las había recibido en parte de pago por pintar una casa. Esa noche recogió todos los zapatos de la familia y se dedicó a ensayar para ver si era capaz con la actividad de lustrar a ejemplo de sus hermanos y cientos de amigos.

 

    A diferencia de ellos  no deseaba seguir esa forma de vida,  ese oficio conforme lo veía en aquellos lustradores cansados en las tardes. Regresar a casa con paso lento, con pausado acento en sus labios al anochecer. Repletos de cervezas. Una vez en el barrio completaban su diversión con el juego de rana hasta quedar sin un sólo centavo en los bolsillos y su caja de lustrar empeñada en las guaraperías o en las 'ollas'  como prenda de garantía por unas cuantas papeletas de bazuco o de marihuana.

 

   Luis Eduardo  entró en el gremio con timidez por todo lo que significa el oficio, con las mejores intenciones de superarlos  y dignificarse. Era sin duda sopesar sus capacidades para liderar desde su condición de igual a sus amigos.

 

    Empezó a conocer de cerca lo atinente a las exigencias del círculo; los pormenores hasta alcanzar el nivel deseado.  Tomó confianza, se dedicó de lleno a tan humilde actividad. Logró en corto tiempo sobrepasar la pericia que veía en otros para competir con lustradores profesionales. 

 

   De ese modo se ganó la confianza de los compañeros de fatigas quienes le admiraron por sus valores y virtudes, su fuerza vital. Emprendedor, capaz de sortear los desafíos en la vida.

 

   Poco parecido a sus viejos amigos empezó a ahorrar diariamente; dedicado por completo a su hogar, tarea impuesta por su férrea voluntad con tal de cubrir los gastos apenas elementales. Estaba preñada su novia y a punto de nacer la primera criatura, su primogénita. La amaba desde el vientre. Por ella se propuso luchar contra la pobreza; no deseaba en su advenimiento temprano la condena de tan amarga e ingrata forma de vida por él vivida. Ni correr con el destino de sus antepasados, sin embargo, el sino  de la miseria se resistía abandonarlos.

 

   Los días inmerecidos pesaban desde el amanecer hasta el ocaso. Con constantes infortunios; cuando no por falta de alimento en la alacena era una que otra enfermedad en cualquiera de los miembros de su familia o en los de su compañera.

 

   Una tarde de repente le avisan en su puesto habitual de trabajo en la carrera trece con treinta y nueve frente a la embajada acerca  del accidente de su hija  Diana Marcela.

 

   Fue tal el desespero de Luis Ernesto, por tan infausta noticia,  que abandonó el puesto de trabajo y corría en toda dirección desorbitado, empapado de un sudor frío y de un inexplicable temblor por todo su cuerpo.

-¡A quién podría querer más sino a su propia  hija!.

Confundido llegó hasta donde tenían a la dueña de sus días,  irrumpió desesperado por entre los pasillos del centro asistencial para ver de cerca lo sospechado, al encontrarla completamente quemado su rostro. Inimaginable escena aquella.

Se tomó por los cabellos alborotados al verla; envuelto en gritos abrazó a su compañera  Gloria Esperanza y  desconsolado suplicó al cielo. Los gemidos hacían murmullo con los de todos sus demás familiares y vecinos. De pronto desmayó en indecible desconsuelo.

 

   Una inmensa ampolla de agua envolvía el rostro de la niña de apenas un año de nacida a quien los vecinos de forma misteriosa y como un milagro lograron arrebatarle de los brazos a la muerte. 

 

   Ahora Luis Eduardo  estaría batallando para sortear el cúmulo de problemas de vulnerabilidad por la vida; padre de su pequeña criatura derretida como lava por las quemaduras y compañero de una mujer joven embarazada a punto de traer al mundo a otro ser indefenso sumando más desvelos y fatigas.

 

  Cómo mitigar aquel cansancio y fatiga causada, cómo mover el espíritu de galenos y paramédicos en medio de tan precaria asistencia social provista por un Estado agónico socialmente enfermo.

 

   Marcada quedaría de por vida su pequeña hija. Sus cicatrices darían cuenta del descuido en los primeros años de crianza.   No habrá culpable, ni quien enmiende esos  hechos.

 

  Dejemos que  el estrato esconde esas   vergüenzas.

 

   Aún no habían salido Luis Eduardo con su esposa Gloria Esperanza  del centro hospitalario; los dolores del parto aparecieron como  huésped anunciado; se adelantó sin previo aviso, sin anunciar el cambio repentino. Infortunio o ventura estar aún en el centro hospitalario para asistir al prematuro. La subieron en una camilla ser internada. El parto se había adelantado, no había duda. Los galenos hicieron humanamente lo que estuvo a su alcance conforme los recursos hospitalarios. Aquello parecía más un campo de batalla al habitual centro asistencial urbano.

 

   ¡Vaya situación inoportuna! ¡vaya época decembrina en estos hospitales!.

 

   ¡Atender a los quemados!, ¡a la parturienta!, ¡a los innumerables heridos!, ¡abaleados!, ¡apuñalados!, ¡niños quemados y mutilados por los efectos nocivos de la pólvora en similares circunstancias traídos de todas partes!, ¡asmáticos!, ¡infectados!, ¡atropellados por autos a cuyo volante iban ebrios irresponsables!... ¡intoxicados!.

 

...Las sábanas cubriendo cuerpos sin hálito...Era el mes que despide a los años y a los miembros de indecible número de familias.

 

   Los ahorros de Luis Eduardo  de todas formas no alcanzaban para costear los efectos del accidente en la humanidad de su hija Diana Marcela  lejos de una cirugía plástica capaz de recobrarle  la expresión infantil a la niña, cubrir los gastos del parto de su compañera, y rehacer el hogar con sus utensilios y cosas apenas necesarias,  pagar un cuartucho dónde refugiarse ese resto de diciembre.

 

   ¡Vaya situación indeseada!.

 

   Diana Marcela  debió crecer con la ausencia de su sonrisa angelical a diferencia de las niñas nacidas en su misma época. Las heridas las  cicatriza el tiempo, le decía a su esposa Luis Eduardo. ¡Aunque no sanen por completo jamás!.

 

   Los pliegues de la epidermis atirantados en la carita inocente dejaron al descubierto el horror de la pobreza en plena época de los descubrimientos científicos. Pudo habérsele reconstruido su sonrisa de haber nacido en otra cuna, en estrato social alto.

 

   No así la familia Díaz Vargas.. Sin más cuidados ni recomendación de cirujano alguno dejó en brazos de los días  y del tiempo la restauración de los tejidos visibles del rostro de su hija Diana Marcela.  Se curó por sí sola sin medicina distinta a los cuidados caseros  provistos por teguas y vecinos.

 

   ¡Qué sabe la niñez de los complejos inoculados por la sociedad!. ¡Qué podría pedir una niña!... pese el dolor de las quemaduras de tercer grado sin imaginar el dolor postrero causado por las miradas tiranas de la sociedad inquisidora. ¡En la edad más frágil de una niña!.

 

   Para Diana Marcela  crecer era sentir de nuevo  el ardor de las quemaduras, en el umbral de la pubertad, al notar lo recio de la vida. Desfigurada. Ahí ahonda el complejo; ahí el amor se espanta y las amistades discriminan. Es golpeada  en silencio su vanidad femenina; el mundo se cierra a sus pies. Las posibilidades  ahuyentan el éxito. Todo parece un infierno. Un infierno mayor en la medida en que crece y es consciente de la sociedad en la que el infortunio la ha colocado para exponerla al escarnio de seres revestidos de condición humana -deshumanizados-, entrenados a no ser compañeros de otro/a, sino competidor/a; tirano/a de su semejante. Ni puede compararse con ciertos animales.

 

   Ha de ser por ello explicable lo del mejor amigo del hombre el perro dada la complejidad de su cerebro para atacar a los de su misma especie. ¿Cuál galgo no se disputa con otro un miserable hueso? Y en la disputa un tímido gato al acecho se lo lleva sin mayor traumatismo ni forcejeo. Tal sucede a ciertos seres humanos.   Así se ve la vida de los humanos: disputarse espacios para conquistar poder, fortuna o prestigio. Pasar por encima de los sentimientos de los demás, pisotear la voluntad o el dolor de los que han sido alcanzados en desgracias sin previo anuncio.

 

   Luis Eduardo  se estaba acostumbrando a ese destino a correr con la peor racha. A competir para sobrevivir como los galgos. Con sus fuerzas desgastadas, minimizado en su voluntad. Nacido en un hogar cobijado por extrema pobreza desde la cuna. Sin alegría, ni juguetes, ni la buena mesa; la felicidad le huía, le era siempre esquiva. Tal vez por ello competía, rehusaba desconfiado de esos otros semejantes -los seres llamados humanos-.  Nada de ello había encontrado en éstos, ni en los de su clase, ni en aquellos otros: médicos, autoridades y politiqueros. Los humanos estaban desprovistos de ese calificativo.

 

   Las tragedias familiares que lo sacudían con frecuencia trataron de socavarle su voluntad y su estado de ánimo, pero era consciente que se encontraba solitario en medio de tanta gente; no podía hallar excusa a su soledad  -desde luego- para no lograr salir adelante. Mantiene su férrea intención de no vengarse de nadie,  ni de nada; neutraliza sus ideas perversas que de vez en cuando se le cruzan por la mente. No, le era fácil de todos modos olvidarse de todo lo guardado en el subconsciente sin habérselo propuesto.

 

¡...Acaricia con inmenso amor el vientre de Gloria Esperanza

Pronto nacerá la segunda criaturita para acompañarlos, vendrá a nutrir de sonrisas el hogar,  dulce y crudo pero al fin;  hoguera donde se cocinan las mieles de la  vida y se evapora a fuego lento la nostalgia de los momentos malos.

 

   "Si es niña le pondremos por nombre Leydi Johana,  si es varoncito Luis Eduardo"  les decía en las tardes Luis Eduardo a la hora de acostarse en una misma cama   como padre, y esposo. Nacerá sana. Cuatro bocas para alimentar, cuatro rostros para tejer sonrisas con los hilos sutiles que hilvanan las manos de los pobres para cubrir sus necesidades si trabajan pronto. Todas esas manos para ayudar a las mías,  decía Luis Eduardo. Las acariciaba con sus manos torpes mientras ellas se quedaban en sus brazos rendidas de sueño.

 

   Nada le era fácil a un simple hombre nacido en 'Las Lomas'. Escaso de vocablos,  poca fluidez en la palabra. Sin más padrinos que los del bautismo y la confirmación; ellos  de estrato social semejante y emparentado a los suyos. ¡Qué podía esperar!.

 

   Cualquiera pierde el rumbo, la fe y la esperanza envuelto en el infortunio humano de mantenerse con vida y dignidad sometido al humilde oficio de lustrar;  de estar siempre a la altura de los pies de los que le dan de comer a él y a todas las criaturas que dependen de su postración indeseable.

 

   Se repite el vía crucis todas las tardes durante veinte años. Regresar a casa para contar monedas, billetes devaluados; la paga de todo un día de trabajo, encorvado a la altura de los pies de cualquier señor porque en aquel país machista las señoras no se ocupan de ese oficio, si lo hacen no será jamás en público.

 

   Al llegar al rancho  nada novedoso. Encender la radio o la televisión, saludar a su consorte e hijas de manera mecánica sin que haya nada distinto en la relación. Lo de siempre:

 

-¿Qué trajo p'al desayuno? ...Qué se va a hacer de almuerzo... mañana.

 

   Esclavos del estómago sin mayores ilusiones que las de sobrevivir de cualquier manera.

 

   -Escúlpe  que te interrumpa en sus ojicios...Doña Gloria, ¿qué es lo que tán presentando?.

-Lucho. No se íce... escúlpe se ice descúlpe, unque te 'emores un poquito.

-Ah, perdón mi seéeñora  doña Gloria -endescúlpeme- es que vustéd si eres rebién hablaa. Pero reespóndame primero y endespués me da las leiciones de antografía, que que tan' dando repito como si juera sopa: ¿Qué tan dando en la teleiisión?

-Pues pa' que sepas toaavía no tan presentando su prograama javorito, a tooavía no ha comenzao el programa del " Heliberto de la Calle".

-¿No ha comenzao?... ¿pero ya tan dando los aelantos? ¿sí ó nó?, ¿ó es que tá mala de la jeta que le duele pa' contestar?...¿A quén va embolar hoy?.

-Al Embajaor de Estaos Uníos el de barbitas y a una de las reinas. Ya 'ieron los aelantos y me hace el jaor de dejame traájar en si no vengas vustéd y hace los ojicios no me la haga ni arrechar no me siga preguntando que pa' eso tá mirando tamién.

 

   Las constantes discusiones estaban presentes en la vida de la familia Díaz, Luis Eduardo  hallaba en la figura del personaje de la pantalla chica algo que lo  motivaba para cambiar de actitud y lo animaba para reaccionar frente a su destino.

-Eso que ese Man hace si es ni la berraquera.

-¿Qué tal uno? que sí es un lustraóotas de verdá puiera hacer lo que hace ese man en la tele, embolarle a los duros de este país los chagualos.

-Eso sí sería de película.

-Es que si uno hiciera eso lo conocerían y sería jamosísimo como el putas y tendría uno escoltas, carro blindao y cuanta nota pudiera. Las hembritas correrían a chorriarle la baba y uno  a gallinacialas como hacen esos de la jarándula y los que andan untaos de política. Eso sería rechimba pero qué vá, uno apenas ¡conténtese con soñar dispierto!.

-Ay no mijitico, si queres hacerse el emportante pa' mero conseguir viejas antonces pa' que me tienes a yo qué meramente pa' hacele de tragar?, vele las chinas como una esclaa no más y pa' que le lave la mierda, pués no su mercé. Pa' mozas eso es lo que soobran y no hace jalta ser tan emportante, descúlpe que te iga la verdád en la jeta porque yo sí no ando con tapaeras como vustéd.

-Eso  no es proóoblema de naides, que escúlpe ni qué escúlpe a mi me haces el jaoor y me reéspeta, pa' eso es que uno traája como un burro, pa' dase gustos en la viida y pademás vustéd no es la única mujer las hembritas le sobran al que sea, con grasa o sin naaá, indias eso es lo que hay ¿ó pa qué tengo esta presencia que mi Diosiito me 'iió?.

-...No pues, qué hacemos con mera priesencia. Sí tienes su pinta..., pa' que voy a negalo;  pero no se las des de a mucho tampoco, tonto lindo mera jacha.

-No vamos ajoer no me la monte, déjeme tranquilo no que aaá, déje de echame caaantaleta, ya me tienes es remamao y un güen día de estos le saco la maleta y me largo pa' la mierda pa ver que va a hacer con sus chinas y con el vitute y la cosa'epan;  desaaagradecía es lo que eres.

-Pues vusted verás eso si no es más sino que lo vaya haciendo, paqué me amenaza, pa' que me vive diciendo que se larga pa' la puta mierda, pues hágalo callao la jeta, pero sin amagues ya ta' es grande como una mula  eso si vaya mirando qué va a ser con los ojicios del rancho y con sus crías, acaso yo me puse a hacelas sola, no mijito busted jué el insistió en abrime las piernas a juro, mayormente lo ques 'ay le dejo antonjes sus chinas pa' que vea de ellas y pa' que vaya sabiendo lo que enrialidadmente es güeno.

-No qué chimba de idea la suya, chinas ni que naáa, eso si pa' que abrió las piernas, vea a ver cómo es que vamos a hacer porque  ya me tienes es con la copa rebosaáa, rejarto pa' de veras, mejor dicho iga si me vas a  ejar ver la teleiisión o me tocará  peile permiso pa' tame en mi propio rancho traánquilo; ya ta güeno de tanta mierda, cállese esa jeta y no me joa más.

-Endespués no se vayas a andar quejando que una lo trata mal y que no le dá comprensión ni que no lo entiende naides ni su mesma jamilia.

-Yaáa, silencio cállese esa jeta es que le 'ígo.

 

   Sus vecinos acostumbrados a las  grescas de la familia Díaz   no le dan ninguna importancia; hacen caso omiso de la discusión y comienzan a amontonarse al rededor del televisor para ver el programa y hacer los comentarios deliberadamente.

 

-Uiiií, seguro Lucho eso es una nota.

-Pero eso sólo se ve en las  telenoelas y en los programas donde lo único que hacen es arremedarlo a uno y burlarsen más de uno. Si o pa'qué parse.

-Pero a lo biennán ese man con ese papelazo yo creo que también nos tá dando una manita, porque ¿quién mira a un embolaor si no es pa' joelo?, desde la polecía  hasta el putas lo tienen a uno en la mira pa' tiráselo donde vaya.

-A lo bién mi parse, ese humorísta lo que es un bacán mal o bien nos dá pantalla y prestigio.

-Mire el man no dice ni embolaoor ni lustrabotas naáa de eso parserito, el mancito nos subió de categoría; dizque embelleceores de calzao.

-...Ese título si és. 

-Eso es lo que semos 'embelleceores de calzao' que más semos... Paarseros ni mierda. No somos ni mierda más.

-A lo bien parse. Yo ende que salió ese personaje no me lo pierdo. Por las noches cuando va a salir me vengo tempranito pa' mi rancho en vez de queaarme metiendo, chupando o bebiendo por ahí con malas amistaes.

-Yo tamién me traigo mi bolsaita de maíz pira y mi frascaito de aceite y pilas llego... y a la mujer:  pilas que llegó la criíispeta ponga la caáaserola y a jritar esa vaina..., ya traigo con qué mojar, alguito juerte, cervecita o tales, vustedes, me entienden.

-Jrutiño pa' los chinos chicorios; los demás que miren mientras nojotros gozamos de la viaa y los placeres.

-Es que ese man si lo hace reir a uno, sale con severas notas pa' cagásele de jrente en la jeta a esos doptores. Esque sin agüero les va es cantando la puritica verdá en la cara y los hace que'ar como un culo a esos manes.  Endespúes medio se descui'an les va es dando reeduro con el cepillo por los tobillos y les da de verdá reéeuro  porque los manes se soban de verdá y hasta se emputan por las chansitas tan pesaas del  mancito ese.

-Uy le limpia los zaáapatos a severas nenas de la jarándula a reinas y hasta  la primera aáma.

-Ese man las va embolando y las va jodiendo con preguntas y cuanta vaina se le viene a la caeza, así como uno con los clientes ¿me entiendes?.

-Pero el man parece que está rebién injormao y lo asesora alguna pinta bien estudia'a.

-No, cuáles que el asesor es una pinta reestudiaá; nada de esas... debe ser algún lustraóotas de esos que hay en el gremio sin pelos en la lengua. Porque el man es recertero. Les da  a onnde más les duele con las preéeguntas y con el cepillo en las espinillas.

-Uiiií Lucho y hasta se parece a vustéd, no le ha mirao bien la jeta 'sindy... sin dientes' como vustéd ni que jueran gemelos o hermanitos. Sólo le jaltan las patillas y quedaría ni pintao a ese  mancito.

-¿No mira cómo se coloca la cachucha?.

-Eso es que lo vio y se la copió. Toca que lo emande... cobre derechos de aptor, jajajaja. A lo mejor ese man se lo está es gozando a vustéd,  a lo bien en si noo por qué tan parecío a vusted.

-...Naa 'e eso; la mera coinciencia.

-Noóoo qué va, pura coincidencia. Si yá voy toñito.

-¿No será que tu papá tiene por ahí su guardao?.

-Yo no soy el único así como ese man. Diíigame a cuál lustra'otas no le jalta un diente o una muela o la tiene retepodría que ya se le cae de picha. O cuál embolaor no lleva sol como el putas y tiene que ponese la cachucha o qué tal uno con soóombrero no eso si sería reboóoleta pero la cachucha, normaáal.

-Lo de jetón, uséase grosero ¿ tamién...?

-Cierto Lucho que ese man se pilla too lo que uno hace y lo que uno díce porque parece que no juera uno de la teleiisión sino uno de nojotros.

-Ahora ya semos más jaáamosos si ves: por el tal embolaorcito  ese.

-Ya no nos dicen embolaores ni lustraóotas sino embelleceores de calzao,  ¡qué noóota!.

-Ya no solamente estamos en la teleiisión; tamién estamos primeramente que toóo, tóas las mañanas en el radio  NES  con ese  lustra....lustra y el muy jamoso del diretor de la emisora.

-Sisas men, que ese man está po' lo alto con toóoa y eso es una vaina bacana pa'l gremio.

-Nos toca subile a la embolaíta. Hay que hablar es en el sindicato pa' que nos pongamos segundamente que too toóos de acuerdo y hacer valer mejor nuetro traáajo.

-Sabes que sisas men, esa sí está regüena, subámole; no ve que ya salimos por televiión y toóo.

-Si esa és, sisas.

-...Yo sí como sueño con ser algún día jamoso como ese man si puiíera de pronto un güen día de estos conocélo sería rechimbita pa' peíle un aptógrafo al man, pero esos aptores no salen sino por tele-isión,  por la calle nunca andan porque les da culillo y por lo de la jama...

-Chinos;  es que eso tiene su precio y tienen que cuiarse.

-Pero a lo que es bien, me dejo crecer las patillas como las del embolaor de la teleisión pa' que así la gente díga: una embolaíta y ¡claro! es cuando púeeo terceramente que toóo de unas subile una luquita más a mi traaájo.

-Qué tal que lo entreisten y digan en los perióiicos, encontramos a un embolaor igualito... mejordicho el doble del de la tele-isión pero éste sí es lustrabotas de verdá.

-Sisas, que todo bien;  el que se hace en la calle diinuee con seitima.

-Se imaginas la mano de cámaras a la pata mía piiéndome que les diga cuánta  gueonaáa de la vida mía que a dónde vivo, que cómo como, que cómo uermo, que si soy casao, que si soy soltero, que si tengo  las lucas, que si no me da mieo andar sin escoltas y toóo eso. Mejor dicho chicho, jamosísimo como el putas; aptógrafos a las nenas y toóo el mundo diciendo que yo lo ví, que yo le dí la mano, que lo toqué. Ni que yo juera un santo pa mejor dicir eso sí sería rechimba pa' dale de qué más garlen y rajen los veéecinos, esos malparidos vecinos pa' que mueerdan, pa' que chuúupen. Que 'iigan ese man es vecino mío. ¿Quén les va a creer? que yo vaya a ser vecino de semejantes pichurrias. Mejor dicho no me las creo siendo emportante. Ahí si,  qué chicha ni qué guuaárapo, ni qué cerveza, no la chimba esas bebías embreagantes dan dolor de caeza, guaáayao y tujo, no me las creo: que Guiskey, champán, vinos caros pa'l doptor, coiteles en restaurantes jinos y almuerzos con pescao de mar, caaazuelas, no meros ajrodisíacos y que se tengan las indias porque si se llenan de chinos eso sí yo no reeespondo. Mejor ni pienso nadaa de eso porque soy tan de demalas que hasta me resulta toóo como leido en la mano por una gitana vieja,  porque como lo que uno de pobre 'íce, le sale. Uno 'íce: se me va a caer el rancho y tóme marica;  por la noche cuando llega endespués del aguacero tome, tóme, tenga, pa' que lleve regüevón; encuentra uno la mujer berriando con las chinas encima de una piedra y así mesmito como uno se lo imaginó el rancho en el suelo.

Uno de pobre díce que mi mujer no vaya a quear preñaáa endespués de este polvazo y tóme, al mes:  'mijo no me llegó lo que sabemos... la mestrua'. Uí,  remarica -esa ni me las cante- pero ya es tarde; es que es como una maldición la lengua del pobre.

Que no güelvo a jartar porque me dan en la jeta y pisa uno una puta tapa de cerveza y preciso resulta uno con su ootellazo en la mula sin saber de 'onde se lo mandaron y pa' más metío tres días en el calaozo o  en la cárcel, sin saber porqué o cómo salise uno de la güandoca. Porque es que al pobre lo que le mandan es la oóotella pero vacía y se la sirven por la mula.

Que mijo no vaya solo porque se lo roóan y tóme, cuando llegan: que el chino no parece. Preciso lo que yo dije que se lo roan y ay tá,  se lo roan a uno cuando tá sute o en un descuido de los taitas se lo carga el duende, la patasola o la berrionda. Aunque andan con el cuento que no son tales sino que son es la ree de las tratas de blancas pero yo no sé por qué le dicen de blancas si lo que más se cargan son es a las negras.

...Por eso no vaya a ser que resulte el hijo de mi mamá -ánima bendita- too con la jeta llena de empollas de mero trasnochar y jartar Güiskey con escoltas. Es que la viíia da muchas güeltas y en una de tantas a uno de micio tamién se le enreda la suerte. Casos se han visto de gente que es micia  micia,  arruinaáa, arruinaáa como uno; van de la noche a la mañana y  topan su marmaja escondía en la de suertes.

-Pa mí, pa mí que lo que es pa' uno, es paaa uno y no se lo quita es naides. Si le han de dar,  le guardan y si está jrío se lo calientan. Eso es como la estrella con la que cada  cual nazca; puros golpes de ruina o puros golpes de suerte o si mi Diosito quiere: pues una y una.

...Güeéeno gente se acaó el cine de los pobres a ormir pues porque mañana otra 'ez a lo de ayer y de hoy, a voliarle trapo ventiao a los clientes. Veinte años en el ojicio ya me sé este rollo de memoria, mejor dicho yo ya con  cuarenta años a las costillas estoy pa' jubilaáme y sin un centaáaitoo, qué racha. Es que la viiía  del pobre si es mejor dicho como mi nombre luche y lucho y naáa de ná. Güeno mi gente micia chaítos y que duerman como las jaulas con el pajarito aaáentro. Eso sí tengan cuiao de que no les quede gustando porque endespués cambian de ojicio y se les tuercen los cables.

 

   Agosto había llegado lluvioso, nada favorable para el gremio; disminuiría la afluencia de clientes. Pintaba gris económicamente de tal suerte que estaría difícil para conseguir el diario. Luis Eduardo había llegado ese trece sin ánimo de trabajar. De camino al trabajo escuchó en el bus la trágica noticia de que habían asesinado al humorista Jaime Garzón el mismo que hacía de Heriberto de la Calle.

 

   Se sentó como de costumbre a esperar a sus clientes con pesada tristeza encima; saludó a sus compañeros y participó de su dolor.

-¿Ya saáen la última?.

-¿Quéee?

-¿Lo del man de la Televiión?

-¿Cuál de tantos?

-Ese que nos arremedaba.

-Sisas,  men. El  Heliberto de  la Calle.

-Qué le paaasó.

-Cóoomo así que no sabe la nota.

-Pero cuál nota ni qué, suéeltela de unas.

-Pués que le magrugaron esta mañana pa' dale.

-¿Cómo así lo maataron o qué?

-Pissclaro, que le dieron fué chumbimba corría.

-Lucho,  no se dejes crecer de a mucho las patillas ni pienses que va a ser como ese man porque ésta mañana le dieron en la torre. Le están dando a los duros.

-Siiísas men; esa nota  si está áspera le 'ieron unos motorizaáaos ya escuché en mi raiecito de pilas. Pa' que sepas yo tamién toy reinjormao yo lo que ando es en la juega, lo que no escucho me lo cuentan y lo que no me sepa me lo invento sino pailas papá.

-Sisas le dieron cuando iba pa' la emisora del radio NES por esos laos de  quinta parees por corjerias.

-Qué tal esos maláaparidos le caáascaron al embolaorsito de la Calle; es que uno de pobre si es de ademalas. ¿Sí ves que cuando el pobre saca la coiija ese día llueve?. Qué  pichurrias, cómo le dieron piso al hombrecito.

-Nooo seeñores cagaáa que le hayan daáo  piso al mancito; eso de los chistes tampoco era pa' tanto.

-Tampoco como pa' que lo quiéebraran.

-...Depronto es que le pegó con el cepillo en los callos a algún duro y se las cobró rejeo.

-Queéeva  depronto los jaltoniíio, como esos manes andan enredaos en too  y pailas lleve pa' la casa.

-No qué tal eso, no con  los acostaos si no se metas no seas enrresponsable y jetón, déjelos quetos, el hombrecito ya tá muerto y  pademás a vustéd no le tragó naaa mas bien reeéspete las ánimas benditas... no sean maricas.

-Nos dejaron sin angel guardían.

-Yo que tenía mis ganas de conocéelo, no perdía mis esperanzas de saluaálo pero por lo que me dices lo voy a saluar es ya muerto ya pa' qué putas.

-Prendas el radio y verá que todas las emisoras no hablan sino del man. Del tal embolaor.

-Ui, sisas,  mire como hablan del maán.

-Cómo así,  ¿...ese era el mesmo que salía en la tele?.

-¡Piíisclaro men, el mesmo!.

-No, ni me imaginaba que era el mesmo.

-Cómo así, no ven que por aquí se la pasaáa.

-Claro que lo conocí... y hasta me saluoó muchas veéeces pero ni imaginame que era el mesmo  de    la tele.

-Yo estaba convencío que ese embolaooor de la Calle era un man como nojotros que se lo llevaban a embolale a los duros por teleiísión.

-Noóo ese man era reeelegante él hacía el papel de nojotros pero nada qué ver. El man era un duro; amigo del presiéente de la República, era doptor, había sido alcalde en el páramo  de sumapaz y hasta el hijueputas. El verdaero nombre del mancito era Jaime Garzón.

-Ese man no era cualquier lagaña de mico.

-Si; Jue alcalde del  páramo  de sumapáz y le ganó un pleito al presiente  Pastrana por una tonelaa de grasa, las relucas, la relana.

-Vustéd qué crees con razón le ieron piso, sisque le tenían un hambre la tenáz yo creigo que jué el mesmo gobierno hijueputa pa' no pagale; como no son de gorroneas.

-Isque les dolió la millonaa esa que les ganó en el pleito ese.

-Cuáles si lo cascaron jueron los de la banda de la Terraza de Meellín, porque  el mancito había ío onde un duro  de los que tienen moelando aquí en el patio de maicima seguriíaá, pa' buscale una cita con el duro 'e los duros  y él este jin de semana tenía una cita con ese man, uséase  hoy  mesmo  y   ya ve...le ieron jué piso.

-Cómo así, cómo así.

-Pues que el mancito que tá preso en la cáarcel lo iba a conetar con el duro... ¿yá? ¿ó te hago un diujito pa' que me entiendas?, qué tal éste mancito con lo avispao que se ve y no entiendes.

-No pues claro que esas las entiende es cualesquiera;  ¿pero onde era la cita?

-Pues no seas tan quedao pues  a dónde sería, pues a donde se encuentra el duro de los paracos por los laos de la  costa o no se sabe por'onde, pero le hicieron la jugaa.

-Sí. Eso es lo que se escúcha: que al mancito le tenían hambre los unijormaos por andar metío en eso de los secuestraos que dejan libres los guerrilleros.

-Uséase que no era un aptor de teleiisión solamente?.

-Lo de la teleiisión y lo de radio NES era de  pura pantalla porque él lo que hacía de adeveras era  ayuaar a soltar secuestraos y eso sí que mueve la regrasa en verdes; puros verdes, nada de monea nacional. No ves que en uno de esos viajes que hizo pa' llevar un camionao de verdes pa' hácele el javorcito a unos ricachones de la capital jué cuando se queó dormío manejando y se jué a la cuneta y casi marca calavera. Lo  que sí se quebró juéron las patas y de toas maneras ese man no se dejó pillar y como púo hizo la guelta y se trajo al secuestrao y lo entregó sin proooblema a la jamilia. Es que ese  tipín era reeduro pa' las que juera. Por eso le tenían la rehambre y se lo traaagaron esos malpaaaridos  del gobierno.

-No eso mejor cállesen la jeta gorroneas porque ya empezaron jue a garlar pura mierda. Endespués aparecen tiraos en un zanjón con la boca llena de moscas.

-No pero eso es lo que se anda 'iciendo a los cuatro vientos; antonces que maten a todos los que andan con el chisme.

-Sisas, conétate. Que maten al cuaatrovientos.

-Eso es. Por qué se tiene uno que callar si es la verdá.

-¿Cuál verdá ni que verdá del culo, mejor cállen esa jeta y póngale a traaajar que con lloriqueos y lamentos no vamos a llevar naa de naa pa' la rancha...

-Nooo, yo si sé por qué le dieron piso al embolaor de la Calle. Es que ese man andaba con severas nenas y se metía con una y otra. Vustedes saben que las jembritas corren pa' 'onde está la grasa sin importáles ni mierda lo que les pase. Son cachonas las hijuemadres y ni que marío ni que noios, a la grasa es a la que buscan así sea un garabato o sea  un  cerdo con tal de quitale las luquitas que lo demás lo lava el aguita y el jaóncito.

-Eso sí es la mera verdaita, esque ese man no le gustaba el monocuquismo, pero tamién conozco unas zorras que teniendo de too en la rancha se van con los chojeres a aguantar hambre y a pasar neeecidades con tal es que las tengan claadas como las tablas y eso si no chistan es naa, así las hagan gipiar. Esos manes vivíores las ponen de esclaas y que pueeen pediles si lo tenían too y ahora que lleven del tabliao por zorras.

-Pa' mas decir es que a las mujeres si no hay quen las entienda; joen si tienen y joen porque les sobra o por que les hace jalta alguna güeonaá. Por eso es que Dios dijo ámelas, no dijo entiéndalas.

-Güeno, esa si puúe ser la verdá. Lo que pasa es que too el mundo sabe cómo conquistalas pero naides sabe como agüantáselas. Y es que ese man de toas jormas tenía su pinta a mi me late que jue por hembras; la bronca no jué por otra cosa.

-Sisas men, sabes que esa sí pueé ser. Algún man que se sintió herío como dice la canción en lo más projundo de su amor propio y tenía su corazoncito y  le dió la de celos y tome pa' que lleve pa' la rancha, lleve bala y pademás como  la viia de uno no vale ni mierda: par sicarios, motorizaos y les dieron su  jayaco y la regrasa pa' que les hiciera la güelta.

-Es que aquí la viiia no vale naa, vale más la de  perro e ricachón.

-Yaaáa remaricas, juera lo que juera el mancito ya tá con las patas pa'lante y con hablar más mierda  naides lo va a levantar   ¿ ó si?. Cuál es resucitador que salga pa' velo.

-Siiísas, dejemos a los muertos quetos no vaya a ser que nos metamos en proóolemas y pailas por bocones.

-¿Cuándo lo entierran?.

-Quínsaee, toaáía está en el anjitiatro, allá 'onde lo llevan a uno cuando se muere pa' hacele tooós esos esámenes y saber de qué murió o quén lo mató o paqué se murió.  Mayormente onde los meéeicos aprenden a costillas de los dijuntos;   los pobres  que no tienen doliente los van rajando y hacen con ellos jiesta. Sobretoamente le adelantan las vacacioncitas a unos cuantos desguaranbilaos pa' llevalos al anjiteatro y poder graduase..

-Esto va tar tenáz, escúche como lo quería la gente.

-Ni que huiera sío el presiénte.

-No púes, si hubiera sío el presiente lo que estábanos era jelices, jajajaja.

-Pero quen va a querer a esa pichurria, no mira cómo nos tiene?.

 -Que mano de amigos de toóos laos como lo lloran; esa plaza de Bolivar está que no le cabe ni un tinto ta' hasta las tétas. ¡Reeeteta!.

-Eso allá  tá culo con culo pa'  mejor dicir.

-Nojotros tenemos que ir a velo, ese man era un severo seeñor; que lástima que se lo tragaron miserablemente esos hijueputas.

-Esta tarde cuando lo lleven a velar al capitolio, nos vamos es toós y le llevamos su ramillete de jloóores.

-Que lo llevan al capitolio a velalo allá con los padres de la patria eso es lo que 'icen en el radio.

-Uí pero pa' que lo van a velar allá en semejante nío 'e ratas, eso si  tá mal. Cómo van a llevar al mancito a semejante desprestigiaero así juera lo que juera pero no era ni político ni ratero antonces pa' que lo llevan pa'llá pa' acabalo de rematar.

-Vustedes saben que así son los políticos; cuando ven una carnaa que les traiga pueblo antonces se aprovechan porque bien dice el dicho que en río regüelto ganancia es 'e pescaores.

-Cagaa onde lo jueron a llevar pa' velalo.

- Qué vamos  hacer, dejémos que el agua corra y vamos esta tarde a velo.

-Yo sí voy a acompañalo toda la noche si o pa'qué...Ya endespués de que lo entierren ni pailas, se queéea uno con el remordimiento de no habelo acompañao.

-¡Ah, listos!; hagamos la vaca pa' comprale su buena guirnalda.

-El espíritu de ese man no nos aándona; toy seguro que nos sacaremos el clao de alguna manera. Ojalá y mi Dios nos de licencia de hacer algo, no sé como, ni cuándo; pero ese embolaor de la Calle  no poemos dejálo que se muera así como así. Lo mataron pero ahora es que está más  reéevivo que antes.

-Sí. La chaárlita taá baaácana pero a palo seco pailas; ya que escuché hacer vaca o es que me zumban los oidos pasen la vasca pa' ver cuántos semos y  recoleitemos entre toos pa'l chorrito, un güarilaque pa' pasar la pena, ¿si o paqué?

-Yo no he bajao bandera toaía, pero si es pa'l chorrito o pa'l baretico me esculco.

-Porai si suena mejor la vaina porque mera garlaáaera nanai cucas,  iscúlquense a ver que les dejó la mujer o la hembrita anoche; porque too pa' ellas tampoco..., dejen lo del vicio mas quesea. Que eso es primero que la comía y lo del arrendo.

-Pero reeebién como platícas mi paaana. Eso si da ganas de seguilos acompañando otro rato.

-Ui pero queeeé, que es que esta reunión se nos tá agrandando; mirénmelos  los tan soltando o es que nos los tan mandando; 'e toos moos los que van llegando tamién bájesen de la mula pa' traer el chorrito o lo que sea. Taales  ¿si me entiendes...?

-Bien por la colaoración eso sí es soliariá con el gremio ya con estas luquitas tenemos pa' empezar. Por algo se empieza parranda 'e micios.

-Vaya, cóorrale ¿qué... ya regresó con  la encomienda...?

-Listos, así es bacano entre toos nojotros  que puíeramos seguir así uníos pa' lo demás como nos unimos pa' estas notas.

- A proopósito, ese man de la tele ya taba cucho o cómo ¿cuántos  años tenía?.

-¿Cuántos años tenía...?

-Tenía treinta y nueve años   era moóoelo sesenta.

-Eso,  es que esa generación mejor dicho es la más berraca que ha nacío en este mundo. No conozco un moeéelo sesenta flojo ni anónimo ni agüevotardao

-Eso si es verdá; mire cuál  no tiene las relucas o sale con alguna güeonaáa rara pa' tramar a los demás. Deveras no conozco ningún apelotardao del sesenta..

 

 

       4

 

 

   Todos y todas ríen cuando los personajes del humorista aparecen en la pantalla chica o en los parques. Todos y todas entristecen cuando descansa el humorista, todos y todas lloraron cuando mataron a Jaime Garzón Forero padre de la sonrisa  y es que lo mataron una mañana de agosto por mimetizarse entre sus personajes para decir lo que creía; por atreverse a decir lo mataron esa mañana de agosto  y, aún así, los que reían con sus  apuntes sarcásticos, llenos de ese dulce veneno que a todos inoculaba ¿tuvieron, acaso, motivo para quitarlo del camino?.

 

   Pero, como maldición, los cuenteros (narradores orales), los humoristas se resisten a morir para desafiar a los violentos mientras vivan. ¿Cómo no alabar a ese que logra permear y conquistar a unos y a otros, a ese que registra con minucia las cagadas de "algunos personajes"  para hacer reír o a esos mismos para que caigan en cuenta a tiempo?. Y esos cuyo único papel es el de intérprete visionario,  de traductor simultáneo que escucha de un lado y transmite a otros, a su manera, lo escuchado con la pedagogía de la sonrisa y la carcajada. ¡A esos..., cómo no escucharlos!.

 

    Así ...¡despidieron, a uno de los grandes!  nacidos en tierra sin igual creada. Aunque los callen han de verse y se verá el resurgir de otros/as con talento sin igual para cundir de risa, extender los labios, no fruncir de miedo el ceño ante los/as cobardes.

 

   Los/as artistas, los/as sabios/as, los/as pensadores/as no mueren. Se multiplican por sus propios méritos, aún después de su partida. Su sangre fecunda nuevos terrenos para que en ellos nazcan nuevas semillas de alegría. Los/as humoristas no los mata el tiempo, se multiplican; los humoristas no mueren, son llevados/as por sus virtudes a debutar en escenarios superiores de dimensiones elevadas, de mayor categoría. A esos escenarios los/as terrícolas no tenemos acceso todavía.

 

   ¡Bienvenido/a el/la ilusionista, el mago, el/la cuentero/a, el/la humorista en cada personaje encarnado!; si con él levanta polvareda, pisa y lastima callos ó es inconveniente, de todos modos. ¡Como quiera que venga..., siempre bienvenido/a sea!.

 

  Aquella tarde de agosto fue despedido el humorista Jaime Garzón Forero  como uno entre los grandes. Se cernía sobre el encapotado cielo capitalino el dolor y la nostalgia por  tan infausta despedida. ¡Vaya fatídico día de agosto!. la turba embravecida lloró -al padre de la sonrisa-  que con su sangre revuelta de dolor regó el suelo gélido Bogotano.  Aún no se desprende del aliento capitalino ese olor a rosas, claveles y flores frescas, con ellas tapizaron el lugar donde reposa el hombre más querido por chicos y grandes de los últimos tiempos, el recordado por todos y todas, por unos y otros. Su figura multiforme no se deja sepultar con su cadáver; ese hálito se mueve sobre infinidad de espíritus semejantes determinados a no fenecer  por el simple acto de desprenderle al cuerpo el alma.

 

   Se ha quedado en millones de seres simples. Ellos, en adelante, lo resucitan en sus actos para hacer de esa vida un jirón de su propia vida.  Eso es lo que el profesor Rosas  se propone como misión irrenunciable con tal de mantener encendida la luz que el humorista inmolado creó en su mente.  Revivir a esos personajes en aquel escenario de despojos y luto nacional pese a no haberle conocido en vida. No pudo estrecharle su mano, ni hubo trato personal con su contemporáneo ahora extinto mártir nacional. Pero lo reclama para que viva en la patria para que se quede, para que no se vaya nunca más.

 

   Desde esa tarde dibujó en su mente un sueño apenas realizable  tarea no delegable en cuanto llegó del cementerio; la misión de prolongar aquella existencia sepultada en personas que su mente creadora heredara desde mucho antes de su partida al pueblo colombiano: Heriberto de la calle, la aseadora de palacio Dioselina Tibaná, Godofredo Cínico Caspa y el celador del edificio: El Guachimán.

 

   El profesor Rosas  con su cabeza atiborrada de los recuerdos que le dejaran esos personajes en silencio  comenzó a mediados de agosto  a buscar la figura de  todos y cada una de las creaciones heredadas en hombres y mujeres de carne y hueso que estuvieran ejerciendo el oficio para mantener esa vida desde otra dimensión y ofrecerles resurrección a tan queridos personajes.

 

   Embebido en darle forma a la idea abraza con vocación de escultor la estrategia conforme deseaba personificar el retrato vivo del más querido de aquellos personajes: 'Heriberto de la Calle'.   Moldea en su pensamiento y estrategia a éste y a los demás personajes creados por el mártir; los esculpe en su intento político más original que se haya conocido en democracia alguna.   La misión impuesta para sí no es ni mucho menos la más fácil. Talvés sí la más apasionante, la que toma todo su tiempo y sus desvelos. La debe desarrollar con sumo cuidado con tal de no presentar un proyecto equivocado ni utilizar la memoria de su admirado en beneficio propio. ¿Cómo hacer entonces?, para que un hombre o una mujer despreciado/a de condición social distinta a la aceptada por la sociedad logre llegar a ocupar ese lugar apetecido por muchos/as desde donde se toman las grandes determinaciones políticas para la patria hasta ahora reservado sólo para quienes ostentan poder, dinero e influencias.

 

   ¿Dónde queda el poder de los pobres? ¿dónde el valor incalculable del voto de opinión?. Toda vez que lo único contado por la democracia es la abultada sumatoria de sufragios obtenidos por un/a candidato/a. Inexplicable que ganen los ricos y poderosos si los pobres siguen siendo mayoría apta para elegir. Comprensible, viable la metamorfosis de la democracia por la vía del voto sin causar daño a nadie.

 

   Para ese propósito se empeñó en crear un símbolo de reivindicación social con los más humildes; con tal de moverle el piso a los políticos. ¡Sin vacilación alguna!. Ahí radica la estrategia de llegarse a dar el hecho.  ¿Cómo lograrlo?. La Constitución y la ley es el camino. Asume su propio reto. Consulta de manera juiciosa los pormenores de cuanto se ha escrito con respecto al proceso de elección popular en el país. Con tal de  estar seguro de recorrer un camino cierto en su propósito. Posible ventana que abre a una nueva concepción de democracia. Desmitificar lo atinente a los cargos por elección popular.

 

   No vacila en tocar al individuo, al ciudadano a la ciudadana del común quienes juegan el papel más importante dado que él/ella es elector primario, soporte mismo, constituyente primario en quien se afinca la legitimidad de los poderes consagrados por el pueblo para sostener los pilares como 'Estado democrático'.

 

   Ya ha transcurrido un año de la muerte del humorista.  

 

El país no se repone aún del luto de quien le aportó legado de humor con la originalidad para caracterizar a sus personajes sui-géneris a la nación entera. La pérdida de tan notoria figura nacional debe alimentar la imaginación del Profesor Rosas para crear el fenómeno político más reciente entre los demás países del área. Continúa en silencio con su empeño para vivificar a los personajes  encarnados en la realidad de todo un pueblo cansado de políticas y políticos aduladores sin que de ellos pueda esperar redención ninguna la nación. Desconfianza y desesperanzas siempre traen en cada aparición.

 

   Válido es echar mano del personaje de mayor recordación en la memoria colectiva del pueblo afligido hondamente. El embolador Heriberto de la Calle,  humilde, irreverente, sincero amigo de magnates, poderosos y políticos reconocidos. Mundos totalmente opuestos pero unidos por hilos invisibles del destino que indefectiblemente se necesitan mutuamente. Acierto indudable aquel del profesor Rosas, gestar la estrategia con el embolador para llevarlo a 'CONCEJAL DE  BOGOTA'  no está lejos de verla hecha realidad. Remover sin lastimar los sentimientos de los/as ciudadanos/as es la esencia de todo el plan. De ahí que se exija extremo cuidado en lo que haga para no desfigurar los personajes legados por Jaime Garzón celosamente guardados en el recuerdo nacionalista latente del corazón  adolorido de sus fervientes admiradores/as.

 

   El Profesor Rosas  sabe lo que quiere y para cuando lo quiere. Las cosas están dadas a su favor. Nada fácil de todos modos plasmar el sueño. Echar a andar su plan maestro requiere de olfato canino en política. Lo primero, ubicar el personaje con el perfil de Heriberto de la Calle  para presentarlo en su debido momento a la prensa y poder llevar a cabo su doble propósito: 1- Hacerle homenaje póstumo al  humorista  Jaime Garzón  y 2- Pasarle cuenta de cobro a los políticos por lo que le han hecho al país entero.

 

   Incansable se dá a la tarea de buscar ese retrato vivo entre los lustradores que laboran en la gran ciudad capital, la figura semejante al personaje creado por Jaime Garzón.  

Visora, sentado, a un lustrabotas al lado de los padres de la patria tratados  de igual a igual, revestidos del mismo poder, con oportunidad para acceder a los medios de comunicación masivos, con autoridad y  manejo de la cosa pública. Intuye la gran  conmoción popular por el descontento existente en los electores y electoras de llegarse a dar su propósito y el impacto causado en los círculos sociales sumado el impacto político  capaz de tocar con su noticia al mundo. Llevar a la clase política del país a reflexión nunca antes vista. Campanazo de alerta para  pobres y ricos en la balanza de medir sus fuerzas democráticas. Mostrarle al mundo de qué está hecha la clase política de los  países como Colombia rodeada de gente inépta, incapaz e inconveniente en su gran mayoría.

 

   Se acerca sin lugar a dudas  una muy buena oportunidad para someter a prueba de fuego el experimento electoral; es el momento de llevar a cabo todo el plan.  A un mes de los comicios para elegir gobernadores, alcaldes, concejales y ediles; no eran desde luego las tenidas en cuenta para desarrollar la estrategia ideal, indiscutiblemente las de congreso de la República. Lastimosamente el calendario electoral no beneficia el plan por distar tres años de la fecha. El tiempo define. Posiblemente para esa fecha la huella del humorista Jaime Garzón  con facilidad se haya borrado por la capacidad de olvido de los nacidos en su patria, de otro lado el presidente  de la República Andrés Pastrana está empeñado en sacar adelante la reforma política con la que muy seguramente cambiarán las reglas del juego en la inscripción de candidatos por listas únicas lo que cierra cualquier posibilidad de inscripción de la lista con los personajes creados por el extinto humorista.

 

   No hay nada para prever el futuro lejano. En política nada está dicho; lo  de hoy es muy probable que mañana forme parte de la historia patria. El panorama electoral  siempre ha sido incierto, está en permanente cambio. No hay alternativa. Las elecciones próximas deben contener el plan estratégico sin descartar la ciudad capital por ser la de mayor influencia entre las demás con las condiciones requeridas. La categoría del concejo de Bogotá  es tan importante como el congreso mismo de la República.

 

   Definido el momento, el profesor Rosas  no vaciló en rastrear los puestos existentes estacionarios de lustrabotas apostados en calles avenidas y en parques citadinos.

Al no encontrar el perfil deseado semejante al de Heriberto de la Calle  prosigue. El personaje debe aguardar desprevenido e inconsulto en algún lugar de la ciudad:  Zaguán, pasillo, oficina o centro comercial.

 

   Jamás encomendó esta tarea a nadie celoso de su plan. No es delegable la misión de hallar entre más de nueve millones de habitantes de la gran ciudad al personaje.

El tiempo no se detiene los días se vuelven meses. Ya  finaliza julio. Todos los candidatos han echado sus redes para pescar en río revuelto lo suyo sin que el embolador de la calle  semejante a Heriberto de la Calle  aparezca.

 

 

 

 

 

 

 

5

 

 

 

   La última semana de ese mes bajó de su oficina para hacerse lustrar los zapatos de su lustrabotas de confianza a quien apodaban El Genio  dada su destreza para dejar lustrados de modo impecable los zapatos de sus clientes, ubicado a una cuadra de su oficina.

El genio  no  había llegado todavía. Por tal motivo el profesor Rosas le pidió al lustrabotas contiguo que lo lustrara. Aquel accedió mostrándole sonriente su rostro de felicidad con su boca desdentada. Charlatán de condición agradable.

 

    Entablaron conversación amena mientras por la cabeza del profesor Rosas  pasaban las imágenes que buscara en otras figuras humanas del gremio de lustrabotas.

 

-¿Cómo te llamas?.  Le preguntó el profesor al lustrabotas.

-No me llamo, me llaman Lucho, pero si el doptor quiere me pueées llamar Luchito.  Se echó a reir el lustrabotas dejando ver su dentadura escasa.

-¿Luis?.¿Y el apellido?.  Pregunta el profesor.

-Pues el mismo de "El genio" el que  te lustra a diario, ¡no ve que él es mi hermano!. Levantó la cabeza sin parar de mover las manos sobre el pie calzado del profesor, con su cachucha echada hacia atrás.

-¡Ve! tánto tiempo de mirarlos juntos y no me había dado cuenta. Responde el profesor Rosas. No paraba de interrogarle con tal de hacerlo hablar cada vez más y más.

 - Con que así es.

- pissclaro, no ves que somos hechos en la misma jormaleta doptor o mejor dicho en la misma olleta y con el mismo mulinillo. Levantó por fin la cabeza con vehemencia y el profesor logra observarlo detenidamente.  

-¿A qué horas viene tu hermano?.  Le dice el profesor.

-Ese hoy no viene; le responde como si tuviese las respuestas en la punta de la lengua.

-por eso me toca no descuiáale a los clientes, yo sé que vustéd es cliente de él. Vuelve a mirarle la cara sin detener el movimiento del trapo envuelto hábilmente entre sus dedos.

-Yo te voy a dejar bien lustraíto pa' que se amañes conmigo,   haciéndole un gesto de aprobación a su oficio.

-Vustéd sabes mi doptor,   Le tutea como si fuesen viejos amigos.

-...el que tiene cabras no 'uerme  y el que se va de la banca pierde su banca, quien le manda no cuiíar el plante... Trata de justificar su eficiencia y honestidad para con su hermano.

-noooó... mentiras, mi hermano no es así. Ese man es muy rejuicioso y el traáajito pa' el es muy sagrao; lo que le pasó jue que tuvo que ise a cobrar una platica que le eeben y el man que se la 'ebe le quiere amarrar  es conejo.  Vustéd sabes mi dotor que uno de pobre le toca colando y bebiendo y al pie de la tama,  o sinó, como hace uno pa' comer  p'al arrendo y pa' tántas otras cositas que a uno de pobre le hacen jalta... Primeramente que toóo la comiita; segundamente que tóo la ropita y terceramente que tóo pues pa' pagar las deudas.  Vustéd sabes enrialidadmente más que naides mi doptor. Vuelve a tutearlo a la usanza de los de su clase sin dejar de hacer minuciosa exposición del uso que da a sus ingresos.

-...Y si le quea a uno cualesquier centaito pa' la pochola que es que tamién uno tiene 'erecho de vez en cuando de metese sus guarilaques.

-Sí claro, ¿cómo dijiste que te llamas?. Vuelve a preguntarle a Luis Eduardo el profesor.

-¡Luis, lucho usease luchito!.   Le aclara enfáticamente.

-endescúlpe, pero vustéd si tienes cabeza de gallina, quiáse que te dije mi nombre y ya se le olvío. Le habla con cierto desdén sin levantar la cabeza con su mirada clavada en el brillo que sale del zapato a menos de un palmo de su cara a punto de estar listo.

-...enrialidadmente  que toóo eso le pasa a los tacaños, digo a los doptores.  Se echa a reir.

-Es de pura mamaera de gallo esque yo soy mera burla con mis clientes, -pura charla-, no me las cojas en serio, mi doptor, porque endespués "El genio" me mete mi vaciáa por no sabele manejar los clientes. Es que ese genio es hermano mío y toóo lo que sea pero tiene un genio  reboleta, es casposisímo y reáspero cuando le sacan la pieédra. Ya tá listo pa' que se vayas de conquiste mi doptor. Le golpea con el cepillo por debajo de la suela del zapato para hacerle saber que ha concluido su trabajo.

 

   El profesor Rosas   no contiene de felicidad al escucharlo hablar. Ve en él, al hombre que por meses buscó... y saber que lo ha encontrado justo en el lugar que tanto frecuenta para hacerse lustrar.   Sus ojos parecen desorbitados como si se le fueran a salir muy grandes  plenos de alegría.   No para de interrogar a su interlocutor con tal de picarle la lengua cuyo afán le lleva a hacerle hablar a que suelte más de cuanto quiere escuchar. Dios está de su parte; al parecer acaba de encontrar lo que tanto buscó.

 

   Ese día  parece más corto que  todos los pasados. La tarde voló, la noche se le hizo eterna.

 

   Al amanecer del nuevo día regresa para hacerse lustrar de Luis Eduardo.

Cuál és la sorpresa de El  genio   al ver  al profesor Rosas  sentarse en la otra butaca. Su hermano lo ha desbancado, le ha quitado a su mejor cliente;  tan sólo por un día que dejó de atenderlo.

-¿Pero que le pasó hoy a mi doptor?,. Le increpó El genio  sentado en su habitual puesto, no sin asombro.Qué, quesque ya no quere naa conmigo, ahora too es con  el Lucho.  Si vustéd eres mi cliente jaavorito.

-Sí,  es que ayer me hice lustrar y me pareció que lo hace mejor que tú.  Le responde desde la butaca de Lucho de manera burlesca en tono de mofa sin dejar de sonreirle.

-No, mentiras es que éste  habla y me gusta escucharlo. La verdad no sabía que eran hermanos.  Con aire  de sorpresa.

-Pero claáaro ese man sindy sindientes es de mi ralea. Le responde Eugenio a quien apodaron "El genio" enseguida sosteniendo entre sus manos el periódico amarillista de lectura habitual.

-Lo que pasa es que no nos parecemos de a mucho pero que tenemos la mesma sangre, la tenemos.  Para aclarar del parentesco

-Ay, doptor!,  antonces no es por que te gustó como yo lo dejé sino porque le caí rebién, si o pa' qué;  eso jue lo que le pasó. Le dice Luis Eduardo haciendo un alto a su actividad con su nuevo cliente. Prosigue. Es que mi hermano no es tan charlatán como yo. ...jor dicho, él y yo somos hermanos; pero no nos parecemos en naáa, -apenas en el ojicio- y en la manera de miar. Apuntó. retomando con fuerza su cepillo de cerdas de caballo entre sus manos.

-No Luis Eduardo... Quiso dar la explicación el profesor. ...es que...

 Se detiene sin pronunciar ni un vocablo más y su mirada se pierde en sus intenciones para realizar su plan maestro.

-Ui, doptor, cómo así... Que me quere ícir, porque tú miraáa es muy pícara. No será que le gustó más mi traáajo y piensas dejar a mi hermano; enrealidadmente que así es la viía. Sisas. Si o qué mi doptor.  Cerró con esas palabras Luis Eduardo lo que había notado en el rostro del profesor tratando de leerle el pensamiento.Son los mismos mil desvaluados pesitos mi doptor.  Le golpea el  zapato con el cepillo y sacude al viento el trapo de brillar en gesto usual como el rito del celebrante en el altar. Acomoda nuevamente todo  su equipo de lustrar para continuar con otro cliente que mantiene a la espera hojeando el periódico "EL ESPACIO'.  Ordena las cajas de betún, los frascos con líquidos nuevamente cada cosa en su respectivo lugar dentro de la pequeña caja; única herramienta para ganarse el sustento diario.

 

   Se levanta de la butaca después de calcular la estrategia para llevar adelante su plan todo o casi todo en orden.  No dice nada de lo planeado a nadie las ideas le llega como ráfagas  a su mente. Se traga cuanto piensa con tal de no darle a comprender  al embolador de su proyecto.

 

   Tiene ya los elementos necesarios para cambiar las costumbres políticas darle la oportunidad a los pobres pasarle cuenta de cobro a los políticos corruptos y rendirle homenaje póstumo al gran humorista Jaime Garzón Forero.

 

 

 

 

 

 

6

 

 

 

   Gestado el gran plan a ciento cincuenta años de la vida Republicana. Listo para echarlo a andar en la contienda que se avecina en los comicios electorales en todo el país democrático sólo de forma  por naturaleza. Democracia sin lugar a dudas la más antigüa en  la región.  De ahí que le haya merecido toda clase de elogios y reconocimientos por los demás países vecinos.

 

   Vale la pena mencionar el contexto histórico de la misma. Sostenida por los partidos tradicionales desde sus orígenes.   Ya desgastados por su aporte retardatario, miserable y mezquino para con la patria.  De ellos  heredaron  falencias agónicos no resignados a morir con dignidad en  plena decadencia, en el ocaso de su vida política y pública. Desvirtuados, desfigurados, descompuestos desde sus bases mismas; el clientelismo y los  vicios de corrupción los ha carcomido.

 

   En ese ambiente de completo descrédito y apatía generalizada  hace  profunda lectura de la realidad política del país; analiza el destino de los partidos y de los ciudadanos sometidos por los esquemas ya trazados e impermeables. Hace el replanteamiento del manejo de la cosa pública. Con su idea concebida, le dá forma y  prosigue.  Las inscripciones cerrarán a comienzo de la segunda semana de agosto. La capital está fría y los vientos soplan empapados de lluvia que transporta virosis gripales sin dejar de lado los catarros políticos aptos para sacudir pañuelos de todos los colores y por todos los rincones,  batidos por los agitadores cargaladrillos de reunión en reunión.  Armándose sus propias componendas y estrategias en el ajedrez de sus aspiraciones,  con el ánimo de mantenerse o para alcanzar curules a cargos de elección popular por primera vez

 

   Hacía tres días el Profesor Rosas había caído gravemente enfermo por la mencionada causa  del abrazo del pato: la famosa virosis gripal. Indispuesto, no sentía fuerzas en sus extremidades como para salir a finiquitar su plan.

 

    Amanece la mañana por demás empapada como una sopa en la fría capital es invierno.

 

   Sin importarle su salud ni sus cuidados recomendados por su médico el profesor Rosas de manera decidida abandona la cama. Se dirige al garaje para inspeccionar su auto; lo enciende para calentarlo.

 

   Su esposa le alcanza una tasa de café y un medicamento descongestionante, una bufanda y el beso acostumbrado antes de  despedirse.

-No deberías salir en estas condiciones, son las diez de la mañana.  Le advierte Rosita

-No importa es hoy o nunca, no sé si alcance. Sin detenerse, camino al garaje.

-Deja, no te expongas, está tu salud... Le insiste Rosita.

-No, mami, voy a buscar el aval para inscribir mi lista al concejo de Bogotá. Espero lo  consiga sin problema; no sé a quién acudir. Mientras, revisa el estado del agua y mide el aceite al motor.

-Está bien, tú y tu terquedad, -Le reitera su esposa- ojala te salga todo bien.

-Claro, todo bien.  como me dice el Lustrabotas Lucho.  Se echa a reir  con gesto de despreocupación y se sube al auto.

-Eso espero. Regresa  al medio día  para que almorcemos. Insiste su señora.

 

   El auto se puso en marcha. Se alejó perdido entre la masa multicolor circulante por la gran ciudad. El destino, incierto, tocar puertas de amigos que tienen partidos o movimientos políticos con personería jurídica vigente.   De pronto le viene a su mente un viejo amigo concejal en ejercicio director de uno muy importante, el Partido Popular. Detiene la marcha en plena autopista y toma el retorno hacia el norte en procura de encontrar la dirección. En menos de quince minutos está estacionado frente al edificio para averiguar sobre su paradero no sin dejar de pensar le fuera negado el favor para aparecer en el tarjetón su lista y disputarse un escaño en el concejo de la capital. Se baja del auto entra a buscarlo.

-Doctor, que alegría verte. Lleva las llaves de su auto en la mano, haciéndolas sonar, con paso ligero hasta el escritorio donde se halla sentado el director del movimiento el doctor Hipólito Moreno.

-Hola amigazo, Le estrecha su mano, al Dr. Moreno tragándose su felicidad por haberlo encontrado, sin dejar de mirarle a los ojos.

-¿Qué vientos te traen por aquí mi apreciado profesor Rosas?, Le pregunta el doctor Hipólito al profesor con su particular gesto siempre alegre. ¿Qué te habías hecho?, en qué andas ahora.

-Sigo en la Universidad con mis clases de derecho administrativo y con ganas de metérmele a la cosa política, a propósito. -le dijo sin dejar de estrecharle la mano- ¿Repites  concejo mi doctor Hipólito?.

-Eso espero, Profesor Aunque cada vez las elecciones se ponen más difíciles, al parecer esta vez hay más candidatos que nunca ya le di el aval a la gorda Fabiola de Sábados felices; ella tiene también sus aspiraciones y últimamente a los artistas les ha ido bien. Ahí están algunos en el congreso, senadores de la República; total hay votos para todos.

-Que así sea, -Le dice el profesor- porque en la academia también nos sentimos atraídos por el bicho de la política y hasta me animo para lanzarme al concejo. Claro si me das el aval.

-Profe, ni más faltaba,  bien sabes que en este partido todos tienen cabida. Además, tratándose de un amigo... Efusivo con gran disposición en su calidad de director del Partido le ofrece el aval.

-¿De verdad te parece que coloque mi nombre a tan digna corporación?. El profesor hizo un ademán de sorpresa y admiración tan pronto como escuchó el magnánimo ofrecimiento que era su velado propósito al haber llegado hasta él.

-Pero claro, dame tu nombre completo y tu número de cédula para que mi secretaria te haga el aval.  Mientras tanto tomemos tinto. De una vez te lo firmo.  Ordenó a su secretaria extender de inmediato el aval para el concejo capital al profesor.

-¡Ah, qué bien!, le responde el profesor. ...y ¿estamos a tiempo todavía?.   En gesto inusual para hacerse pasar por neófito en el asunto.

-Si,si, si; hoy vence el plazo para la inscripción de candidatos. Quiso el director del partido político de manera enfática agilizarle el trámite y darle algunas instrucciones para el cumplimiento de los requisitos exigidos por la registraduría local.

-¿A qué horas vence?. Insiste el profesor, como  si fuese del todo bisoño en el asunto. Tal vez para no dejarle ver el grueso de su estrategia previamente estudiada.

-A las cinco, si no estoy mal. Mientras hojea un  periódico de circulación nacional..

- Tengo tiempo. Dijo el emocionado profesor, sin  mostrarle su enorme satisfacción al director.

-No, cuál tiempo, lo que has de hacer es volar. Tienes que retirar el formulario de inscripción en la registraduría  Distrital conseguirte unos amigos para que te acompañen en la lista  que te firmen y ya.... y dos inscriptores. Desconoce todo lo ya previsto por el profesor quien lleva formulario y nombres en el bolsillo de su chaqueta.

-Ah!, eso está bien. Me vuelo para ver si alcanzo. Hizo un gesto de preocupación, se tomó la cabeza con sus manos en señal de mostrar seria confusión.

-Tómate el tinto mientras te firmo el aval, ya está. Vuela, vuela. Le hace entrega del aval.-Mi doctor,  espero que estemos de vecinos de banca en el concejo después de la elección, así seremos tres: tú, la gorda y yo. Una vez más, mis respetos  profesor.

Se tomó apresurado el tinto mientras se iba despidiendo del doctor y de la secretaria sin descuidar el aval ya en su mano. Acto seguido salió. Sube a prisa en su carro, lo enciende y va en busca del lustrabotas "Lucho" para diligenciar el formulario. Sin develarle a nadie su plan, lo guarda con celo para no entorpecer en lo más mínimo la estrategia.  Se muestra feliz pese a su malestar de cuerpo. En un santiamén estuvo en el puesto de los lustrabotas Luis Eduardo y su hemano Eugenio  "El Genio".

-Hola, mi querido Lucho, cómo estás. Saluda  rebosante de alegría a los hermanos lustrabotas.

-Bien, muy bien mi doptor; cuénteme que es que se habías perdío, no lo había guelto a ver.  Luis Eduardo tutea  al profesor  sin tener dominio de esta particular forma de expresarse.

-No, hermanito, si estaba encamado, no, ésta gripa me tiene rendido desde hace tres días; por eso no había podido venir.

-Eso métase un trago doble de ron quemao de unas... y adiós peste. Eso es lo que hago yo cuando me da la moquiíiadera. A los males no hay que guardales cama  porque lo encaman enrialidadmente lo encaraman y vustéd  bien sabes mi doptor que uno de pobre no pueée enjermarse de a mucho  porque quén hace lo de la papa, si o pa' qué... Mi papá dice que al hombre sin plata la cama lo mata,  si tiene mujer  lo acaba de joder  y si tiene moza  pior la cosa. Así que los males ni pa' los pobres ni pa' los ricos. Son es pa' los méiicos que hacen leña con el que recae con cualquier pendejada. Por eso nada de ponése malo mi doptor.

 

   Su cliente trata de leer y llevar el hilo de la conversación entre los dos viejos amigos de distinto rol social, por su parte Luis Eduardo  a los pies de su cliente no deja de lustrarle con frecuentes interrupciones para colocarle atención al mejor de todos quien ha venido de carrera a saludarle y a rogarle de paso el favor deseado. El cliente parece una momia sin inmutarse por los comentarios,  pegado al periódico amarillista  entretenido con fotografías de desnudos a full color en el diario.

-...Seguro Luchito me dio el abrazo del pato.  El profesor agitado le pidió el favor de regalarle la firma para los documentos que empezó a mostrarle sin mayores explicaciones. Ve... una cosa. No sé si te suene, es un favor. Tranquilo hermanito,  no es de plata., es muy sencillo el asunto, es una firmita a ver si me la regalas.  Me pienso lanzar de concejal. Qué te parece mi querido lucho. Discurría en leves argumentos con tal de  tomarle la firma al amigo Luis Eduardo.

-Uiiií de concejal eso sí es una bacanería,  ni me las cante, pues qué tal yo con  un amigo concejal.  Eso sí es como pa' que sea vustéd el que me regale la jirmita, mejor dicho el antógrafo. Uséase  que te vas a volver más importante de lo que ya es. Nooo, díigame no más dónde es que le echo mi 'pate-gallina' ¿con número de céeula? o así no más.  En ese instante por fin levantó la cabeza Luis Eduardo para escucharlo con mayor atención.

-Sí claro con el número de la cédula. Es para la Registraduría y exigen la cédula. Le afirma que debe ir el documento para respaldar la firma, acto simultáneo saca del bolsillo de la chaqueta el pliego del formulario de inscripción y busca con agilidad en el bolsillo de la camisa un lapicero.

-Ojalá mi doptor no se vayas a olvidar de los pobres cuando esté por allá con esos manes de la política 'ura. Te me guelves machiro. No golverá más puáaquí o sí. Pero qué tal mi amigo concejal con esa mano de escoltas. Ya no se dejas lustrar de este pobre embolaáor uséase de yo. Otra vez coge pa' onde El genio. En segundos despacha a su cliente recibe de él la paga y la guarda enrollándola entre otros billetes y se incorporó para tomar el formulario junto con el lapicero, para firmarle.

-Nada de eso Luchito, si llego al concejo es por esta firma que llego; espero que me ayudes con el voto. De pronto Luis Eduardo hizo un gesto como intentando rehusar al compromiso o la implicación de firmar sin tener conocimiento pleno de lo que le acarrearía firmar sobre un documento desconocido ni haber leído su contenido.

-Pero...¿ me vas a fírmar o ...te vas a arrepentir?,  es que estoy de afán. Debo salir para la registraduría en pura, a las cinco cierran; mira la hora que és.

-Listo mi doptor no es que no quera jirmarte; es que me dió como un váguido en la caeza y como que se me jueron las luces por un momento pero ya ...lo que pasa es que burro amarrao, leña seéegura. Vustéd me entiendes que no es que yo sea interesao ni más jaltaba, lo que pasa es que uno es desconjiao pa' echar la pate-gallina en esos papeles porque endespués uno es el que lleva del tabliao. 'E toóos moós lléveme ahí pegao de una alita.  A, dónde es que te jirmo. Tomó el papel y el lapicero en actitud  desconfiada le firmó los formularios. El índice del profesor le señalaba exactamente sobre cual línea debía estamparla.

-Aquí en la tercera línea bajando y al frente tu número de cédula. ¡Claro que vas bien pegado! ¡ni más faltaba!. Yo no te voy a dejar tirado, mejor dicho; después te explico cómo es la vuelta.

-¡Eso!. Que te rinda el tiempo y la platica, mi doptor.  

-Chaito Luis Eduardo;  no te pierdas.

-Naáa de eso; vustéd sabes que conmigo es pa'  las que sea. Yo no me le arrugo a naa,  naáa de ná. Pa' lante es pa' llá,  pa' trás ni pa' coger empulso; joórdicho, como 'icen p'uai...yoeré.

 

   La expresión en el rostro del profesor Rosas mostraba una actitud por demás emotiva y complaciente. Le estrechó la mano y le palmeó sobre el hombro a Luis Eduardo,  sube al carro y arranca.  El ánimo enardeció el rostro, estaba a punto de inscribir la lista al concejo. Atraviesa la calle, ingresa al parqueadero del edificio donde tiene su oficina, toma el ascensor al abrirse se encontró saliendo del mismo a su cuñado y le dijo muy de prisa que le regalara una firma.

-Una firma para qué, cuñado.

-Es para inscribirme al concejo, ya tengo el aval y estoy llenando  la lista, es un requisito, nada comprometedor, después te explíco,  a las cinco cierran. Hasta hoy hay plazo.

-Dónde te firmo.

-Aquí en el segundo renglón. No te preocupes que no es para nada malo.

-Yo veré cuñado si me embalas. Al fin que eres abogado... si me metes en líos después ve a ver si me sacas de los mismos.

 

   Continuó  por el pasillo en busca de Carmelita  la aseadora y sin mayor protocolo le expuso como a los anteriores  muy de prisa su propósito.

 

-Si mi doctor dónde le firmo.

-Aquí mi reina. ¡Gracias mil gracias; después te explico!.

 

   Prosigue a través del pasillo desalentado por el malestar general que lo mantiene atontado pero repleto de emoción y sudoroso por el agite está a punto de culminar con lo más difícil de su estrategia conseguir sin demora todos los personajes creados por el humorista inmolado.

Se devuelve a toda carrera antes de  tomar el ascensor y acude atacado por la tos donde el portero del edificio con la misma retahíla.

- Marquitos Aurelio, por favor una firmita.

-Dónde le firmo mi Doctor, una firmita a nadie se le niega, más tratándose de usted mi doctor.

-Aquí, encima de la firma de Carmelita la aseadora. Ella también me regaló la firma.

 

   No acababa de hablar y estornudar cuando ve frente a sus narices que entra el mensajero a dejarle unos papeles al portero y aprovecha para pedirle el mismo favor de firmarle.

-Y eso para que es.

-Me voy a lanzar al concejo y en una hora cierran las inscripciones y no voy a alcanzar.

-Ah bien doctor eso me gusta, que se meta de concejal para que me consiga un mejor puesto. Ya estoy mamado de caminar la ciudad. Llueve truene o relampaguee a uno le toca salirle al astro y con esa gripa que usted tiene me la va es a prender.

-Rápido chino que me cierran, firme con cédula.

-¿Debajo de Carmelita?

-Sí,  ahí. Gracias, no sabes cómo te agradezco.

-De nada doctor. Me tiene en cuenta. Miréme bien para que después me dé camello.

-Claro, claro.

-Yo veré.

-Chaíto, chaíto que tengo que  subir hasta la oficina para organizar estos papeles.

 

   Se dirige al ascensor para cotejar los documentos en su oficina.

-Secre. Hazle dos favores inmensos:

Regálame aquí una firmita, sólo falta la tuya con número de cédula y me vuelo para la registraduría local a ver si alcanzo a meter éstos papeles... Lo segundo organízame todo en una carpeta con ganchos, después te explico.

-Chaíto, chaíto; si me llaman, por favor al celular.  Regreso  mañana en la tarde; en la mañana tengo clase en la  universidad.

-Bueno doctor.

 

   De camino encuentra a dos de sus amigas a quienes invita a la registraduría para que lo acompañen y le sirvan de inscriptoras. Minutos antes de cerrarse las inscripciones de candidatos logra dejar parqueado su vehiculo y entrar a registrarse conforme el lleno de todos los requisitos.

 

   Fue la lista con menor número de aspirantes entre las presentadas para buscar un escaño en el concejo capital.

 

   En punto de las cinco de la tarde cerraron la puerta principal del gran salón de corferias; uno de los galpones dispuestos para la ocasión. Quienes estaban dentro lograron inscribirse; quienes no, les fue imposible. No hubo poder humano para convencer a los vigilantes de abrir  la puerta para su ingreso. Hasta pasadas las seis de la tarde se vuelve a abrir el inmenso portón para facilitar la salida del tumulto inscrito en su calidad de recientes candidatos junto con sus comitivas y personas invitadas para el importante acontecimiento democrático. El profesor Rosas  sale acompañado de sus inscriptoras.

-Paso a seguir mi doctor. -Pregunta su acompañante, una hermosa mujer de refinados modales.

-Esperemos mañana el sorteo, estos ocho días son claves. -Le responde airoso.

 

   La estrategia continúa. Apenas había comenzado. No da mayores explicaciones sigue hermético en su propósito. Ni mucho menos devela su plan. El tiempo para modificar listas  es de ocho días; tiempo suficiente para cuadrar su ajedrez democrático, pasan a parqueadero a buscar el carro, lo enciende respira profundo y se estira como un felino al despertarse. Acompañado de su cuñada y de la amiga de ella atraviesan la ciudad para ir hasta el apartamento a compartir con los suyos la  alegría de haberse inscrito para el concejo de la capital.

 

   Una vez en el edificio donde está su apartamento guarda el carro, suben en el ascensor,  ya en la puerta del apartamento, abre y manda a seguir a sus acompañantes;  Rosita su esposa sale a recibirlos.

-Hola  amor cómo te fue; no viniste a almorzar. Me dejaste con todo preparado, ni me llamaste; estaba muy preocupada sin saber  nada de ti. Llamé a tú secretaria y me dijo que te había visto antes de las cuatro y que ibas para  la registraduría. Te llamé al celular y lo tienes apagado. ¿Conseguiste el aval y los otros de la lista?

-Pero claro, mi amor o no me ves la cara que traigo.

-Qué bien, a ti siempre te sale todo bien.  Ven te arreglo algo, ya es hora de comer; me imagino que no habrás probado bocado en todo el día.

-Imaginas bien.  Le contesta en un estrecho abrazo, tengo un filo. Me encontré a tu hermano en el edificio y me firmó; ahora lo llamo para comentarle bien el asunto. De ahí salí en bombas a buscar a Luis Eduardo, también me firmó. Y tal como había pensado, en el edificio llené con el personal de servicios generales los que me faltaban. Me llevé a Nenita Jaramillo y a tu hermana quienes estaban a la mano; me sirvieron de inscriptoras. En resumidas cuentas  ya tengo todo en regla: tu maridito  pondrá un próximo concejal  en el cabildo de Bogotá.

-Qué rico que te salga todo como quieres. Si es tú deseo  y ya te decidiste  te apoyo, para adelante  amor mío porque no hay de otra, a lo dicho hecho y a lo hecho pecho. Ven; siéntate y almuerzas, mejor dicho, comamos de una vez y a la camita. Haz mostrado malestar, no está bien que te descuides. Ahora es cuando debes estar mejor para que te pongas al frente de la campaña. Por lo que escucho son días muy jartos: reuniones, entrevistas, prensa, radio, -no qué rollo-pero adelante, ven, come  se te enfría de nuevo todo.

-Pues amor, nada le dan a uno gratis todo tiene su costo y hay que dedicarle tiempo y cabeza.

-¡Bien   amorcito!,  ¿ahora qué sigue?.

-Mami ...Espero hacerle algunas modificaciones  a la lista, para eso tenemos ocho días. Porque como todo fue a última hora  llené la lista con el personal de servicios generales del edificio donde tengo la oficina y hasta metí a mi cuñado, a un mensajero, a la secretaria. Mejor dicho, le eché mano a cuanto conocido encontré en mi camino; tú sabes. Hasta rellené ahí con un nombre del lustrabotas que me embellece el calzado, tal como decía  Jaime Garzón .

-Ah, bueno papi, tú como siempre, tan listo y recursivo. Lo importante es que te pudiste inscribir como cabeza de lista, los demás, entiendo: como por cumplir el requisito. Tú más que nadie sabes de estas cosas legales y formales de la democracia en éste país . Espero que de todas maneras modificarás la lista con gente de tú clase;  que te den fuerza. Ahí tienes alumnos tuyos de las universidades, gente del norte, industriales y clientes a quienes tú les llevas negocios importantes. Ojala te rodees muy bien; verás que sales. Búscate, no está por demás decirte, entre esos, a uno que ponga el dinero. Otro que coloque los carros, dí tú, un importante representante de algún gremio de transportadores de buses, de taxis, busetas o algo así. Otro por ejemplo podría recomendarte a...

-Nooo,  amor; te voy a contar la verdad de lo que quiero hacerle a la clase política de este país:  meterles su gol para  pasarles la cuenta de cobro por cuanto hacen con el pueblo. Esa lista de los más pobres vaciados y jodidos es la idea. Yo me retiro y tu hermano  también  para que queden encabezando ellos. Ojala y me resulten  las cosas y verás amor cómo les duele.

-Lo más  importante  es que te  pudiste inscribir.

-Eso ya es un hecho. Ahora voy a ver si descanso porque este día fue buenísimo pero estoy, tú sabes...

-Te traigo algo caliente y a la camita .

-Una vez más; mil y mil gracias por tan oportuna ayuda amorcito.

-Ahora más tarde es el noticiero. Veamos cuántas listas se inscribieron haber como pinta la cosa.

 

   Enciende el televisor para ver el noticiero vespertino.

-Súbele a ver qué dicen de los aspirantes al concejo  de Bogotá .

-Empezó bien la cosa, veamos  cómo están las otras listas.

-¿Tantas listas inscritas? Qué poco de gente.

-¿Cuántos son los elegidos... 42?.

-Sí, 42 concejales. 

-¿O sea que se quema el resto?.

-No creo que nadie saque dos renglones.  Esto va estar bueno.

-Debemos trabajarle duro;  tenemos apenas un mes. Mira ese poco de gente.

-La millonada que se va a mover en estos días.

-¿Sabes cuánto se necesita para ser concejal aquí.? Un poco de plata. Como poquito doscientos millones.

-Nosotros a lo sumo gastaremos cien mil pesos y eso...

-De los concejales que repiten yo creo que están por lo menos unos  veintidós. Los que lleguen serán muy pocos, quién sabe si lleguemos. Esperemos mañana el sorteo de los números, eso nos puede ayudar. Si quedamos en la mitad nos mandan para el carajo grande. La ubicación en el tarjetón va a ser definitivo. Tú sabes lo que es buscar a un paciente en medio de semejante sábana de nombres, figuritas de logos y números; eso es para enloquecer y confundir al más ducho.

Aquí roguémosle a Dios que nos toque de primeros o de últimos; o esquineros, eso también nos favorece.

 

   El noticiero a terminado.

-Noooo; esto se puso interesante,

-Amor ahora sí ponte cómodo y a la camita. No te descuides, al parecer te vienen días como éste.

-Hoy es apenas el comienzo. Yo no creo que descanse mucho. Mañana temprano tengo clase en la Universidad, debo atender en la oficina por la tarde, repasar el código electoral con lupa. Lo que viene es una berraquera, si todo me sale como hasta ahora.

-Descansa mi amor. Duerme porque mañana es otro día.

-Buenas noches cariño.

 

   La cama le parece  extraña, no logra conciliar el sueño. Trata de robarle unos minutos para cuadrar lo subsiguiente sin que nadie ajeno a su familia se percate en lo absoluto. El cansancio, la fatiga,  la virosis lo vencen  por fin. Se queda profundamente dormido.

 

 

 

 

 

 

 

7

 

 

 

   Al despertar del siguiente día no abandona la idea de perfeccionar su plan llevado hasta ahora al punto exacto de sus deseos en lo más emocionante y crítico de su meta. No puede no debe fallar en uno sólo de sus movimientos con jugadas maestras jamás antes vistas ni oídas. Cómo mover, quitar sin lastimar sin herir y sin dar demasiadas explicaciones del por qué de la nada y a la espera impaciente de conocer los resultados.

 

   De salirle sería una lección histórica en la democracia de los pueblos.  Pese a los muchos aspectos en juego para la victoria de un candidato, no todo depende de tener un buen equipo de campaña dinero, relaciones, ser personaje público, delfín o de un apellido. Cuántos lo tienen y no logran llegar porque escasean los votos.  Son los/as votantes  quienes definen en todo caso en una jornada de ocho horas el destino político de una persona, de un movimiento, de un partido, de un pueblo; el de una nación entera.

 

   Conocidos estos ingredientes se aventura a desafiarlos todos.

Con su lista logrará crear el hecho notorio necesario para cautivar la atención aquiescente del electorado con el cual manifiesta el rechazo por la clase política visible y consecuente con una forma de protestar sin marchas desgastadas, sin rodilleras.

 

   De enviar la señal clara  desde los hechos propiciados por él, sin duda serán los generadores de noticias para toda la nación y muy seguramente para el mundo. No hay demasiado tiempo que dé lugar a cuestionamientos de fondo, sólo de forma; como la democracia  colombiana.  País donde el milagro electoral  siempre lo hace la emotividad de los/las electores/as inducidos/as  por los medios masivos de comunicación, capaces de exacerbar las más enconosas pasiones, de polarizar a la masa a favor de quienes están detrás de cada candidato / ta con  insistentes gingles o comerciales. Empresas multimillonarias maquilladas de democracia; jamás la capacidad o la razón colectiva se ha impuesto. Las victorias se seguirán sumando para fortalecer a los poderosos, jamás los débiles las han alcanzado por más que lo intentan de mil formas.

 

   Es día del sorteo para asignar el número. La expectativa crece en los inscritos, ojala el número sea el mejor. Son las seis de la tarde hora y lugar dispuesto: el registrador,  el tablero, el salón los invitados. Comienza el acto formal para el sorteo; es el turno para el profesor Rosas.  Le correspondió el número de suerte 426 junto al voto en blanco. Mejor ubicación no podía pedir, sitio como para colocar una tienda; vaya posición tan prodigiosa.

 

   En la vida de Luis Eduardo todo parece seguir sin mayor importancia encorvado a la altura de los pies de los señores sus clientes habituales,  para qué democracia ni qué política podía motivarle. Lo del sorteo, ni lo sabía... Menos que figuraba en una lista para el concejo de la capital, lo firmado al profesor Rosas  lo había olvidado la verdad no comprendió muy bien las explicaciones y razones que le había dado en ese momento.

 

   Los días transcurren.

 

   El tiempo concedido por la registraduría para hacerle las modificaciones a las listas: Cambiar nombres, reemplazar, alterar el orden de los inscritos se agota.  Todo pasa muy a prisa faltan sólo dos días. El nerviosismo se apodera del profesor Rosas.   Con la ley en la mano, conocedor de cuanto le es permitido hacer en materia de modificaciones, espera hasta el último momento.

 

   Mientras, la ciudad y Luis Eduardo siguen indiferentes de cuanto  pueda suceder. Apáticos/as e insensibles en materia de nuevos/as  elegidos/as; a millones les va o viene igual. Reina el descrédito y mala reputación por la clase dirigente capitalina y nacional. La fe en los dirigentes y políticos está perdida; la esperanza en cambios sustantivos no se ven a la vista. Como consecuencia no existe disposición en quienes elegirán a sus representantes. La apatía es el común denominador en el electorado. La abstención muy seguramente volverá a imponerse.

 

   Ese análisis sin lugar a duda le da confianza y lo aproxima a una inminente victoria conforme al hecho pensado, la votación será arrasadora. Conoce de cerca la posición de estudiantes universitarios, catedráticos compañeros suyos, profesionales,  gente del común y del papel que juegan los medios masivos de comunicación. Ahora bien... ¿Cómo sensibilizarlos?, ¿cómo involucrarlos?. ¿Cómo llevar a la prensa para que registre los hechos sin precedente en la vida de la República?. ¿Cuáles medios?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿con quién?. Vaya conjeturas y multiplicidad de variables. Lo que no venden los medios masivos de comunicación  no lo vende nadie. Ahí está el nervio central de la campaña.  ¡De toda campaña!.

 

   Imagina con punzante insistencia en medio de su compleja disyuntiva: "Si no es noticia que un embolador o lustrabotas, una empleada del oficio doméstico, un celador un mensajero y una secretaria,  aspiren al concejo de la capital, entonces que puede ser noticia; no hay nada que hacer. Ese es el camino...Ya están inscritos. La lista la aceptó la registraduría sin saber de quienes se trata; el director nacional del Partido  popular  les ha dado el aval,  sin darse cuenta, ¡claro!".

 

   Lejos de todo el director del Partido Popular  uno más de los convidados de piedra para su estrategia.

 

    Interesante ejercicio pedagógico jugar con las herramientas constitucionales y legales establecidas por la 'democracia de forma'. Mezcla de intuición, imaginación y conocimiento de la ley, por su condición de profesor universitario de derecho administrativo; eso sería como la culminación de sus aspiraciones profesionales demostrar que la ley y las costumbres son cambiables con el devenir de los tiempos según sean las circunstancias que motiven sus modificaciones para hacer historia.

 

   No busca ni posición ni dinero. Tampoco desea morir sin haberle legado algo de sí a la democracia, abrirle caminos de legitimidad entre quienes tienen derecho a elegir y ser elegidos, pero que esa sentencia consagrada en toda democracia pueda ser cierta.

 

   No espera como muchos profesionales del derecho valerse de sus vastos conocimientos para enriquecerse mientras empobrecen a sus clientes, entorpecer o enredar los procesos para sacar malsano provecho. Ese no es desde luego el propósito que le mueve ni le merece todos sus desvelos; su verdadera intención es demostrar de manera real y visible las falencias de la democracia colombiana y darle una cachetada diplomática a los manipuladores del sistema.

 

   Como un juego de imaginación, de palabras y pequeños hechos fué armando la estrategia. Un aval reconocido, una lista para el concejo de Bogotá, unos hechos, unos momentos harían que se produjera la noticia.

 

Paso primero: Encabezar la lista para luego retirarse junto con el segundo renglón. Quién iba a sospechar: prestigioso abogado, hombre de academia, profesor universitario, persona honorable y de bien; ¿qué más podía pedírsele para otorgarle el aval?. Sin saber de quiénes lo acompañaban ni de lo que se traía en mente. Además, astutamente le dá  al director del partido sobreaviso al advertirle:"la lista va a sufrir modificaciones sustanciales".  Lejos de imaginar la conformación real de la misma. En efecto el último día al vencerse el plazo para hacerle las modificaciones el profesor Rosas  acusa su renuncia irrevocable como cabeza de lista al concejo de Bogotá.

 

Segundo paso: Una vez recibida y aceptada la renuncia por el registrador Distrital queda como cabeza de lista su cuñado indefectiblemente; según el código electoral, por estar de segundo.

 

Tercero: Aparece horas más tarde el cuñado en la registraduría local para presentar la renuncia irrevocable a la aspiración en su condición de aspirante suplente. Una vez más es modificada la lista en menos de tres horas. Le es aceptada la renuncia y de esta manera quien ocupa el tercer renglón es Luis Eduardo.  De oficio lustrabotas quien  queda de ipsofacto como cabeza de lista sin saberlo, todo a sus espaldas inconsulto y utilizado para esa causa.  Ha concluido su misión el profesor Rosas.

  

   Ahora debe esperar pacientemente y serenarse para ver si alcanza el propósito el día de las  votaciones... Hasta ese día podrá cantar victoria o callar para siempre su derrota. Que alegría lo embargaría aquella hora al cierre de la jornada si pudiese gritar a todo pulmón...¡Viva la democracia viva por siempre! porque personas de estrato humilde han penetrado la coraza de todos los impedimentos y obstáculos  que les habían construido a sus espaldas. Viva por siempre viva la democracia porque le atravesaron con ella de muerte a sus  verdugos, refugiados en  vos con sus guaridas  utilizando en vuestro nombre muy bien sus máscaras. 

Viva por siempre viva la democracia porque gracias a  vos los pobres alcanzan sus sueños y podrán escampar bajo  vuestras toldas.

 O de no salir elegido el lustrabotas permanecer callado por el resto de su vida mirando como los de siempre  utilizan a su modo y en provecho propio a las masas estrato cero, siempre a sus espaldas. Desilusionado al no poder abrirle la puerta grande a los pobres en las decisiones públicas, no poder entregarles la llave de su propia voz y voto para deliberar en conciencia en los estrados donde se decide por su destino y su miseria.  Para que entren por fin a participar del establecimiento y de las determinaciones que los afecta desde dentro, con voz y voto.

 

   Ningún movimiento o partido ve con buenos ojos avalar candidaturas de personas poco recomendables. ¿Si alguien en calidad de lustrabotas, barrendero o guachimán pide un aval a un partido  lo concederá?. ¡Jamás!. El poder de los pobres  está en las manos de los ricos con  poder e influencias y  no lo cederán a ningún otro ser humano por las buenas ni por las malas. Menos por el de la persuasión, solamente la mano de Dios y la capacidad  de estrategias novedosas como esta les abre espacios en la desfigurada democracia colombiana.

 

    Ahí se sella definitivamente todo el plan.  No habrían más modificaciones ahora sí  todo el mundo puede enterarse: 'Un embolador'   aspira al concejo de la capital.

 

   La gran virtud de una persona está en saber renunciar a su condición para abrirle espacios y darle paso a quienes no los podrán abrir con sus propias manos o capacidades, aunque estén rebosantes de ellas.

 

 

8

 

   ¡De  lustrabotas a concejal de Bogotá, inimaginable!. 

 

Un simple embolador al escaño ocupado por los doctores de la ciudad se hacía cada vez más posible en los planes diseñados por el profesor Rosas.  Todo estaba en orden, era el momento para darle a conocer los pormenores de la estrategia al implicado; ese hombre simple  de sonrisa generosa, desdentado y del común a quien el destino había señalado para ser el protagonista de uno de los retos históricos en la democracia capitalina.

 

   Aquella tarde le dieron la primicia en su lugar de trabajo dada su nueva condición en calidad de candidato. Los requisitos exigidos por la registraduría todos en regla sólo faltan las fotografías de 3X4 cms. La  debe llevar el mismo Luis Eduardo  en horas de la tarde para efectos de ser impresa en el tarjetón.

 

   Una vez llega El profesor Rosas  al puesto de trabajo de Luis Eduardo  lo saluda con gran alboroto: ¿Qué hubo hermano. Tú si trabaja que trabaja; eso descansa y ponte a trabajarme la campaña, no ves que voy para el concejo?. Tú también vas en esa lista.

-Hola mi doptor. Qué es que siempre se pierdes, dónde se la pasas metido ahora que no se dejas ver.

-Por ahí hermanito haciendo cosas;  por ti,  por mí, por los demás. No crees que la cosa va en serio. Hagámosle que esto se va a poner buenísimo, pero colabórame hermano; porque sino pailas. Necesitamos  sacar esos tres renglones de una; para que tú también seas concejal.

-Uiii, cómo así, yo concejal, ¿luego no es vustéd al que vamos a ayudarte con el votico?.

-Pués si hermanito, pero si sacamos bastantes votos pues hay la posiblilidad de que entremos varios renglones.  Para eso me firmaste el otro día ese papel no ves que tú también estás ahí metido.  Necesitamos votos a la lata.

-Uséase que si la votación es bien berraca púeo tame ganando yo también ese chicharrón. Eso tá bacano, toca antonces camellar. Votos a la lata  es lo que vamos a sacar. Si no  cuál es la gracia.

-Mejor dicho, con ese ánimo que tienes hermanito no hay ni la menor duda:  Luchito concejal.

-Sisas. No, pero qué tal yo de concejal; eso si es como ganase uno la lotería sin habela comprao si o pa' que mi doptor.

-Ay hermano quién quita. La suerte no avisa; mejor dicho, ni para qué te digo. Está bién; agárrate de la butaca duro para que no te desmayes no vaya a ser que por hacerte un bien te haga un gran mal.

-...Pero ya, sin rodeos, suéltela, a ver qué es lo que me tiene por ahí guardao. Yo te conozco y vusted siempre me traes con solpresas raras ¡ahora ésta vez qué jué!.

-Bueno, respóndeme primero una pregunta hermano: Tú que harías si llegaramos a tener una votación bien grande y salieras concejal.

-No... pués qué no haría, imagínese; uno de concejal a estas alturas. Esos manes... yo conozco, no tengo estudio pero yo me las pesco. Esos manes ganan rebién, si o qué, ganan las relucas, tienen escoltas y hasta el hijueputas, mejor dicho tu pregunta es que cómo sería yo de concejal. Pués ya le toy diciendo que primeramente que too yo me compraría una casita, mejor dicho, pondría  a mi  costilla y toa  mi jaamilia a vivir como Dios manda. Eso sí, sus güenas pintas porque allá eso sí, enrialiadmente a uno le toca tar bien pinta; corbatica bien aplanchaíta y tales, su saquito y su güen pantalón de paño.

-Sí, Lucho. Pero eso no es lo que hace a un concejal. Mi pregunta es ¿qué harías por ésta ciudad tan grande, con más de nueve millones de habitantes?

-A... eso sí está mejor preguntao, explícate y yo le explico. Pués vea; por esta ciuá tan putamente grande como me dices usted, qué no haría yo. De too, mejor dicho primeramente que too, la salú pa' los de la calle, pa' toos, toítos los que nos toca al sol y al agua: vendeores, prostiputas u traajaoras seisuales que llaman ahora pero que son la mesma güeonaa, los ñeritos de la calle, los poóordioseros esos.  Tamién segundamente que too yo buscaría la jorma de ayuaar a la niñez esamparáa. Tamién,  terceramente que too ayuoo al gremio de nojotros que está tan llevao.

-Claro que es una ayuda ¿pero cómo harías para conseguir esas ayudas?.

-Por ejemplo de mi sueldo, güeno no de too, pero sí de una partecita bastante grande, vustéd me entiendes... enrealidadmente le mandaría a hacer cajas bacanas con toos los juguetes, completa; desde cepillos y betún pa' rriba. Eso es una ayúa o nó mi doptor.

-Sin duda. Pero...

-Uiiií, me estás es corchando con tus preguntas necias, ni que yo juera un superministro pa' ressponderle tanta preguntaera.

-No Luchito, es  para que te vayas preparando porque qué tal que el destino nos ayude y salgas concejal. La prensa te coje y te hace llorar.

-No mi doptor mejor ni me las cante porque ahíi si me asusto y me voy es quitando de ese jueguito de ser político.

-Nada de eso Luchito, ya no hay tiempo de llorar. Respóndeme  cómo conseguirías los recursos para hacer eso que me dices que harías ?.

-Pues no ves que el poer lo tienen aquí en  la capital de la República son esos manes del concejo, cómo que cómo;  pués hablándole a quien me toque así me toque ir onde el alcalde mayor o si se púee hasta el presiente y hasta el putas, vusted me entiendes. Si hay que hablar con ese man púes yo hablo con el que se sea,  con tales que no le mamen a uno gallo y sea uno el que endespués quée como un culo con los amigos y con la gente.  Vustéd sabes mi doptor  que la gente no es como uno. Pa' eso me dieron esta lengua, no fue pa' mero probar las comías, ni pa' mojar los labios cuando pasan puaáquí esas muchachas bonitas.  No mi doptor, jué pa' hablar de verdá;  pa' hablar como una cotorra mojaá. A yo sí no me 'á pena hablar,  yo no me queaaría callao, no qué va... ni pu' el  putas te lo juro.

-Pues hermanito te voy a soltar la sorpresa. Mira estos papeles:  ¿tú sabes leer?. Qué díce aquí?. El profesor le alcanzó los documentos señalándole con el índice derecho lo contenido en ellos.

-No, pués,  suéltemela  solpresa; yano me haga sujrir más. Leigámelos tú que es el que sabes leer. Me tienes entrigado.

-¿Reconoces la firma?.

- ¡Piis...claaáro!,  no ves que es mi  mesma jirma, cómo no la voy a reconocer. Yo toy pobre pero no ciego,  vustéd que 'íjo el Lucho ese no pasó po'la escuela ni un día; nó, yo si sé leer de corrío y hasta se leer la letra pegaá. Lo que no quiero es leer 'orita, no ve que tengo las manos huntaás de betún y endespués le mancho esos papeles y ay si pailas  lo dejo es mamando. Suélteme la solpresa que me tienes sujriendo.

-Está bien. Ahora sí, siéntate; toma aire, tranquilo, no te vas a desmayar. El profesor exhibe los documentos para leerle de cerca, por encima de sus gafas, el contenido de la sorpresa.

-Sí pero ya, sin comerciales mi doptor; que ya me está es poniendo neerviíoso. Ende que llegó lo veo como toóo sollao mejor dicho contentongo, yo estoy es mirándolo a los ojitos y están que le brincan. Yo también me las pesco, ya le 'ije.

-Mira Luchito, hoy acabamos de modificar la lista y quedaste encabezando,¿cómo te parece?. Le echa el brazo sobre el hombro a Luis Eduardo.

-Nonis, no te entiendo es naa,  escúlpe, me dejaste regringo con lo que me dice mi doptor.

   Le sonrie y con gesto de hacerse entender le dice: A ver,  mejor dicho ...¡yo no voy ya para el concejo!

-¡Ah! ...entonjes pa' presiente de la República o ¿de qué se metiste ahora?

-No Lucho, espera me explico; acabo de renunciar y mi cuñado también.  Interrumpe para examinar la actitud del lustrabotas.

-Cómo así; uséase que toóo era pura muza suya, mera tramaeera  pa'  dáme caramelo barato. Yo sí dije y "El genio" me decía que tuviera cuidao de dejame meter en esos rollos del concejo ese. Si ves que los abogaos todos hablan mierda y son es puras mentiras y paja. Los güevones semos nojotros que nos dejamos creer de cuanto engañapendejos se aparece echándole a uno lengua pa' enredalo y endespués se  salen con las suyas.. Muestra disgusto y se indispuso por lo oído, al creer que se trataba de una broma simplemente.

-No, no es lo que estás pensando como dice la propaganda, es precisamente todo lo contrario; cómo te explico: mejor dicho, cómo me hago entender; es la ley, que dice, que si los primeros renuncian, en estos casos, los demás suben para ocupar el puesto de los que hayan renunciado, automáticamente; y te acuerdas que estabas después de mi cuñado y como él también renunció, entonces, te toca subir al lugar donde estabamos nosotros, osea encabezar. Eso fue lo que acabamos de hacer; renunciar nosotros para que tú quedaras de primero. Pero la lista sigue, lo único es que ya ni mi cuñado ni yo podemos ser concejales, en el caso de que saquemos los votos que se necesitan. ¿Cómo la ves?, mi honorable concejal.

-Uiii, que va vustéd mi doptor, uséase como quien dice la Biblia, los primeros serán los últimos o qué. No, pero cómo vas a hacer semejante calaverada,  quitase vustéd para dejame a yo, eso si que no, no ves que  vustéd es el doptor;  yo te dije que soy capaz de ser concejal pero de mentiras; no... virgen santísima yo que voy a ser capaz con ese cargo tan hijueputa, no que tal de verdá que saquemos bastantes votos y me pongan de concejal, eso si es, una vaina muy jodía. Yo creigo que eso es pa'  cagase uno del susto; mayormente es pa' la gente inteligente, no pa' embolaores como yo. Uiii, vustéd me estás... es probando, o me ta metiendo cañazos. Noooó, yo que me voy a meter en camisa de once varas, mejor sigo aquí con mi cajita de embolar. ¡Doptores al concejo!,  ¡zapatero a tus Zapatos!... y ¡sapos al agua!. Yo lo que soy es lustraóotas no político ni naáa 'e eso... Aunque el rostro de Luis Eduardo le cambia por completo se nota en él un aspecto bonachón con un aire de superhombre, mezcladas de todos modos las emociones de incredulidad y de posibilidades.

-El profesor  Rosas.  Lo interrumpe:¿No me crees verdad?. Claro que eres tú, quien te posesionas si llegan a votar  por el número tuyo en el tarjetón. ¿No ves que encabezas la lista?

-No, como hago yo pa' creéle, eso no pueée ser. Y cómo hizo pa' hacer lo que me dices que hizo.

-Ay, Luchito mira, fácil. Nosotros nos retiramos, para que tú subieras. Así de fácil.

-Si pero de mentiras. -Le interpela Luis Eduardo incrédulo.

-Cuál mentiras, -Le advierte con vehemencia y prosigue- si acabamos de venir de la registraduría de hacer los cambios. Eso se puede hacer, no te preocupes que yo me retiré de la lista,  pero no te dejo sólo ni un minuto. Es una estrategia para que los pobres algún día lleguen al poder.

-Y acaso, ¿eso se puée?.

-¡Claro que se puede!, mejor dicho ya se pudo; ahora lo que tú tienes que hacer es ponerte las pilas.  Lo toma del brazo para invitarlo consigo a acompañarle- vamos, te tomas las fotos  para que salgas en el tarjetón.

-No, ahora si que entiendo menos, pero como así, si yo de eso no entiendo naa de naa. Que tal que por desgracia pa'l pobre prójimo le llegue a sonar la jlauta y cómo queamos los dos. Se imaginas esa mano de perioistas a la pata mía  eso por un lao sería rechimba, pero puel otro te imaginas mi doptor esa mamaera de gallo tan malparia que me cojen.  ...Jorrrdicho me la ponen de cajita esos perioistas conociendolos como me los conozco yo, esos si me hacen es llorar como me decías hace un ratico, cuando jugaba con yo al perioista con esa malparia preguntaera que les coje por demaás, mejor dicho esos son unos catres con el que se la deja montar.

...No pa' mejor dicho ni pensar en esas güeonaas porque como que me toy es arripintiendo ya de ser emportante en este país tan..., mejor ni digo porque  que dirá mi doptor, que soy suez y jetón u vulgar.

...mejor dicho ni paqué soñar dispierto, y las desgracias que uno de pobre piensa le salen como mera maldición, si porque al pobre lo que  se pone a pensar de malo le sale, mi doptor.

No "que tal el hijo de mi dijunta madre se le cumpla esto que toy pensando": Que tal resulte too el mundo, perioístas y toos, haciéndome preguntas y yo ¿con qué les salgo mejor dicho, sin saber que les tengo que 'icir?.

-Lucho, Lucho, nada de nervios, todo a su debido tiempo, ahora la foto, vamos.

-Bueno, eso si yo hago lo que vustéd me digas. Espéreme cierro el chuzo y quien dijo mieéo,  palante es pa'lla y pa' trás ni pa' coger empulso, hagámosle en pura, antonces.

-Si, Luchito... vamos para ver si alcanzamos.

-Vustéd mandas mi doptor. Son las jotos y que más... No me igas que tengo que poner mis lucas que tengo ahorraas. Porque eso, si que no me va es ni a convencer, vusted sabes que pa' esas vainas de la política se gasta la mundial de grasa.

-No, ya lo demás está listo, sólo las fotos. Vamos te las tomas y las llevas a la registraduría, es aquí mismo en el centro. Tú llegas  dices que vas a entregarle las fotos al registrador, te identificas y entras, que son para el tarjetón y ya.

-A listos...  too'ién.

-Aquí en esta tienda Fotográfica te las puedes tomar,  ven; que las necesitas para antes de las tres.

-Uiii, pero con esta ropa, sin corbata, eso queeo muy  rejeísimo, reboleta.

-Claro, con el overol es la gracia, échate la cachucha para atrás y abra esa boca para que te veas sin dientes,

-Así con la boca bien aierta como dándome ¿la rerisa?

-Eso, Lucho, así con sonrisa de oreja a oreja, mejor dicho acuérdate del embolador, el de la televisión, que te parezcas al embolador de la Calle. No dejes la caja de lustrar, llévala a la registraduría  y entras con caja y todo.

-Claro, esa és, sisas; como el mancito de la teleisión, esa me tramó mi doptor. Así queo rechimba, queo mejor dicho el mesmito de la teleisión y eso pega, ¿si o pa' qué?, papá.

- Yo te espero hasta hacerte tomar la foto.  Con inmensa alegría celebra el profesor Rosas  la actitud del lustrabotas.

 

   Una vez en las instalaciones de la tienda fotográfica llegan hasta el mostrador se acerca a ellos una joven señorita para ofrecerles los servicios del estudio fotográfico-A sus órdenes. Les saluda.

-Buenas tardes.  Le contestan en coro ambos, el profesor continúa.  ¿Es tan amable de tomarle una fotografía al señor?. -¿Cómo la quieren?. Respuesta inmediata de la joven  dama. ¿de tiempo o instantánea?.  Le dice sin dejar de mirarlos por  la vestimenta con que se presentan, notable diferencia entre los clientes podía verse a leguas. Sin descuidar su reloj y su cadena de oro que pende del cuello.

-Cóoomo así, ¿qué es de tiempo y que es destantánea?. Pregunta Luis Eduardo. Se muestra nervioso y confundido. Se queda hablando solo porque la joven aligera su paso hacia el interior del estudio para cerrar el mostrador, hace gestos para alertar a la clientela,  camina presurosa hasta donde se halla la cajera, busca con nerviosos movimientos de cabeza la manera de ubicar al celador que está junto a la puerta de entrada, para prevenirlo por si algo sucede. La facha de los nuevos clientes deja sembrada la incertidumbre en ella. Las personas que están junto al mostrador comienzan a guardar las joyas y a retener contra sus cuerpos muy fuerte sus carteras y objetos que llevan a la mano. Una anciana comienza a gritar: ¡ qué es esto virgen santa no vaya a ser lo que estoy pensando!, porque siempre andan vestidos unos de doctores y otros como emboladores... Se quita los aretes y trata de buscar refugio cerca a la señora que está en la caja.

-Seeñorita vustéd me tienes esperando y no me dices que son de tiempo y de las otras que no me arrecuerdo. Insistía sin darse cuenta del pánico que había sembrado.

-De tiempo se la entregamos mañana o en una hora. Instantánea la tomamos digital y en cinco minutos la tiene.  La jovencita seguía confundida pero trataba de mostrarles fortaleza,    amplia explicación del proceso de revelado. Sin embargo Luis Eduardo estaba nervioso se mostraba muy nervioso por lo de tomarse a tiempo la fotografía y de pensar en todo lo que le había acabado de decir el profesor Rosas.

-Sáqueme esa de cinco minutos a color,  bien bacana porque es pa'l tarjetón de la registrauría . -Dice Luis Eduardo como si no fuera con él,  el asunto.

-¿Para qué las desea?,. Le pregunta, para hacer un tanto dispendiosa la labor en procura  que llegara la policía. Ya la habían alertado en cuanto vieron los rostros disímiles de los visitantes inusuales.

-Para eso de la registrauría, que es que voy a ser concejal de esta ciuuá. ¿cierto que sí mi doptor? -Ahondó complaciente el lustrabotas en explicaciones obvias.

-¡Cierto!, Lucho. Lo confirma el profesor Rosas.

-Bueno, mejor dicho, jenñorita, las jotos las necesito pa' hacer una gueéeltica en la registrauría ahorita mismo y no me pueeo 'emorar mejor, endespués cuando me vea en el tarjetón se vas a dar cuenta , 'e lo que le toy  iciendo;  de pa' que es que neecito estas jotos. Hace un gesto congratulado frotándose las manos sin dejar de acomodarse la gorra y sin abandonar su caja de embolar..

-Son cinco mil pesos las tres. Camino hacia el cubículo e indicándole a la cajera, la joven estupefacta con su rostro fruncido no lograba comprender al escucharlo hablar de esa manera. Explicaciones nada congruentes.-... En la caja por favor. Le indica con su índice al profesor sin descuidarse, ni descuidar los movimientos de ambos.

-Si claro,  responde el profesor Rosas  metiendo su mano al bolsillo del saco-toma págalas y tan pronto como te las entreguen las llevas a la registraduría local;  dirigiéndose a Luis Eduardo: queda aquí mismo, en el centro; no a la registraduría nacional, esa no. ¿Te queda claro?. -Se le queda mirando todo el mundo como aterrados por lo escuchado- Nos vemos mañana para ver como te fue.  Se despidió de Luis Eduardo y sale por entre la gente sin mayor reparo. acompañado hasta la puerta por Luis Eduardo, que habla, habla...Antonjes la cogió en serio, güeno mi doptor;  primeramente que too llevo las jotos a la registrauría... ¡y ya.! ...La que queda aquí en el centro; listos mi doptor. Con - yó si es pa' las que sea -. Me perdona, me ...escúlpa, por lo de las duúas esas que me daban güeltas y güeltas en la caeza, pero es que la  verdá,  yo le 'ije a mi mujer y se riyó fue de yo y a los que les voy diciendo me van es mamando gallo, pero yo ya le dí mi palabra y no me le chupo, yo ya le dije que es pa' las que sea. Sale dejando a Luis Eduardo  a la espera de la fotografía. Reitera-Si, llévalas ahora mismo y nos vemos mañana. Chao Lucho,  vamos con toda para adelante. Nos vemos, yo te busco.

 

   Entró en aparente normalidad el estado anímico de  quienes habían sido presa momentánea de una falsa alarma por las recomendaciones y cuchicheos suscitados.  Luis Eduardo acata las señas que le hace un joven a cuyo pectoral lleva una cámara fotográfica,  se dirige al cubículo para tomarle la fotografía. De paso le echa todo tipo de halagos y piropos a las jovencitas que están atendiendo, sigue hasta el cubículo.

-Chaas-gracias jenñorita, tan rebonitica; me las toma con mucho cuiaito pa' que te acuerde de este pechito, pa' que vote por yo en estas eleiciones. Y si no es mucha la molestia te pueo preguntar una cosita?

-Si claro, dígame...Ya de aspecto más tranquila, pero aún a la espera de que apareciera por algún lado la patrulla.

-Vustéd cómo hace pa' ser tan bonita...no eso no era lo que te iba a preguntar; era que si me pueo bañar endespués de que me tomes la joto. La niña sonríe sin musitar palabra, a la escucha de lo pronunciado por su cliente.

-Espera cinco minutos y reclamas con el recibo de caja por favor.  Le advirtió la joven después de salir del cubículo a Luis Eduardo.

 

   Luis Eduardo  se sentó en actitud de espera, con ansiedad.

 

-Aquí están señor. Llamó al mostrador desde dentro una voz femenina a Luis Eduardo. Se levanta efusivo para ver de cerca su rostro en el papel impreso. Lo examina, lo toca por todas partes y  la echa al bolsillo de su overol.

-Chaito, le dice sonriente a la  joven que le hace entrega de las fotografías. vota por este pechito. Mejor dicho  yoeré. Y si queres tamién eche el chance con mi número y lo verás que se lo gana, yo lo voy a jugar toos los días; es el 426  Nadie parece prestarle atención a sus comentarios, sale como si no hubiese sucedido nada extraño.  Una vez abandona las instalaciones del estudio se le acercan cinco policías lo colocan contra la pared y le requisan hasta el alma pero en vista de que no le encuentran nada lo dejan ir.

 

   -Esa joto queó no sé cómo. Habla sólo en monólogo inusual contemplando su propia fotografía. Mirela bien  Luchito, esque no se parece en naa a yo. Ese como que  no se parece a yo, ¿cierto?. La madre que es igualito al embolaor de la teleisión. Ojalá y le guste a las hembritas que me van a ver la jeta en el tarjetón, de sinó  se perdió la platica, mi juturo concejal.  Chaitos y  ¡...chaas gracias! otra güeltica, uyuyui, ni me las creo; ahora si salgo en bombas pa' la registrauría. Yo no lo hago quear mal del toóo, doptor, yo hago lo que pueéo y lo que vustéd me digas... -Musita a solas- Porque si llego a concejal,  me tá' provocando hacer lo que  a yo se me é la gana,  no ves si soy concejal, yo soy es la autoridá y el que manda, es el que manda; como quien 'ice yo mismo soy el jefe de yo y de los demás;  porque es lo que me íce  la concencia.  Que no me deje creer de cuentos de doptores ni de políticos ni de naides. ...No mentiras; yo no cambio, si llego, es porque voy a ser igualito, mejor dicho el mesmo Luis ernesto de siempre que toos conocen. -No pero si llego no que tal uno debe cambiar, enrialidadmente ponese a la altura de esos manes que son concejales ya.

-Güeno luchito eso tá bien; pero lo más emportante es que te muevas pa' que alcances, en si nó conqué le sales al doptor.

 

   Luis Eduardo  continúa caminando por entre la gente sin ver ni saludar a nadie camino de la registraduría local  para cumplir con el requisito de anexar la fotografía al formulario de inscripción exigido con su caja de embolar, su overol azul y su cachucha volteada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

9

 

 

 

   Cómo explicar esos fenómenos en la vida de los seres predestinados a remover las incógnitas y establecer paradigmas -por la sin razón- que supera la lógica de las cosas. Hechos que sólo se le pueden atribuir a las meras coincidencias o a esos otros factores hasta ahora inexplicables. Producto de las causalidades no de casualidades.

 

   Si bien en el pensamiento del Profesor Rosas todo estaba calculado no contaba con los imprevistos que terminarían siendo el punto definitivo del cubrimiento de los hechos siguientes.    Nadie  podía sospechar  del alcance y desbordada atención que suscitara entre la prensa la  simple disputa entre el lustrabotas y el celador motivada por la fotografía de medio cuerpo que se debía anexar a los formularios de inscripción. ¿Quién iba a imaginar la trascendencia del bochornoso altercado?. Cubrir páginas enteras en todos los diarios más leídos en el mundo, captar la atención de los medios de comunicación televisada, escrita y radial.  Sin lugar a dudas  terminó siendo  la Gran Noticia que le dio la vuelta al mundo en tan pocos días. Estrategia desconocida para campaña jamás vista en democracia alguna. Salida de todo pronóstico o genialidad para surtir los efectos imaginados pero no diseñados por el autor de lo que se convertiría en fenómeno político.

 

-Güenas tardes  ¿esta es la 'registrauría  istrital'?.  Le saluda Luis Eduardo  al portero de la entidad electoral.

-Si, esta es.  ¿Quién lo  mandó  llamar?.

-No naides me ha mandao llamar.

-Entonces qué se le ofrece aquí,  ¿a quién viene a embolar?.

-No, no cela, yo no 'engo a lustrar ni a embolar a ninguno, es que aquí es a  donde me dijeron que trajiera las jotos pa' lo del tarjetón.

-¿Cuál tarjetón señor?.

-Cómo que cuál tarjetón, pues ese donde salimos toos los que vamos a ser concejales de la capital.

-¿QUE......QUE.......?

-Así como lo oyes, es que... yo me iscribí pa' concejal, mejor dicho me escribieron  y me piieron estas jotos.

-Señor, usted está borracho o drogado?.

-Reéespete cela, que yo a vustéd no lo estoy inrrespetando, ni lo toy tratando de soplete, vustéd no me conoces, vustéd no sabes quien soy yo., pa' que me 'iga esas cosas.

-No, quién va a ser, pués el presidente de la República... un triste        embolador.

-No soy embolaoor soy lustraóotas que es distinto.

-Embolador o lastrabotas es la misma mierda.

-Señor pero moere su ocaulario, que yo no  lo toy insultando ni mucho menos pa' que me trates así.

-A mi no me venga a decir cómo tengo que haablar, ni menos me tutié no sea marica.

-Si ves que está siendo grocero conmigo. Yo lo que soy es una peersona decente y vustéd es el jetón.

-Respete casposo, esta es la registraduría y aquí no viene usted a sabotearme, váyase de aquí... andando,  andando de aquí, vamos, vamos, despeje el paso para que entre la gente.

-Cómo así que despeje, ¿acaso yo también no soy gente? si yo lo que voy es pa' aentro, no ve que ya no tengo más tiempo pa' poneme a dale eisplicaciones a vustéd. Yo voy es a entregale las jotos al señor registraor, yo también voy pa' el concejo. Mire los papeles estos, lea ahí díce clarito que yo estoy pa'  concejal.

-No señor, ya le dije que se abra, aquí usted no viene a ponerme chaleco, váyase con su caja de embolar a otra parte, o que se creyó, que ésta es su casa, no señor, hágase para allá, si no quiere meterse en problemas.

 

   El celador empuja a Luis Eduardo.

 

-...Problemas en los que vustéd se metió celacho, vustéd no sabes quien soy yo. Le güelvo a repetir, como si juera sopa.

-¡Uuy, no tan importante!. Mire como tiemblo, que miedo, mejor váyase para la mierda, no me joda, aprenda a respetar para que lo respeten no sea hijueputa.

-Más  triplehijueputas, será su madre y vustéd que lo pario esa perra. ¿Qué se ta' creyendo gorronea catrehijueputa, trentahijueputa, tetracanutra que porque uno es decente me la quiere montar, u se ta' creyendo que por que lo tienen ahí es que es mucha cosa, no sea tan  remarica tonto enmundo, cabrón de mierda trentahijueputa. Vusté empezó ahora hágale... Véngase a ver,  quitémosno la vida,  no se arrugues  coscorria, pecueca,  malparío bocón.

-Este hijueputa embolador de mierda,  me vió de veras la cara de  marica. Hora y verá. El celador hace por desenfundar el revolver que lleva al cinto.

-El que me vió la cara de marica jue el señor portero, que es que se cres mucha cosa por ser un pobre e injeliz guachimán, vengase a ver; mire a ver si es que me va a pulsiar las güevas. O jué que se creyó: el dueño de esta mierda, o esque siente jlojitos los pantalones?.

-Ya le dije que se abra sino quiere que le llame a la policía.

-Claaaro, ahora si le da culillo, mieoso puro sudor y peos, asustapendejos, no es que es tan guapo, no que me arrempujó, no que me trató como se le ió la puta  gana?...Hágale, saque ese jayaco y diiispare a ver si tiene pantalones, no se chupes no sea  gallina, u es que tiene pantaletas de pipas; toquese a ver que lleva en el jundillo. Vustéd lo que encontró por jin jue a un vaaáron; háguele, háguele, no se chupes.  Véngase, salga pa' juera, pa'ca  pa'la calle.'Ora si topó su changüita, vela pendejos de mierda, maricón. Encaramapingos, jloripondio; ya me sacó fué la raoonaa y ahora si se chupas. Qué dijo... éste es mío, yo lo vi primero y me lo llevo de calle, me lo suervo sin mascarlo. Noo.no, nó...con yo por las güenas soy güeno y por las malas soy malo como el putas como dice la canción ranchera.  Que pensaste piirobo, ese señor es como decente y se la voy es montando. Pues no mi señorito, vaya póngase jaldas y bailemos un poquito. y si es que  de a de veras es berraquito mire pase esta raya.  Luis Eduardo  enfurecido escúpe al piso trazó con el dedo untado de saliva sobre el suelo una línea  para marcar el tope de la paciencia e invita energúmeno a su contrincante para que se atreva a cruzar el umbral de su desafío.

-No respondo ...yo cumplo con no dejarlo entrar y mire que es lo que va a hacer.   Le insiste el portero de la registraduría.

 

   El portero hace amague una vez más por desenfundar el revólver pero no se atreve, la gente se agolpa para presenciar el escándalo propiciado. Ambos actores del conflicto entrabados en palabrería vana, enardecidos de ira se desafían mutuamente. Lo cual le impide a Luis Eduardo  ingresar para entregar la fotografía.

 

   Se le extravía  por un momento la caja de embolar; de pronto la halla tirada junto a la acera. Preso de ira se aleja vociferando entre los dientes cuanto se le viene a la cabeza  sin quitarle la mirada de encima al portero.

 

   Las cámaras logran registrar por primera vez el bochornoso incidente sin hacer público el hecho hasta dos días después. Por fortuna o infortunio los reporteros de innumerables medios se encontraban en el lugar por obvias razones.

 

   Luis Eduardo  atraviesa la calle solitario en medio de las miradas de los espectadores que presenciaron semejante episodio. A pasos agigantados camina como mordido de ira hasta encontrarse con su hermano "El Genio" en el lugar habitual de trabajo:

 

-¿Quiubo, hermanito ¿cóomo es que le va al juturo concejal de la capital?. Le pregunta saludándole en tono emocionado su hermano "El Genio".

-¡Pueeees al juturo concejal si te rejieres a yo que más pueeedo dicirle mi hermanito:  Me ta' iyendo como reteboleta, ¿No se me nota en la jeta...?. Tengo una piedra la  más triplehijueputass del mundo, es una pieiiegra jinitica herrrmanito. Advierte con su mirada de brasas encendidas mirándole fijamente a su hermano Eugenio.

-Pero déjese preguntar al menos, Lucho, porque se las coges de bronca conmigo. Reespéteme no se creas tan grandecito que sigo siendo su hermano mayor masque le pese mijitico...que es que le pasó. Que es que lo que le hicieron. ¿Ya llevó las jotos que le díjo el doitor, o que 'onde era que andaba metío, que viene herrrrviendo?

-¡Piss...claro!, de allá es que vengo;  pero el celacho es una gorronea, no me quiso ejar dentrar y eso que le rogué por las guenas, como vaaarón decente que soy, de guenos moodales, pero endespués de tanto rogale pa' que me dejara entrar me hizo salir jué el apellio. Tanto rueguele que rueguele pa'  que me ejara dentrar a ese remalpario; aunque juera un minutico, pero el triplecatre,  tetracanutra, se creyó el dueño de la registrauría y no se le dió la granputa gana de dejame entregar esos papeles. Pero eso si, yo lo tengo bien presente. Es que esos celachos son una chaguala con la gente; menos mal que me controlé sino le sieeembro esta caja en la torre a ese chiquitín, pero mejor me sostuve y no le dí emportancia ninguna, ni le dije mejor naa, a esa pichurria. Yo la meritica verdá me porté como too un caallero, decente como el putas.  En otro se hubiera rompío el cuero   y lo hubiera dejao jinito  bien picao... ¡ como pa' tamales !

-Eso será que no le conviene, esa maricaa de concejal, no se metas en esa mierda, déjele ese chichaaaarrón a ese doitorcito que lo embaló, vusté sabe Lucho que entre pobres, los mesmos pobres somos los que más duro nos tiramos; somos como los burros,  nos entendemos es a las pataáas, ¿si o nó?; vusted ya sabes como son esos guachimanes de tercos; por eso es que los llaman mandos medios, porque son medios brutos y medios tercos los malparios esos; más imponentes que los mismos dueños. Por eso, es que nos toca comer siempre toda la mierda del mundo; por  bestias.  Pero no se ajane Luchito, que si eso va a ser pa' vustéd, no se lo quita es naides; pero si más bien le va es a traer proóoblemas, pues dígale al doitor, que se búsque otro marrano, que vusté ya no le va a servir de chicharrón. Que mayormente no le jala más a ese negocito de político, que vustéd lo ta' viendo es como jlojo... que mejor se deje de maricaitas; mejor dicho, ese man talvés porque sabía como era la güelta, jue  que lo embaló; eso es una galleta,  seguro le vió la cara de peéendejo, vaya uno a saber, o porqué él, si se chupó, y más güevón vusted no juera, porque no se le midió él mismo a ese trote, ya toy es viendo que eso es  muy reboleta.

-Nooo, hermanito, yo no creo. Ese man  es un doptorzazo, no pienso que me vaya a sabotiar ni a haceme una jugaa bien  rara; ese mancito yo se las creo de adeveras,  no creo que sea mala je,  ese man yo creo que no sabía que no me iban a 'ejar dentrar, sino me había acompañao.

-Piss...claro que sabía. 'Sino  lo haabía acompañao', vusté si pareces ingenuo. Mejor déjese de güevoniar con lo que no sabe hacer y déjese de pensar enque eso es lo de vusted....mejor póngase al ojicio y dejese de soñar dispierto, mijitico, bájese de esa nube, porque lo  va a dejar es el tren y te lleva es la malparidez...

-Quée'á... lo que le pasó es que tenía que irse a dar clase a la unieersiád; eso  mejor dicho jue lo que me díjo.  Aunque cuando me 'ejó tirao allá como una güeeeva en lo de las jotos esas me cayó la tomba y me requisó hasta el alma, qué no me hicieron.  Lo que me jaltó jué que me lleaaran al calaozo o me pusieran a moeelar como si yo juera una rata. 

-Pero Lucho porque es tan soquete pendejo y majadero de ponese a  tirase la platica en esas cacorraaas, envez de tar aquí atendiendo sus clientes, vea que han venío y  como no lo miran se deguelven.

-Yo no he gastao naá, apenas el tiempo pa' llá y pa' ca, pero al jin eso me hace es provecho, caminar es benejicioso pa' la salú. Pero sabes que me tienes como entrigado lo que me acaas de dicir, que tal ese doptor que me las te es jugando porque me dejó la dua de porque esos tombos...si o paqué  parserito.

-Si pero no se me haga más el güeón, te repito por última vez; o te hago un diujito en el aire o en la palma de mi mano pa' que me entiendas. Le repíto: póngase a trabajar, o es que ese doitorcito le va a dar pa' mantener a su mujer y a esas churrientas que tiene.

-Ya me 'io,  la plata de las jotos, y me dijo que yo no voy a gastar de mi ahorros ni un sólo centaíto, que las lucas las pone es él; ya las tiene calculaas toas las movias, pa' lo de concejal. Hasta se tuvo ahí parao como una burra esperándome hasta que me tomaron la joto pa'l tarjetón; mientras me las tomaron, mejordicho me acompañó y me ayuó a acomoar la cachuca y tiramos risa como locos porque esas jotos, a lo bien; le gustaron muchisísimo a ese doptor Rosas; mírelas, que no son embustes míos. ...y me dijo bien cómo hacer la guelta, pero si hubiera ido con él, me habían 'ejao dentrar, porque ese celador remierda, jue el que no me dejó entrar...lo que decía burlándose de yo, era que cómo se me ocurría de que un embolaoor para concejal, y más de la capital; que no le mamara gallo, que eso era sólo pa' los dotores y que yo no tenía cara de doptor sino de marijuanero y tracala, y eso fue lo que me hizo sacar la rabonaá y casi le pongo la caja de embolar en la caeza, no le toy contando, mejor dicho yo lo veía rechiquito pa' yo, que triple, no dejame entrar, ni por más que le mostré los papeles que me díjo el doptor que mostrara, pero no me quizo creer, lo que hizo  jue, empujame y tratáme como se le ió la gana.

-Pues pa' que se mete en esas vainas le repito. Mejor cállese esa jeta y póngase a embolar, con el pico cerrao;  no me cuente más que me ta' sacando la rabonaá es a yo y vusted ya me conoces güeno y sano, no pensará que toy borracho o con la traba viva.

-Si ve Eugenio, como es vustéd, también esos son los ánimos que le dá a uno, en vez de icile, siga pa' lante yo lo ayúuo, pero que vá, con esas ayúas si cualquiera saca la pata del barro. No que jortuna de jamilia la mia, tripledestino y medio el mío.

-Tranquilo hermanito, siga poniéndole cuiao a esos manes de la política y verá que va a comer más, más pero rechijlas y burlerías, por dejase creer, vustéd perdoneme pero escúlpeme de verdá parece que no juera, ni que juera chino chiquito, perdiendo el tiempo en eso. Mejor dicho vustéd ya tienes céeula y ya saberá lo que hace, veras si se dejas engatuzar. Lucho, a lo vietnán, párele bolas es al ojicio, no vaya a ser que por dejar de traajar se le aburran los clientes y ahí si a golver a empezar endespués de viejo, uséase que en balde los veinte años de mamar sol y sereno pa' hacer la clientelita. Mejor es que, aguardese hasta mañana cuando se tope con el doitorcito ese, sin más raonaas, le cuenta too eso. Vamonos p'al rancho, antes de que se escuresca más y pa' completar el chico se largue un palo  'e agua bien tentrahijueputas y nos lavemos es el culo, y más a más nos dé una peste como la del optorcito ese. Pademás, así usté no pueees traáajar y ya está tarde. Ese genio que tiene es reboleta, más a más corre la clientela.

-No es que es la verdá, -Eugenio- cómo se vás a poner de parte del celacho ese sin haaaber visto de como jueron las vainas, si ves que la cuña que más aprieta es la del mesmo palo, bien decía mi amá, que con vustedes no contara pa' ni mierda.  Porque la jamilia es lo peor que uno tiene.

-Listos. Ya sabe que no cuenta con uno antonjes pa' qué le cuenta de sus rollos, lo mejor es que abramos peluca compadre, porque yo no voy a escuchale más sus lloriqueos. Eso si como dijo juan grabiel si queres nos vemos mañana. ...Nos vemos mañana. Ta' luego...   ja,já...  honorabla concejal.

 

   Aquella noche Luis Eduardo  le parecía la noche de nunca acabar; no pudo dormir pensando en qué pudo haber pasado y que talvés por falta de la foto no saldría y se habría echado a perder todo.

Muy de mañana sale de su rancho indispuesto y muy cabizbajo a trabajar. Con el propósito de ir a la registraduría otra vez  para ver si logra entregar la foto. No entiende  cuanto le sucede. Se resiste a abandonar la esperanza de llenar plenamente todos los requisitos, nadie tenía dicha la última palabra, más después de comprender cuanto había hecho el profesor Rosas,   algo le dice en su interior que el tiempo invertido en este propósito de algún modo le puede ser compensado a todos sus desvelos e infortunio.

 

    Después de pasado medio día el profesor Rosas  llega a buscar a Luis Eduardo   al puesto de trabajo:

-Hola hermanito como te fué, ¿pudiste entregar las fotos?

-No quee'áa, si te cuento no me las va ni a creer. Mejor dicho ni pa' que le cuento, es que la merita verdá - verdá, mi doptor; yo no quiero seguir con eso del concejo, mejor dicho yo no pueo ser ya concejal ni náa, no me dejaron entregar la  joto, había un celaor todo mal encarao y me empujó y me díjo que si estaba jarto, o enmarijuanao o que si andaba mal de la caeza, y la verdá;  pa' mi madre que me provocó mejor dicho, roompéle hasta los güesos, pero vustéd sabes, uno con rabia no ve ni lo que hace ni lo que dice, por mi santa magre que me contuve  resto, porque a poquito y le estrello la cajita de trabaaajar pa' volale a la mierda grande la tapa de los sesos.  Menos mal que me tragué mis palabras y no juí ni mierda de grosero, porque ese guachimán si se soltó a decime hasta de que mal me iba a morir pero endespués de que la gente empezó a llegar, me dí de cuenta que estábanos poniéndonos como pa' peliar, aunque ese man me arrenpujó y casi me tumba, que donde me coja mal parao hasta me jondia p'al suelo, hasta se me iba envolatando la cajita de lustrar en medio de la gazapera;  mejor dicho eso de ser político y concejal no es pa' mi, esa chimbada no paga, eso lo que veo es que ya me gané jué un proóblema el berraco, si sigo con ese cuento hasta me meten al pote y me hacen comer de la que sabemos mi doptor Rosas...ni porque me tuviera muriendo de hambre...es cierto que tengo neeciaes, pero tampoco, tampoco. Parserito.

-No cómo así Lucho, eso no puede ser; el portero no tenía porqué haberte impedido entrar, si eso es público, pero que tal; si eso sucedió como me díces, me van a escuchar; cómo así, porque te vieron en esa facha te van a rechazar; no señores, vámos para mi oficina y hablamos bien allá; a ver que vamos a hacer.

-Pero a lo bien, mi doptor vustéd es el que tienes la culpa de too esto, vustéd jue el inventor de toas estas maricadas y más tonto yo con poneme a ponele cuiao.

-Lucho nada de eso, lo que pasa es que hay algún malentendido.

-Ningún malentendío doptor, lo que hay es un malpario de portero en la registrauría que no deja dentrar sino  a los de corbata.

-No Lucho, debe haber un mal entendido te repito Lucho, porque eso no puede ser así. Esperame hago unas llamadas y salimos a ver que fué lo que pasó. Siéntate. Voy a llamar a unos amigos de la televisión para comentarles el caso, espera y verás. Mira el canal nacional de televisión está aquí a media cuadra, llévate esta muestra del tarjetón que ya salió y díle al director a  Juancho, que te escuche y le cuentas lo que me contaste, mejor dicho todo lo que te pasó en la registraduría como te trató el celador ...en fín vuélate para allá. Lo envía con los  tarjetones donde aparece su nombre: "Luis Eduardo Díaz Chaparro"  sin fotografía.

-No, pero que tal que me pase lo de ayer, y eso si mejor dicho renuncio de unas;  no, eso mejor me voy es  a traáajar, porque por andar púaquí mariquiando lo que voy es a perder los clientes. Camarón que se duerme se lo lleva el putas.

-Nada de eso, lucho, házle, no hemos empezado y ya te dejas acorralar, que tal este concejal... Vuéla y según como te vaya vienes y me cuentas yo voy a estar aquí toda la tarde. A lo mejor te reciba Juancho, él es muy formal, vete, vete.

-Po' lo mismo y tanto, no hemos  empezao y ya  me toy es metiendo en líos. Aljín que ya toy es grandecito y no se pa' que me toy metiendo en semejante peos.

-Lucho, lo que pasa es que empezar de todos modos no es nada fácil y además a la gente le parece raro que tú estés metido en política, por eso es que estoy seguro que vas a ser noticia en estas elecciones, ¿cuándo habías visto en todo el país y el mundo algo así?. Hazle, nada de echar para atrás, esto lo que está es bueno.

-Sea como sea, ultimadamente güelvo a animarme, es que tienes una labia que me convences caa vez que me habla. Mejordicho chicho como dice don cantinjlas, tu tienes un parlamento a tu javor. y me convenciste de nuevo. Naaa de miedo. Pa'lante es pa' lante y nada de mieditos güevones a estas alturas.

-No te preocupes que todo nos sale bien, hazle, vete, vete,

-Yo si voy pero si veo mucho prooóoblema me mejor me queéo es quiiieto. Me animo y me desanimo mejor dicho ahí si como dice la chimultrojia: como pienso una cosa pienso otra.

-Llévate esta muestra del tarjetón para que vean que si estás como candidato, esto les va a interesar seguramente. Animo, ánimo que de los flojos y miedosos no se ha escrito nada.

-¿Qué les voy a interesar?, mi doptor, si a un simple lustraotas no lo  mira es naaádies. o No ta' viendo lo que pasa con un pobre embolaoor, o como me dicen ahora los que saben de este cuento, me maman gallo dizque DOPTOR DE CAJONCITO.

-Bueno la peor diligencia es la que no se hace. Vé hasta allá, estamos a media cuadra de  los estudios de la televisora nacional y, esta noche que tal que salga algo en los noticieros.

-Tá bien, ya güelvo a ver como es que me vá en ese otro lao. De nó ya sabes mi doptor. Tuqui tuqui lulú, pailas parsero.

 

   Luis Eduardo  se dirige a las instalaciones de RCN con las indicaciones del profesor Rosas.   Luego de haber caminado unos pasos se encuentra a uno de los reporteros del importante medio señalado  a quien le ha venido lustrando desde hace años. ¡Gran cliente  de Luis  Eduardo, por cierto!.

-Uíi, mi chino iba buscando a un duro de la teleisión y vengo y me lo topo a  vustéd. Eso si es una liga.

-Hola, Lucho, que haces por aquí. Iba a buscarte para que me lustres pero me ahorraste la caminada.

-No si quieres aquí mismo lo lustro, vustéd sabes que al cliente hay que preferirlo a donde sea, si o paqué, lo que necesito es traajar viejo Taranzona. Venga acomóese aquí y de unas lo dejo impecable, mientras le cuento a que venía. Es que mi Diosito si me lo mandó jue como del cielo; mire uno con clientes perioístas y no me arrecordaba de ninguno... no más de guenas pa' onde.

-Porque Lucho, ¿para qué necesita un periodísta?.

-Cómo que pa' qué; no ve que me metieron a eso del concejo de la capital y ayer me jui a reportar; uséase a inscribime a la registrauría pa' que me recibieran unas jotos que le pien a uno pa' eso del tarjetón, mejor dicho, pa' que la gente lo istinga a uno y vote, usté sabes de eso mejor dicho ni pa'que te cuento too. La que me pasó fué una pero..., por diriamos que por güevón; que el portero reboleta ese, de la registrauría no me quizo 'ejar dentrar, ni por más que le rogué a ese man  con toa mi decencia.

-¿Cómo así?,  barájemela despacio, cómo así, ¿cuál concejo?. ¿Quién te propuso el concejo o qué?.

-No,  pués yo no es que sea naides para aspirar a  lo de concejal, pero la pura verdá, jue un amigo mío que me ayuoó a hacer toas esas güeltas pa' concejal. Uno en este ojicio conoce la regente dura, y yo tengo una mano de clientes de lana y tales; son mejor dicho traajadores del goierno, petroleros, de ojicinas, de la prensa como vustéd y una mano de conocíos, son más de veinte años dándole al ojicio y -cómo no me van a conocer-, ¿si o qué?, vustéd sabes cuanta gente se sienta todoos los días aquí en esa butaquita pa' escucharlo y uno a escuchar too lo que le ícen; es que si uno juera perioísta como usteées si le sacaría jugo a la projesión; noticias pa' contarle a too el mundo. Yo si sé la pura verdá, de como vive la gente. Mejor dicho yo púeeo ser mejor político que cualesquiera: escúche y escúche vainas de too el mundo, uno aquí en la calle se las conoce toitas, esos manes de la política no saben es naáa,  pa' lo que uno sabe. Uno es como el conjesor y el consejero. Lo que pasa es que uno no cobra por eso, sino por la sola lustraíta.

-Bueno lucho, pero no me has dicho como es la carreta de meterte o que te metieron en la política: cuénte, cuénte, cómo así, que vas para concejal y nadie sabe. ¿Quién te avaló?

-Cómo que como, púes como hacen los doptores, esos se las saben toítas, mire que sí, este es el tarjetón lea y se dás de cuenta que ya aparezco como concejal. Y me envaló fué ese doptor Rosas con ese partío que díce ahí.

-Muéstrame dónde tienes algo que diga que vas para el concejo.

-Mire no más...no ves que le toy es mostrando la prueba del delito; ó  que es lo que díce aquí en el número  ese que me tocó.

-¿Ese tal Luis Eduardo eres tú?. ¿Cuáles son tus apellidos completos?.

-Pués, Díaz Chaparro los mesmos apellíos míos, son esos; espere y le muestro mis papeles.

 

   Jairo Tarazona  presentador de noticias de la cadena RCN televisión se detiene a mirar los documentos que le presenta Luis Eduardo  con gesto de admiración y complacencia. Presiente encontrar la chiva para abrir el noticiero ese ddía.

-Esto es un noticionón. Balbucea apretando los dientes y frotándose los puños de las manos de emoción.

-Se dás de cuenta que si soy el mismo que canta y baila, lo que me pasó fue que no salí con la joto como los demás; es por lo que le conté del marica portero ese, que no me quiso ejar dentrar pa' entregárselas al registraor; por eso jue que no me sacaron con la joto;  pero  a yo, ya me metieron y tengo el número 427 no vé. Ahora mejor dicho, ya toy es en campaña, a si que vustéd, pilas... es mi amigo, ahora no seas  que me jaltonié, ni se vayas a poner a regalarle el voto a otro; vote por el 427, uséase por este pecho.

-Espera, espera, déjame el tarjetón, yo me encargo de hacerte una notica para presentarla hoy mismo: No... que berraquera, pués de verdad te felicito, esto no se había visto en este país; que un lustrabotas vaya para el concejo. Oiga Luchito,... y cuál es tú segundo renglón.

-Mire esta es la lista, mírela; ahí estoy yo de primeras, si ves o pa' qué. Los otros son también gente como yo, esa es una asiadora, como que se llama Pachita o Carmelinda; un celacho, mejor dicho la plebe de esta socieeá. Que tal que le peguemos reduro y juéranos concejales de verdá de la capital; eso sí es una noticia rebacana.  Ni me las creo... ¡ saliendo por  teleisión !

-No, pués claro, que es noticia; déjeme esos papeles, les saco fotocopia para hacerte la notica.

-No, si es así,  ni te cobro la puliíta. Venga le echo más trapo que a toos los demás; mejor dicho: venga te echo cepillo hasta del malo.

-No, así está bien. Tóma te pago, este es tú trabajo, el mío es el de buscar la noticia, a mi   por eso es que también me pagan. No te preocupes Luis Eduardo yo te saco algo bueno. Despreocúpate.

-Yo-eré, como 'ícen los niños bien', los de papi y mamá bonita.  Uséase, que ni pa' que voy a buscar a don Juan, a él era que yo iba a buscar, pero vustéd también me acortó camino, ¿si ves que estamos iguales?.

 

   La noticia la registra por primera vez Jairo Tarazona  del noticiero vespertino en el canal RCN.   Desde ese momento los reporteros de todos los medios nacionales, locales, regionales e internacionales no dejan de sacar en sus espacios el hecho notorio de la jornada electoral adelantada en todo el país para la escogencia de sus ediles, concejales, alcaldes y gobernadores.

  

    El Lustrabotas aparece en las primeras páginas de los   diarios. Caso curioso: "Un embolador avalado por un partido político en la capital ocuparía un escaño en el concejo capital".

 

   La prensa se ocupa del hecho y hurga sin consideración hasta la saciedad de quién en efecto se trata. Una lista conformada por gente de estrato cero rompe el esquema y la costumbre de ver en los tarjetones a los de siempre: encumbrados doctores, políticos de vieja data, zorros astutos, acaudalados, pero ante todo, desprestigiados y cuestionados sin la credibilidad ni con la moral para reivindicar causas sociales de los menos favorecidos.

¡Candidatos avalados como todos/as, cosa jamás vista en la vida democrática del país!. Un embolador como cabeza de una lista muy particular para la corporación legislativa de mayor importancia en la capital. ¡Desde luego, la noticia!. 

 

   Los medios lo siguieron para hacerle entrevistas deseosos de transmitir  e informar sobre el extraño personaje colado en la arena política, movediza por demás, en la que sólo los hábiles políticos saben de su composición.    Ello rompe el esquema de lo tradicional e invita al pueblo a estar  atento  de cuanto se diga del singular hombrecito insignificante candidato a concejal...el personaje del día, de la semana, del mes, de la contienda.

Corre de boca en boca la chiva. Nadie se pregunta más de lo apenas cuestionable: ¿Qué tal que ese tipo llegue al concejo?, sería la machera,  una bofetada a la clase dirigente de este país, la decadencia de la democracia, la metamorfosis de la dirigencia, la ridiculización de los políticos, la protesta de la gente, el inconformismo, un milagro, el descrédito total, una berraquera, es lo último, es el personaje del embolador creado por el humorista inmolado, en fin, es posible que llegue, dado como está el descrédito generalizado de la dirigencia en la capital.

 

   No podía ser otro el momento; aún la imagen del mártir humorista  estaba en el corazón, en la mente de la República. Golpe de suerte o predestinación   por no habérsele permitido entregar la foto para aparecer en el tarjetón. Nada casualidad, todo casualidad.   Suceso sin lugar a dudas generador de cuanto se especula, es el personaje que llama profundamente la atención de los reporteros ¡es la chiva diaria!. Con él se  exacerban los ánimos dormidos en los/as electores/as  objeto de mayúsculas crónicas. Los dos años intensos de trabajo del profesor Rosas estaban dando sus frutos en tiempo record, menos de treinta días entre la inscripción y estos apasionantes acontecimientos prediseñados.

 

   No hay la menor duda: los medios se han interesado en el caso por demás extraño en la llamada cosa política. Está  entre los muy nombrados como figura pública .

 

   Ocupar cargo de elección popular en el país requiere ante todo ser delfín, personaje de farándula, hombre o mujer público/a, contar con dinero en cantidades alarmantes, tener padrinos con una o todas las características anteriores   simplemente generar un hecho notorio-  con tal de ganar la aquiescencia de los/as electores/as.  Ser conocido ampliamente.

 

   Este hecho prodigioso se interpretaría como... ¿piedra en el zapato? ¿burla? ¿desprecio? ¿ironía?  Ahora envuelto de ese extraño poder de la fama terminaría  siendo... ¿envidiado? ¿odiado? ¿mártir y verdugo? ¿el feo deseado? ¿el pobre enriquecido por tanta fama de la noche a la mañana? ¿cómo no despertar odios y amores?. Codiciado por ocupar preponderante lugar en los principales  diarios, ¿cómo no  estar en el ojo del huracán ?.

 

  Un simple embolador inscrito conforme el cumplimiento de los requisitos para aspirar al concejo de la capital. Sin equipo de trabajo para desarrollar campaña, sin dinero, asesores o estrategias rebuscadas para armarla distinta a las convencionales. Ha invertido solamente ochenta mil pesos en unas cuántas fotocopias del tarjetón. Sólo eso para difundir su aspiración entre sus más cercanos amigos, conocidos y clientes suyos,  importantes hombres de negocios, funcionarios de alto rango en el gobierno, en petroleras, en oficinas públicas y privadas existentes en  el sector, influencia de su radio de acción como lustrabotas en la congestionada ciudad  capital con más de nueve millones de habitantes.   El chisme de boca en boca se corre para dar a conocer, de la noche a la mañana, al pintoresco personaje.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

10

 

 

 

   A medida que la ola va y viene el personaje es motivo de controversia y lo comienza a conocer todo el mundo. El tiempo para las elecciones se acorta; día esperado para calmar las ansias de unos y desterrar los miedos en otros. Todo tipo de sentimiento en el corazón de la masa  se mueve solapadamente por cuanto hacen los políticos. No falta quién le atribuye discriminación al registrador para con el débil aspirante:

 

 'Si no le permiten al hombrecito ése ser concejal es señal de que en este país todo está arreglado; no hay verdadera democracia.'

 

 'No lo dejan salir con la fotografía  al pobre por ser como és...Pobre.'

 

'La habilidad de los políticos contra el embolador es  porque temen que el pueblo lo elija'

 

   Especulaciones tras improperios contra la clase dirigente se lee en paredes  pintadas con graffitis; consignas de repudio  por cuanto le hacen al pobrecito del embolador. Expresiones de repudio a la actitud desigual del establecimiento.

 

   En la Universidad Nacional el número 426 de manera mágica de un momento a otro se apodera de los muros de esos campus universitarios.

 

   Comentarios de todas las tallas se toman la opinión capitalina. Se sale de sus linderos. Parece remover los sentimientos de patria a lo largo y ancho de la geografía nacional.  ...Se lee por todas partes en la expresión  de los rostros amargados, resignados,  repletos de resentimiento, de protesta: 'viene ahora el poder de los pobres'.

 

    Ha llegado el día de las definiciones políticas. La ciudad capital amanece adormecida. -es domingo 29 de octubre de 2000-. Como cualquier festivo para muchos/as. Perecean los/as citadinos/as con el desgano propio de quienes no les va o viene la cosa política :  descansar, ir a la ciclo vía o a las afueras de la ciudad, lo usual. Disfrutar sólo o en familia. Los demás acontecimientos transcurren indiferentes con la mayor naturalidad.

 

   Los/as más  preocupados/as del acontecer nacional a lo sumo leen o apenas dedican parte de su tiempo para hojear los periódicos capitalinos repletos de cuanta separata y suplemento literario ofrecen  los dueños de los medios para atrapar lectores. Nada de nuevo hay en ellos. La salvedad:  Aluden a cerca de la jornada electoral llevada a cabo en todo el territorio nacional para  elegir por el voto popular a gobernadores, alcaldes, ediles y concejales.

 

   Hoy caminar de todos modos por la ciudad es inmerecido;  sus calles forman remolinos  de tinta y papel.    Incontables vallas publicitarias de politiqueros  invaden el espacio público atiborrado de contaminación visual. Taponadas las calles del norte y las del sur. Las primeras asfaltadas mientras en la periferia polvorientas, repletas de huecos, tapizadas con mantos interminables de volantes, pasquines, propaganda impresa en talleres de primera y tercera categoría de acuerdo a la ambición o presupuesto de figuración de los/as interesados/as por aparecer en el tarjetón electoral.

 

   El  torbellino  de candidaturas no sólo se ha tomado la capital con tal  espectáculo deliberado de difusión proselitista. No escapan aldeas ni poblados pequeños o grandes untadas por completo sus paredes, esquinas y andenes. Ni las piedras de los caminos se salvan del beso húmedo de la brocha o los aspersores de pintura.  En cuanto muro o pared visible y disponible se estampa  la huella de la democracia formal. 

 

   Igual suerte cobija caseríos apostados en vías principales impregnados por ese olor a pintura fresca de aerosoles, tupidos de pasacalles, pancartas en  entradas y salidas, murales chorreados con letras de mal aspecto, colorines, anilinas baratas, ríos inmerecidos de  basura por todos los rincones de la patria. La policromía se ha apoderado de los lugares más indescriptibles.

 

   Hacerse notar ante todo es la cuestión con  inusuales  estrategias electoreras, rechinantes a tono con nombres de todas las pelambres, acompañados de números desproporcionados  de difícil memorización.

 

   Al final  el evento se asimila más a un carnaval  celebrado cada tres años en el cual las reinas se reemplazan hoy por candidatos/as aspirantes a corporaciones públicas.

 

   Interminables filas de gentes agolpadas una tras otra  aparecen por todas partes  tras el tamal y las dádivas o van a votar a pesar del repudio generalizado hacia ciertos nombres, partidos o movimientos por demás desprestigiados. La indiferencia  marca la protesta masiva en el acto solemne de  abstención  que atemoriza como fantasma a los politiqueros de oficio quienes jamás la podrán conjurar.

 

   El profesor Rosas  sale muy de mañana a votar deseoso de sellar con broche de oro su estrategia. Luego acompaña a su esposa para que sufrague. No deja de llamar a todo el mundo durante  el día: familiares, amigos y conocidos con el propósito de invitarlos a votar por la lista de Luis Eduardo Díaz Chaparro Número 426  en el tarjetón.  Es factible que así lo hagan.

 

   Al cierre de la votación en punto de las cuatro de la tarde la pasión en muchos/as ansiosos/as por conocer los resultados se apostaron frente a sus pantallas. Otros/as a falta de televisores encendieron sus radiotransitores para seguir muy de  cerca la transmisión de cuanto boletín emitió la registraduría civil de la nación. El silbato había sonado para impedir el ejercicio de quienes no alcanzaron pese ha estar en la fila cerca a las mesas respectivas en cada puesto de votación.

 

   Los medios de comunicación producen los primeros boletines.

Conocidos los resultados los partidos y movimientos políticos tradicionales finalmente logran  una vez más posicionarse con  listas atiborradas de nombres reconocidos por su mala trayectoria en el manejo de la cosa pública. Como era de esperarse  en el Distrito capital como en la mayoría de municipios, excepto algunos nombres nuevos, que al parecer no dicen mucho, todo  continuismo. Lo mismo de lo mismo.

 

   Los pálpitos del profesor Rosas le hacen intuir la desbordada votación por su lista dado que aparece ya entre los primeros nombrados como elegidos para el concejo capital. Primer lugar el doctor Carlos Moreno de Caro  segundo lugar el doctor Bruno Díaz,  en tercer lugar el doctor  José Antonio Galán  en cuarto lugar el doctor Luis Eduardo Díaz Chaparro. Hasta ese momento nadie asocia el nombre de Luis Eduardo  con el controvertido embolador. En lo sucesivo los medios sólo pronuncian los nombres de los primeros cinco más votados en referencia a los doctores. Así el segundo y tercer boletín; sin detenerse en mayores descripciones de los nombrados. Nadie se da por entendido del fenómeno electoral.

 

   El profesor Rosas  pegado a su radio en el estudio de su apartamento salta de alegría, abraza a Rosita  su esposa para cantar victoria a pulmón suelto al saber de los resultados. Nadie puede imaginar cuánto revuelo causará el hecho de saber que por primera vez en la historia política y social de la República un simple desconocido lustrabotas llega a tan alta y codiciada posición en la corporación más apetecida por los ricos y famosos.

 

   Inseparable de su radio sigue con lapicero y papel en mano,  uno a uno,  los reportes llevados cuidadosamente con la sumatoria de los votos. Su lista sigue entre las de mayor votación. Indefectible estar dentro de la composición del nuevo  concejo capitalino. Su televisor encendido le registra  cuanto informan. A menos de dos horas del cierre de las votaciones el Canal Capitalino emite su primer boletín. Termómetro  indicador de la alta temperatura que sube en su lista. No espera hasta el final de los resultados. Toma su teléfono y llama a la casa de Luis Eduardo.

-Qué hubo hermanito, ¿ya sabes como vas en las votaciones?;

-Pues no muy bien mi doptor, yo lo único que hice jue esta mañana acompañar a unos amigos p'a que  jueran a  votar.

-¿Y tú votaste?

-Pués la 'erdá, mi doptor como te dije, o ya no se arrecuerdas que yo no podía votar porque mi céula se  me perdió ya hace diítas y no púe sacar el duplicao. Lo que sí, es que mucha gente me ice que va a regalame el votico; yo si  con el que me encuentro le voy idiendo de que toy p'al concejo que voten p'uel 426  que ese soy yo y me icen que gueno.

-No Lucho ya se cerraron las votaciones hace rato, ¿ó no estás pendiente de los resultados?.

-No mi doptor, aquí descansando y viéndome la peliculasa 'el arracadas' de 'icente Jernández; está pero  rechimba.

-No Luis Eduardo, coloca el Canal Capital. Tu vas ya en cuarto lugar, ya estás entre los primeros, mejor dicho, ya eres concejal.

-¡No me digas  mi doptor!.  Esa no me la sabía; esa  si que es una solpresota ni la más hijueputa.

 

   Rompe en sollozos.

 

-Si claro que eres concejal, pero... no te pongas a llorar.

-Noóo, que va eso no pueée ser,  es que no te pueo créer, como: yo concejal. Es que no lo pueeo creer.

-Cálmate, hermanito, esto es un milagro de Dios, es él, quien te está dando este regalo. Algo me decían mis pálpitos, que ibas a salir concejal.

-Sisas men, no  toó bien,  mi doptor; que tales,  eso si me das una solpresa, yo estaba era desentendio viéndome esa película, hasta me había olvidao de eso de los resultaos, yo creí que eso se sabía hasta endespués de mañana u la otra semana; no me imaginé que hoy mismo me dieran la solpresa. Es que ni yo mismo voté por yo, uséase que la votación jue pero en serio. Que la gentesita se preocupa por uno, si o p'a  qué mi doptor.

-Pero claro que la gente votó como un berraco, aquí todos madrugamos a votar, mis alumnos y muchos amigos  míos, a quienes alcancé a decirles votaron por tí.

-Chas-gracias, mi doptor, no sabes cuanto  estoy agraecio con vustéd.

-Vea, sintoníce el televisor y el radio para que escuches las noticias.

-Pero, ¿ en qué canal o en cuál emisora?.

-Pues en Canal Capital que es dónde primero dan los resultados para la capital y en el radio en cualquier emisora.

-A listos, que solpresa tan grande me diste mi doptor.

-Chaito Luchito, te felicito, ya te vuelvo a llamar.

-Sisas, que noticionón eso si es de celebrar.  Es que no te lo pueéo creér.

   Lucho, incontrolable, no para de sollozar emocionado. Corre desesperado a abrazar a su esposa y a sus  hijas para contarles lo que le está diciendo el  profesor Rosas.  En ese instante se vá la luz y queda el rancho a oscuras. La algarabía se deja ver por el   descontrol en la familia. Los vecinos se agolpan al escuchar la gritería deseosos de saber de qué se trata, si una nueva tragedia familiar o de las habituales  gazaperas.

   -Doñita, ¿ qué pasó?...¡Búsquen los jósforos, una mechera o una linterna. Préndan una vela, o lo que sea! ¿qué es esta oscuridá?.

-Nooo vecinita, que el Lucho ahora va a ser concejal, eso fue lo que le acabó de dicir a mijo, ese dotor amigo de él. Ya lo llamó pa' jelicitalo y de toóo, mejor dicho ese Lucho, no se cambia por naides, y está que llora de lo contento, o yo no sé que es que, le ha sabido dar, mayormente es como un ataque; -ha de ser- o quen sabe que será. Ya que vino  vecina, porque no me hace el gran javor y me regala una cucharada de azúcar y unas ramitas de toronjil pa' hacele una aguita;  porque  ese hombre está  como loco, no vaya a ser que esa noticia le caiga más mal y nos acabe de joder, ya vé como andamos.

-Veecinita. ni más jaltaba, por suerte me quedó azúcar de  esta mañana, porque nojotros tamién compramos  apenas lo del día.  Ya  se la traigo.

 

   Pronto sale la vecina al trote en medio de la penumbra guiada por los instintos y pericia que tiene del lugar hasta llegar a su casa; mientras corre esparse la noticia de rancho en rancho.  A su regreso con la taza repleta de azúcar ve como se aglomeran en torno suyo sombras con voces gritando: ¡ viva, viva el lucho!.  La romería en procesión crece sin que la oscuridad impida mirar al dichoso Lucho.

 

   Repica una vez más el teléfono.

-Aló, con quén.

-Hola Lucho, otra vez soy yo.

-Ah!. Que pasó mi doptor, ya te iba a llamar porque cómo te pareces que ahí mismito que colgamos el teléjono se nos jué la luz en too el barrio; yo no me he podío enterar de lo que está pasando en la teleiisión,  ni por el radio; quedé lo mismo porque es con corriente que juncionan juntas vainas.

-Vete a donde un vecino o búscate un radio con baterías y sintoníza, esto está de película... Por ahí escucho bulla, que pasó.

-¡Ah!. Es que aquí están toos los vecinos diciéndome lo mismo que vustéd me dijo y que si es verdá lo de concejal y a yo me cogió fué la llorona y estoy es que hago totiar los mocos contra el suelo, no ve que me dió quien sabe qué, de los nervios tan hijueputas y de la alegría de escuchar eso de  yo concejal de la capital, pero... aló. aló. Ui´que joda, ...lo que me jaltaba...

-Sí, te escucho, tú no me oyes por la bulla que tienes en tu casa, no te preocupes que el teléfono no tiene problema; búscate un radio para que escúches las noticias, no ve que estás ganando, mejor dicho... ya eres concejal, te llamo para decirte que acabo de llamar al Canal Capitalino y al noticiero de las siete de la cadena nacional y te van a entrevistar, mejor dicho alístate.

-...Nooóo, pero como así, de puritica verdaita, o es caña tuya mi doptor.

-Pónlas las noticias.

-Pero como así, porque  entreiiistas a esta hora; mejor dejemolas pa' mañana cuando ya sepamos la verdá y los resultaos no nos dejen depronto ilusionar en balde, no vaya a ser que cambien los votos y amanezca que no, que ya es otro el concejal,  se imaaginas la embalaá tan hijueputa y la rechijla de too el mundo, nooo mejor es que nos esperemos hasta mañana, si eso es lo que le igo, mejor esperemos mi doptor porque del aján no queda sino el cansancio.

-No, eso no va a cambiar;  ya apareces en los primeros lugares y son cuarenta y  cinco los concejales, es decir los resultados no van a cambiar demasiado, y las variaciones porcentuales  en lo sucesivo son pocas, ya estamos adentro de todos modos.

-Si pero mejor esperemos hasta que la registrauría nos llame pa' aseguranos más.

-No, es que precisamente esos son los datos que está dando ya la registraduría;  de lo contrario los medios no estarían dando esos resultados, ¿no ves que ya salieron los primeros boletines?.

-¿sisas mi doptor?

-Pero claro.

-Antonjes sí.

-Alistate que ahorita te llaman por teléfono para entrevistarte. No te vayas a mover de la casa.

-A listos,  toobién.

 

   Una vez hecha la aclaración a los medios de comunicación de quién se trata el nombre de Luis Eduardo   comienza a escucharse multiplicado por todos los reporteros de los noticieros de radio y televisión: ¡Atención!    ¡atención!, ¡extra... extra!, noticia de última hora: el concejal electo  en  la capital de la República no es un doctor se trata nada más y nada menos que de el LUSTRABOTAS Luis Eduardo Díaz Chaparro.

 

   La chiva más importante a tal punto de opacar el perfil del mismo alcalde mayor electo, Antanas Mockus S. Reconocido filósofo y matemático de gran trayectoria nacional que mereció ser reelegido por los capitalinos.   Los nombres de los demás concejales, alcaldes y gobernadores electos en la capital y en todo el país no cobran relevancia alguna frente al fenómeno del embolador; quien se roba toda la atención de los medios y de los electores.    La noticia  cruza las fronteras del País; el eco de su elección está por todo el mundo. Mientras, Luis Eduardo  sigue a oscuras absorto en la penumbra de su barrio miserable habitado por gentes como él; en las peores condiciones sociales que pueda vivir un ser humano en la gran urbe a pleno final de siglo.

 

   Nadie parece conocer su residencia, dónde vive, cuál es su familia ni quién es el personaje tan renombrado con tanta espectacularidad. Su rostro no es familiar del todo a pesar de la difusión y pocas apariciones en televisión de modo repentino.

 

   El bullicio con la noticia convierte en un interminable carnaval al populoso barrio. La gente se vuelca a sus polvorientas calles para celebrar, en tremenda algarabía y bullicio, a pesar de la penumbra reinante. Las botellas de aguardientes, ron y licores de baja calidad empiezan a aparecer como brotadas por encanto.    No tarda demasiado en llegar la luz. Una vez reestablecido el servicio del fluido eléctrico aumenta con presteza el bochinche, se multiplica la confusión estridente con altavoces, bafles a todo watiaje esparciendo sonido de rancheras, corridos prohibidos y música de carrilera. Vivas al viento con arengas alusivas al personaje. Nadie sabe de dónde trajeron cohetes, tumbarranchos y voladores están quemando toneladas de pólvora aunque existe la  prohibición por decreto.

 

   De rompe aparece una camioneta abriéndose paso por entre el tumulto con el logotipo pegado a sus puertas en cuya inscripción visiblemente se lee: NTC noticias. Sus ocupantes, al parecer,  no conocen el barrio ni la dirección del recientemente elegido. Vienen muy despacio preguntan por la casa del tal Luis Eduardo Díaz Chaparro;  de esquina en esquina detienen la marcha para averigüar y ubicar al personaje de controvertida fama nacional.

-Por favor  ¿dónde es que vive un señor lustrador de nombre Luis Eduardo Díaz Chaparro?

 

   La gentuza sobreavisada por tratarse de un vecino tan famoso de manera intempestiva guía a los periodistas hasta el rancho destartalado. Allí habita con toda su familia. El recelo de algunos borrachitos con su insigne líder demuestra su afán para protegerlo y hasta simulan ocultarlo, desconfían de los forasteros.  ...Por allá a la mitad de la cuadra, sigan que van bien. Mejor dicho es allá onde tá toa esa gente.   La camioneta continúa lentamente por en medio del río humano amontonado como verdadera barrera móvil infranqueable agolpado en el espacio público. Aquello semeja una romería en procesión para tocar, escuchar, para ver de cerca al santo, al héroe, al fantasma del embolador que resucitó en el personaje.

-Buenas noches. Ustedes serían tan gentiles de decirnos dónde vive el señor Luis Eduardo .

-Aquí vive.

-Que venga...Lucho, que son los señores de la teleiisión. Que venga  rápio, que lo van a entreistar.

Vociferaba la gente a  gritos para llamar a su líder, que empezó a asomarse con gran timidez y asombro.

-Buenas noches, somos del noticiero N.T.C. de Televisión y queremos hacerle una entrevista, claro si usted es tan amable de concedérnosla, ahora en el espacio de las nueve de la noche en directo.

-Si yo soy Luis Euardo. 'chas gracias a vustedes por haberme ayudao y por venir hasta este humilde rancho. Miren esta es mi casita a donde yo vivo con mis niñas y mi señora, vengan se las presiento de una vez,

...mija venga que son los de la teleiisión, si ven que yo ya soy concejal,

...vustedes me perdonan pero es que se me salen las lágrimas no pueo con la emoción.

...Si las ven. Esta es mi jamilia,

...pobre pero honraa y traájadora, mejor dicho somos muy humildes pero honraos,

...Esto si es un milagro de Diosito, porque lo que es la verdá yo si pensé que iba a ganar, pero no me imaginé que a uno de pobre esto del golpe de suerte le diera así tan reduro,

...es que tengo entre el pecho y la espalda como una sensación toa rara y indiscritible, no pueo discribila.

...Déjemen llorar que toy que no pue'o del sentimiento, me toy acordando de too lo duro que ha sio mi via y no pueo crer que mi diosito me de semejante regalo; yo no tengo palabras pa' eisplicales lo que siento, 

...mire como llegan los vecinos, como me aprecia la gente, yo no me imaginaba que tuviera tantísisisimos amigos, es que ende que se conoció la noticia no dejan de llamame, ese doptor Rosas  ya me llamó pa' dame la noticia, y aquí la gente del barrio está toa igual a yo, que no sabe que hacer de la felicidá,

...es que esto pa' uno de pobre si  mejor dicho, será porque uno no está acostumbrao a estos trotes, pero ojalá y mi Diosito me ilumine pa' poer eispresar lo que siento.

 

   Le interrumpe uno de los periodistas:

-Es nuestro deber buscar la noticia y tú eres ahora la noticia más importante en el país; apresúrate para que venga con nosotros a los estudios del canal.

   Luis Eduardo  se muestra confundido, emocionado, feliz mezcla de toda sensación indescriptible.

-Esperénme un tantico mientras me pongo los zapatos y medio me arreglo, porque eso de la teleiisión es re cruel,

...uhi que tal esto parece un mero sueño, de esos que yo soñaba dispierto, pero ahoritica si que es un sueño de verdá.

...Ya salgo señores perioístas, voy a llamar en digerito a mi asesor al doptor Rosas. ...Venga mija, tóme este número y márquele al doptor Rosas p'aicile que  ya llegaron los de la teleiisión, mentras yo me voy es vistiendo a las carreras, mejordicho, en puras.

 

   Toma el teléfono una vez más  para comunicarse con su asesor el profesor Rosas.   El barrio " Diana Turbay"  acaba de recobrar el servicio del fluído eléctrico. La gente del vecindario sale a las calles,  algarabía por todas partes, linternas, gritos, fiesta. Cada vez más se agolpa la gente para saludar y felicitar al nuevo concejal de la capital, impresionante frenesí colectivo inusitado de manera incontrolable. Frente al rancho de la familia Díaz puede verse completa romería.  Mientras que en el resto de la ciudad y en todo el país la fiesta se apodera de las calles celebrando el triunfo del desarrapado de extracción tan humilde.

 

    Igual emoción embarga a la familia del profesor Rosas: amigos/as, conocidos/as, alumnos/as, medios de comunicación acuden para saber de cerca más sobre los resultados; el cómo y cuándo y la forma de gestación que tuvo la estrategia. ¡Vaya  tanta originalidad en ella!.  ¿Quiénes están detrás de tan controvertido concejal elegido?, ¿qué buscan?, ¿qué pretenden?, ¿cuáles son sus intereses?.

 

   El apartamento del profesor Rosas  arde tanto como la casa de Luis Eduardo. No para de sonar el teléfono en ninguna de las dos estancias.

-Aló.

-Aló, aló necesito al doptor Rosas, urgente.

-¿Quién lo  solicita?

-Luis Euardo soy es el que acaban de nombrar  concejal.

El profesor Rosas  corre a contestar.

-Hola Luchito, ¿cuéntame ya estás viendo?

-Que pena con tú, mi doptor Rosas, es que aquí están ya en mi casa los señores de la teleiisión y me vienen a entrevistarme . . . ahora que les dígo.  Y pa' más, otra vez se nos jué la luz, hace un ratico llegó y  guelta y se jué pero es que eso pasa siempre poaquí, la luz se va y llega y así se lopasa.

-Si, como va a ser, yo te advertí que te iban a entrevistar.

-Si ya tán aquí, que les dígo... De por Dios ayúeeme.

-Díles que les agradece mucho a los ciudadanos y ciudadanas, que hayan votado por ti. Tómate con calma todo, no sigas asustado, cálmate, cálmate hermanito. No te preocúpes, yo estoy muy pendiente de ti, yo te sigo asesorando, no te voy a dejar sólo ni un minuto, pídele a Dios que te de sabiduría y eso es todo. Pero calma. No te asustes más.

-Pues eso es lo que toy haciendo, piíendole a mi Diosito que me ayúe, que me dé saíuría, pero estoy muy conjundío con esto que está pasando. Yo de verdá mi doptor, no me imaginaba que esto juera así.

-Tranquilízate, hermanito, ya te dije toma las cosas con calma, piensa en que esto es un regalo de Dios, que tú te mereces esto, que  nada se mueve sin la voluntad de Dios y ánimo. Mucho ánimo que te esperan muchas entrevistas, muchos momentos como este, lo importante que te metas en la cabeza que tú fuiste el elegido.

-Guúeno eso es lo que les voy a icir. Que toy muy agraecio con toos los ciuaanos y ciuaanas, por haber votao por yo. Que más tengo que icir.

-Nooo, lo que te pregunten; tú respóndeles con naturalidad, que puedo decirte; pués, sé, como eres; no te preocúpes; a ti no te van a hacer preguntas difíciles, ni te van a corchar; lo que pasa es que tú en este momento eres ya el fenómeno político en todo el país, por eso prepárate, lo que te viene es un boleo ni el berraco.  Así como te estoy diciendo. ¿Dónde  están los de la prensa?.

-Aquí enfrente mío y me tán graando; ya esto que toy haciendo ya lo graaron y tienen la cámara prendía alumbrando pa' todos laos y le  tán  preguntando a too el mundo de que como como, de que como duermo, de que si soy casao, que si soy soltero, que cuantos hijos tengo, mejor dicho aquí la gente no dá vasto de contestar y contestar de cuanto saben de nojotros. Mejor dicho le tán preguntando a la gente,  que si me conocen,  de que como soy yo como vecino;  que si tomo, que si jumo, que si tales, mejor dicho, mi doptor, lo que me decían que a uno de político se le acaba la intimidá y los vicios en público, si hasta 'horita entiendo eso que me decían mis amigos.  Yo lo toy llamando caa ratico por si algo se me ojrece, es que tengo que colgar porque ya  me tan diciendo los de la teleiisión que cuelgue de por Dios, porque nos vamos, son las ocho y media de la noche y me dijieron que tenía que ir al estuiio en vivo y direto por NTC. Noticias, esos de la teleiisión.

-No, que esperas; vuélate con ellos, porque el noticiero es ahora a las nueve. Véte, vete.

-Bueno mi optor, prenda la teleisión p'a que me mires, yo voy a salir por ahí esta noche; uséase, por la tele. Me miras pa' que me iga como salí.

-Si Luchito, yo estaré pendiente, pero vuélate con esa gente  chaito. Chao corre, corre.

-Doptor, ¿yo soy concejal, verdá que soy concejal?

-Si, Luchito, tú eres concejal. Ya estás elegido.

-A, güeno, entonjes si. Pero que debo 'icir por la teleiisión...

 

   Bañado en lágrimas cuelga el teléfono, se coloca el overol azul,   sus tenis ajados por el uso, la chaqueta  raída en los puños, descolorida, del mismo material del overol y se la echa sobre el hombro derecho. Toma de una vasija de la cocina agua entre sus  manos ahuecadas, peina con los dedos hechos trinche su espesa cabellera alborotada, la disipa con su gorra  volteada, se despide de todos/as los/as presentes en especial de los suyos.  Da un salto por entre el tumulto   se   sube a la camioneta para sentarse  en medio de los camarógrafos que siguen todos sus movimientos sin apagar la lámpara reflectora para capturar cada una de sus imágenes y palabras durante el corto viaje.

 

   Emprenden la marcha por entre gentes ebrias  dejando atrás la algarabía marchan en dirección norte hasta atravesar la enorme ciudad.  Una vez en los estudios de NTC. Noticias maquilladoras, periodistas, luces, cámaras, acción. Dando al lustrabotas sus últimos retoques y orientación. Sentado en el set en medio de los presentadores/as del noticiero Luis Eduardo  se ve nervioso y asustado. Transmisión en directo.

 

   N.TC. Noticias abre el espacio al aire con la figura del personaje.  El profesor Rosas   no pierde uno sólo de los cuadros emitidos por el noticiero. Los diferentes noticieros se pegan al canal emisor de las frescas y primeras imágenes del personaje como si estuviese hablando en directo el presidente de la República para transmitir al unísono lo mismo, una vez entrelazados.  Ni las emisoras  ni la televisión abandonan el tema del embolador  desde que se enteraron mucho antes de las siete de la noche.  Algunos despectivamente hacen mención al referirse al personaje otros, en cambio, benévolos, aluden maquillándole a su condición y oficio. Lo comparan insistentemente con el personaje creado por el humorista Jaime Garzón inmolado hacía un año. El embolador   Heriberto de la Calle.

 

"El fantasma del personaje del tan recordado y querido embolador Heriberto de la Calle revivió el espíritu de afectos otrora sembrados en el corazón de las multitudes heridas al recordar a su creador".

 

"Qué tan auténtico es el cuento de hadas del embolador que encarnó el personaje del humorista Jaime Garzón para convertirse en el gran palo de las elecciones".

 

"Si el trabajo es bueno  de pronto pueden decir que Luis Eduardo llegue dentro de unos años a ser alcalde mayor de la ciudad capital".

 

 "El lustrabotas que llegó al concejo de  la Capital del país se considera un verdadero fenómeno político y no parte de un show de los medios de comunicación".

 

"Luis Eduardo fenómeno electoral. De lustrabotas ...¡A concejal de la capital!.". 

 

"Un hombre humilde de las entrañas del pueblo, 40 años, casado, padre de dos hijas, con quinto de primaria promete trabajar por los menos favorecidos desde el concejo capitalino".

 

"Este es el concejal lustrabotas".

 

"Mi madre me ayudó desde el cielo".

 

"Politólogos analizan el caso del lustrabotas elegido concejal: Un caso único en el mundo".

 

"Para los expertos el caso de Luis Eduardo es una manera como los capitalinos expresaron su inconformidad por el desconocimiento de los candidatos o no ser de sus preferencias".

 

"Concejal y...lustre para la ciudad".

 

"Dios tentó el corazón de 18.754 para que votaran por él y Heriberto de la Calle intercedió para que se le diera el milagrito".

 

"Alcalde mayor electo Antanas Mockus y concejal lustrabotas al gobierno".

 

   La noche de esta sorpresiva jornada electoral estuvo cargada de buenas nuevas para la democracia del país de los mil y un nombre. Un aborigen llega a la máxima posición en el departamento del Cauca  como gobernador: Florentino Tunubalá  elegido el mismo día en la misma jornada electoral.

 

   El noticiero NTC. Televisión ambientó la transmisión con un documental sobre la historia de la democracia en el país. Mostró cómo cambia el trasegar en la cosa política, las viejas costumbres y el cómo se abren nuevos espacios para el pueblo.  Fenómenos políticos cada vez  más arrolladores con  incontenible fuerza cobran mayor presencia en las distintas esferas para indudablemente oxigenar los procesos  de elección popular con los que la base impone el poder para legitimar a quienes jamás han estrenado o conocido de cerca el manejo de los hilos del poder  por que no los han dejado llegar.

 

   Mientras seguía en el set la transmisión en directo el recientemente elegido concejal lustrabotas mostrábase inseguro. De todos modos aquello le parecía novedoso y a la vez revestido de crueldad; enfrentarse a semejantes medios sin preparación previa y sin ensayar como lo hacen los demás. Es posible que esa inexperiencia le fuera en todos los campos; más si era contado entre las figuras públicas del momento.

Los periodistas con sus micrófonos, los medios con sus cámaras inundaban de refulgentes destellos de incontenible luz. Murmullos de voces en millones de hogares; la chiva inimaginada cobraba mayor fuerza y se reproducía como la levadura.

 

   La emisión llegaba hasta el último rincón de la patria con la Buena Nueva mientras los televidentes la grababan en sus mentes sin dejar perder ni uno  solo de los cuadros televisados.  Un Lustrabotas Concejal;  acontecimiento para jamás olvidar.

 

   Las ráfagas de preguntas revueltas entre los flash y  cámaras filmadoras le llegan de todos lados aturdiéndole al punto de removerle los recuerdos  que lo transportaron a su pasado  hasta hacerle humedecer el alma.    Las lágrimas empaparon sus pupilas cerrándole la visión y obscureciéndole, por instantes, ese presente completamente desconocido para él.  Su infancia y  las penurias del ayer se apoderaron  como fantasmas  abrazándolo todavía.

  

   En ese instante de la noche metido en el estudio de televisión presentándose por primera vez al país semejaba el resplandor de un sol nuevo a medio día bañado de ese extraño sopor que producen los cuerpos expuestos a los cambios repentinos de los climas. ¡Como si estuviera viviendo un sueño!. Interminable parecía la entrevista pero llegaba hasta lo más profundo del sentimiento humano y patrio a la vez.

NTC. Noticias se apuntó el premio del año como el medio de mayor audiencia y originalidad por haber logrado semejante entrevista. El reating se disparó. Sencillamente impactante. Noticia que fue reproducida por las demás cadenas nacionales y extranjeras.  Entrevista presentada en directo, es posible que no se vuelva repetir en otros acontecimientos durante muchos años quizá.   Las veinticuatro horas del día reporteros de todas partes buscaron la manera de entrevistar al símbolo de la verdadera democracia, por así decirlo de algún modo: el palo electoral.   Las crónicas con sendas fotografías a todo color ocuparon las primeras páginas de los diarios nacionales e internacionales que le dieron la vuelta al mundo publicadas en diversos idiomas: La vida de un simple embolador convertido en noticia y chiva universal.

 

 

 

 

 

 

 

 

11

 

 

 

   Desde ese día su vida simple  como hombre incógnito cambiaría. Con el atenuante de no estar preparado para ello. Es posible,  que en vez de haberle sonreído la gloria  se haya acercado al martirio  del escarnio público, como individuo. Lo que antes le era cotidiano ahora sería su mayor preocupación y zozobra. La lupa pública sobre su forma de vivir no se retiraría de su casa ni de sus acciones por insignificantes que parecieran.

Los reconocidos periodistas, las personas de bien vieron en el humilde lustrabotas a un gran personaje; por eso le dieron la bienvenida a su circulo social: invitaciones, comidas, cocteles, regalos, ofrecimientos, viajes, conferencias por todo el país en prestigiosas universidades rodeado de bellas mujeres, estudiantes, demasiadas personas curiosas por conocerlo. Envuelto en la aureola de la fama ingresa al círculo de hombres rodeados del prestigio social,  de las altas esferas capitalinas; le comenzaron a sonreír los buenos tiempos, dinero y poder.  Se abrieron las puertas de elegantes clubes campestres a sus rudos pies. Balnearios de extravagantes lujos, aguas tratadas; remansos de paz  para los merecidos descansos en familia le dieron albergue al honorable concejal. Asesores, padrinos y reconocidos políticos grabaron en sus celulares los números del insigne personaje de la vida nacional. Los actos sociales comenzaron a multiplicarse y el tiempo del honorable a escasear.

 

  Entre los de mayor importancia para la sociedad capitalina la boda del año. Anunciada con bombos y platillos y en todos los programas de farándula cobró la mayor trascendencia por la importancia que revestía el sonado personaje quien vivía en unión libre desde hacía veinte años con su compañera Gloria Esperanza. De esa unión habían nacido sus dos hijas: Diana Marcela y Leydi Johana.  El matrimonio debe celebrarse cuanto antes; exigencia implícita para comenzar a cumplirle a la sociedad pues siendo como es, de apariencias e intrigas, inaceptable, conservadora, ortodoxa y tradicionalista no debe prolongar el concubinato inmoral y pecaminoso entre gente de bien.

 

   No tardaron sus asesores  en disponer cuanto se consideró de infalible usanza para formalizar el matrimonio del embolador con su compañera de toda la vida y así unirlos con la bendición de Dios en santo rito católico presidido por el padre Alirio López.

 

   Asesores y chismosos de todas las pelambres coincidieron en que era lo mejor dada su nueva  encumbrada posición social.  Los medios seguían sin pausa los pormenores de comentarios y habladurías hasta llevar a la feliz pareja hasta el altar y en un gesto público de amor inseparable, según los ritos  de la santa madre  iglesia, sellar  ese compromiso hasta que la muerte los separe. Sería sin exageración alguna la boda del año. La  más anunciada por los medios de comunicación.

  

   Personalidades de todas las esferas sociales recibieron tarjeta de invitación con previa anticipación con tal de que pospusieran otros compromisos contraídos para la fecha. 

Le prometieron regalos de sobra,  invitaciones a cocteles y fiestas de caché. El oficiante, los padrinos, los invitados... como sacados  de un cuento de hadas.

 

   Llegó el tan esperado día de la boda. Ese en el que los pobres se casan por amor y los ricos por conveniencia. Todo el apronte: la novia, el novio, el ajuar, los padrinos. La iglesia decorada como nunca antes; vestida de flores desde el atrio hasta el altar mayor de la basílica Nuestra Señora de Lourdes. Allá arriba en su lugar el representante de Dios listo para oficiar.   Los padrinos, los pajecitos fueron escogidos entre los/as más famosos/as de la farándula y la televisión.  El padrino Yamit Amat y la madrina la esposa del profesor Rosas la doctora Rosita de Rosas. No hubo en todo el país una boda con tanta pompa y difusión como la de Luis Eduardo.  Jamás los medios de televisión habían registrado en directo la partida de la torta de los novios; un matrimonio por todo lo alto. Ni que hubiera sido el de presidente  de una gran República, emperador o rey alguno, magnate o galán de fama universal.  El día de la boda se robó todas las miradas y la atención del mundo entero.  Invitados de la alta sociedad, de los medios y los círculos políticos de la capital se juntaron desde muy temprano. La iglesia atiborrada de público deseoso de presenciar el acto solemne sin excepción debió respetar el orden asignado por el maestro de ceremonias para poder saludar y  felicitar a los emotivos novios.

 

   Al salir del templo lluvia de arroz,  pétalos de rosas y serpentinas caía sobre sus cabezas aromadas de azahares y colonia pachulí. Carrozas decoradas de manera  impecable condujeron al séquito hasta el rancho destartalado en el barrio Diana Turbay donde siempre habían vivido con su pareja en unión libre. Era el sitio escogido por los novios para celebrar la fiesta de la singular boda. Allí los estratos se juntaron: la chicha y el whisky; los celadores del común con los honorables senadores los diferenciaba una consonante y un abismo enorme. Se confundían las zorras con los coches último modelo estacionados; los de los unos junto a los de los otros.

 

   Terminada la fiesta cada cual por su lado a lo de cada estrato; a ubicarse según la clase social correspondiente.  Los del norte,  para el norte; los del sur,  para sus casuchas destartaladas como la de Luis Eduardo.  Al fin que en diciembre todo se reviste de pompa y fiesta la romántica pareja a buscarse un sitio menos polvoriento para pasar su luna de miel después de vivir veinte años amancebados a falta de dinero, esos imborrables momentos apretujados de recuerdos debieron consumarlos sobre los mismos juncos de siempre.

 

   Aquel diciembre inolvidable para el feliz matrimonio había quedado consignado en la historia de un país desconocido por los nombres de políticos renombrados hasta entonces pero renombrado por todo el mundo por la coca y por el nombre de Pablo Escobar. El fenómeno político del embolador opacó los demás nombres de colombianos dentro y fuera del país.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

12

 

 

 

   El 31 de diciembre Luis Eduardo no quiso probar licor para amanecer sobrio a la posesión y saber cómo instalarse y qué debía decir conforme las instrucciones del profesor Rosas.

 

   El primer día del año y del siglo llegó a las instalaciones del Concejo capitalino montado en una zorra con grupo musical vallenato, rodeado de sus amigos: emboladores, zorreros, recicladores y uno que otro doctor lagarto.  Entró al recinto para tomar posesión de su nuevo trabajo y prestar su juramento de rigor ante el alcalde mayor Antanas Mockus S. Todo fue seguido al pie de la letra: orden del día, lectura del programa, himno nacional, Himno de Bogotá, reseña histórica del cabildo. Protocolo mesurado para dar estricto cumplimiento a lo previsto. Luis Eduardo  era sin lugar a duda el centro de toda la atención en el acto solemne. Una vez concluido,  las cámaras estuvieron prestas para registrar cuanto decía o gesticulaba, sin despabilar siquiera.

 

   La vida de un lustrador se había convertido en mito en la Capital. Todos querían tocarlo, besarlo, saludarlo, estar cerca de tan codiciado personaje. Hablar con él, oírlo, seguirlo; hasta imitarlo. La celebración de tan magno acontecimiento no podía pasar por desapercibido en su vida personal. Apronte de licores ordinarios, de chicha, guarapo, comida en abundancia, tamales, lechona, tortas, sancochos y fritos se sirvieron a diestra y siniestra después de la posesión. Merecida reunión social a la altura de los hechos; enviar señal visible de que la cosa era cierta. Las expectativas de los seguidores merecía destapar unas cuantas botellas;  mantener así la costumbre de hacerle a los buenos tiempos fiesta y a los malos también. Época del año en la que todo está bien visto y absolutamente permitido. En el país del realismo mágico las leyes se aplican de acuerdo a las conveniencias. Único territorio en el mundo donde la violencia es tenida como patrimonio nacional; donde la bebida es fiel compañera inseparable de los que conducen sus autos para llevar a sus pequeños hijos a la casa o a la escuela. País de tolerancias intolerables en otros países, de gente intolerante con las diferencias semánticas, donde la tragedia convive con las emociones de alegría. La pólvora la revientan pequeños en juegos atrevidos para divertirse, mientras sus padres embriagados les toleran y celebran esas hazañas suicidas.   Extraño país que necesita de mezclar todo lo anterior de manera irresponsable para que las emociones se expresen y los acontecimientos puedan celebrarse. Fiesta buena donde haya pólvora revuelta con trago y gasolina en las manos de borrachos. Eso es fiesta. No puede haber alegría si no hay bebidas embriagantes o drogas psicotrópicas. Es tradición en el país del realismo mágico llamarle fiesta a la rochela.

 

   Visitantes y anfitriones en casa del ahora honorable concejal prendieron semejante fiesta para compartir el triunfo obtenido. Toneladas de pólvora  al viento, voladores, truenos, tumbarranchos. Sin apartarse de sus hábitos y adicciones de beber comenzaron a servir por botellas el licor a quien se apareciera. A ese ritmo estruendoso entre notas musicales y algarabía muy pronto el honorable concejal se sumergió entre copas hasta llenarse como un cerdo completamente del fermento y de la gula. Tiró la ruana en cualquier rincón, desmadejado por completo. ¡Vaya estado deplorable del cual ya no era dueño ni de sus palabras ni de sus actos!.  Sumergido en una más de las innumerables lagunas mentales sufridas, ésta era la primera que los medios registraban en su propia casa, en su propio barrio, en su condición de honorable concejal.  Nada de raro que en esas profundidades se hubiera olvidado del compromiso adquirido hacía pocas horas.  La fiesta terminó muy de madrugada, las gentes en estados indeseados volvieron a lo de siempre. El honorable concejal tirado de cualquier modo en un catre viejo al lado de su consorte y de sus hijas. La prensa con  archivo sin editar a la espera de la oportunidad para formular los escándalos previstos.

 

 

13

 

   Ebrio y desabrochado siguió, entre sesiones y tragos, su vida habitual que en muy poco había cambiado.  Irreconciliable de todos modos la vida pública con su vida privada. Ni idea de las consecuencias dada su encumbrada posición social. En el ejercicio de la encomienda pública no pudo deslindar sus escándalos protagonizados en cada farra. Borrachera tras borrachera, sesión en el cabildo y borrachera rebosaron la copa de la gente. Se hacían  inminentes los llamados de atención, los comentarios hasta el descrédito total. Terminó ahogando entre las botellas de  licor las muchas esperanzas de quienes votaron por él.  Muy pocos meses duró en la cumbre del éxito. Todo parecía  indicar que seguiría a la altura de los pies.  No  parecía poder renunciar a su condición de embolador y hombre de bajo perfil. Sin importarle, tal vez, la responsabilidad histórica para con la democracia, ni los alcances de la estrategia que con tantos desvelos fraguó en la mente el ilustre académico y pisoteando la imborrable imagen del personaje más querido por los habitantes de aquel novelesco país. País que produce hombres y mujeres para todo, seres ingeniosamente excepcionales, escasos y a montones. Los hay buenos para lo que se necesiten; son como las plantas medicinales. Los hay también que no hacen nada pero entorpecen mucho, como  los abrojos. Gentes como árboles de todas las condiciones y razas de cuanta especie exista sobre el planeta tierra existe al menos una muestra de esas en cada hombre o mujer que habita a ese país impredecible.

 

    El honorable concejal era  de un árbol cualquiera no de muy buena madera. Nadie sabe por qué el profesor Rosas   lo tomó en sus manos para tallarlo en personaje figurativo para la historia.  Sufrió la más rara de las transformaciones. De simple hombre de la nada a importante figura pública y de encumbrada posición  a cuestionado personaje.  El poder y la fama lo enceguecieron; se le subieron los elogios a la cabeza. Carro blindado de placas oficiales y escoltas desfiguraron en poco tiempo la creación idealizada del diseñador de la estrategia. Comenzó a pavonearse, a perder los estribos. Sin importarle para nada su condición en lo absoluto, siguió de cantina en cantina, de rincón en rincón, revestido de la fama y del poder como legislador de la ciudad más importante del país. Acudía a citas clandestinas de nuevos amoríos, de farras indecentes y parqueado en establecimientos indeseables con la camioneta oficial y los escoltas asignados. Semejante despropósito no podía ser tapado por los que le seguían con ardiente fervor. Los medios difundieron cuanto hacía o decía sin que fuera lo esperado por quienes lo eligieron. Cada vez sentían haberse equivocado; al quererle  hacer de esta forma  bien a la democracia veían que le habían sembrado un cuchillo para atravesarla.

 

   Aquello era sencillamente desastroso. En tan pocos meses de ejercer como hombre público se convirtió en el hazmerreír de todo el mundo. Los paparazis le seguían para enfocar con la lente de sus cámaras y micrófonos secretos cuanto hacía en su beodez. La pantalla chica agrandaba sus trágicos episodios de alcoholismo y bochornosos actos públicos que lo fueron sacando del corazón del electorado arrepentido y defraudado.

 

   El poder de los pobres fue mostrando prontamente su fragilidad. Nobleza obliga. El poder del símbolo  se derrumbaba entre sus mismas ambiciones comprando camionetas extravagantes, paños y lujos innecesarios. Ese cuento de hadas, ese sueño, se convirtió en horrible pesadilla. Llegó en poco tiempo a ser repudiado por sus actos reprochables hasta el punto de ser ingresado a un centro de rehabilitación.   Empeñaba las joyas que había adquirido a plazos para poder comer, para echarle gasolina a las camionetas y para cancelar las cuotas de licor en las acostumbradas ollas que desde niño visitara. En ellas conseguía fiado cuanto pidiera. Cómo no hacerlo si ahora tenía asegurada su mesada. Más conociéndolo con sus gustos y debilidades por el licor; lo conocían como la palma de la mano pues   desde niño lo vieron crecer.   Había recibido más de veintiún mesadas las que llevaba, sin menoscabarle ni un centavo, a los tenderos del barrio con tal de no patear su lonchera de vicios. No le alcanzaba el dinero que ganaba en el concejo. Vivía del día para el día, fiando en las tiendas y "ollas-cantinas".  Empezó a pasar más necesidades que las soportadas en su condición anterior. Se ganó los odios de su propia familia, de vecinos y conocidos.   Definitivamente el pobre concejal embolador nació para ser y mantenerse donde siempre estuvo; la pobreza no existe, es mental. Jamás es escasez de dinero o de oportunidades.

 

   ...Cómo no advertirle a un simple embolador de los peligros de estar en el ojo del huracán,  en la ojiva de lo público, observado  en adelante de sus movimientos toscos, sus gestos atrevidos, el comportamiento desabrochado. Cómo tapar las malas costumbres, sus modales. Cómo enseñarle frases para acuñarlas sin rayar en el ridículo. En qué momento asimilar otras conductas  si el escudo, la coraza de la ignominia, el libertinaje las trae puestas encima como ropaje desde la cuna.

 

   Todo de ahora en adelante seguido con la lupa pública. El costo de la fama arrolladora obtenida por un golpe de suerte de la noche a la mañana bien es mal presagio en el destino de un ser extremadamente ignorante.  Bien puede convertirse en tragedia y  desdicha para toda la familia.

 

   Los medios de comunicación insaciables por conocer los mínimos detalles de la forma de vida del lustrabotas siguieron su rastro sin pausa.  Políticos y oligarcas buscaron la forma de destruir ese fenómeno, al unísono. Inconveniente para representar su democracia.  Sin cambiar sus modales burdos, sin poder ponerse a tono con la voluntad del establecimiento, ¿qué mundo podía construir?. ¡El de siempre!. Seguir en medio de esa condición en la  que hizo escuela  su carácter y personalidad en la barriada desde chico.

 

   Excusas, justificaciones: ¡Muchas!

 

   No hubo quién le enseñara modales, quién pronunciara vocablos existentes en el diccionario; cómo comportarse en sociedad. Qué difícil sobrevivir en ese medio fangoso y hundidizo de la política sin los elementos para lograr mantenerse a flote y limpio como la flor de loto.  Defenderse de semejante jauría y en medio de fieras tan salvajes a la hora de disputarse, como todos los animales del mundo, territorio, alimento y hembras, no es  nada fácil. Mundo en el que sin darse cuenta estaba hundido de cabeza o mejor, lo habían metido.  Ejerció su periodo entre escándalos y repudio colectivo.  Situación que  favoreció a quienes por  poco tiempo había desbancado en ese codiciado puesto. Ellos sí saben de intrigas, máscaras y farsas para mantenerse aferrados de esos escaños. Saben cuánto se disfruta y vive bien a costa de la democracia.

 

   Sus constantes recaídas  lo condujeron a buscar ayuda médica.  Suplido fue entonces  por la cencejala Carmelita, una humilde campesina venida desde la provincia a la capital desde hacía cuarenta y ocho años. A la edad de veintidós abandonó los surcos, los sembrados  y hortalizas sin haber podido ir a la escuela de su vereda, sin saber de letra ni de costumbres citadinas.  Una vez en la capital debió ocuparse como empleada en el servicio doméstico, escalar en el oficio hasta profesionalizarse como aseadora de edificios. En uno de esos, dedicado a oficinas, conoció al profesor Rosas.  Piso trece oficina 301. En cuya puerta una inscripción en letras de molde "Abogados".   Ello explica por qué la aseadora también llegaría a ser concejala de Bogotá si dentro de su plan el profesor Rosas   ya  contaba con ello. Jugada tras jugada, chivas a granel  para los medios de comunicación lograba siempre salirse con las suyas, mantener su controvertida lista de pobres, vaciados y jodidos representando en tan elevado escaño a los sectores hasta entonces marginados de la vida social y política.

 

   Con esa suplencia haría que el concejal sonado por sus embarradas le dejaran unos meses descansar.  El profesor Rosas  debía sacudirse los estigmas aplicados por la prensa  e ingeniarse una nueva salida para que le soltaran a su pupilo, al menos por un tiempo prudencial.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

14

 

 

 

   Sin estar preparado  no se sabe con exactitud  en cuál orilla  se está más a gusto; si en la de los sueños infantiles de alcanzar mundos donde habitan los poderosos, los reyes, los príncipes rodeados de gentes de fama con refinados modales, señores, señoras de sangre azul con la magia del poder aferrada entre sus manos clamando les sea devuelta su libertad  a cambio de sus lujos e incómoda apariencia ó en  la orilla del abandono envuelto del trágico y dulce anonimato que invita al   descuido para seguir por la vida viviendo de cualquier manera.

   Los sueños de los pobres al nacer: alcansar una estrella en el firmamento inasible, lejano, muy distante a sus pretenciones ó, lo que es peor, alcanzarla con sus débiles manos desnudas tan sólo por un instante luego soltarla en un despabilar avergonzado y  verse obligado a dejarla escapar por el resto de la eternidad.    El calor del poder quema a quienes lo atrapan por más que porten guantes para sujetarlo. Se funde entre las manos diestras  ¡cómo no ha de fundirse en manos inexpertas!.  Al poder lo enreda la fama y el dinero. Se vuelve hazmereir de todo   elmundo con un simple descuido.

 

   Una vez más el profesor Rosas debe cuadrar su ajedrez democrático después de haber aleccionado durante meses a Carmelita. Convoca a rueda de prensa  en un restaurante  para anunciarles la última:

 

Aseadora asume mañana como concejala de la Capital.  

 

-Muy bien mi doctor,  vamos para allá de inmediato.

   Carmelita y el doctor Rosas  los esperan en un restaurante céntrico de la ciudad capital. Tenía entre sus manos la carta firmada por Luis Eduardo  donde justificaba su licencia por tres meses y también la  firmada por la administradora donde se le concedía de igual modo licencia a Carmelita  para ausentarse de sus deberes durante tres meses.

   Pronto estuvieron en el restaurante todos los reporteros de los más importantes medios cubriendo en directo la noticia. Al día siguiente fue sacada en las primeras páginas y extras llenaron los espacios radiales, diarios escritos y televisados  desde esa misma tarde.

   Esas jugadas democráticas seguía confundiendo a las clases pudientes de la capital y del país. El que Carmelita  hubiese sido la elegida para hacer la suplencia exasperaba a los políticos de oficio y a los gremios. ¿Quién sabe por qué ella y no el celador Marcos León  que estaba en el segundo renglón?.

   El pueblo al conocer la noticia se llenó de alegría y celebró la sabia decisión de cambiar a tan  desabrochado personaje por tan humilde mujer.

A diferencia de su antecesor ella dominaba muy bien los temas sobre los que se le indagaban, posó para las cámaras con toda  naturalidad. Daba la impresión de haber estado preparada para todo esto.  Los titulares en las primeras páginas  dejaron ver el escozor que  causaba:

 

 "una cenicienta como en un cuento de hadas...concejala de la capital".

"De la escoba y el trapero al concejo capital"

"Sin padrinos políticos ni méritos Carmelita asume hoy como concejala"

"El poder de los pobres se tomó el concejo capital"

"Los pobres vaciados y jodidos se están jodiendo en los demás"

"Los políticos tienen miedo si este fenómeno se propaga"

"Nadie imaginaría otros casos como estos en democracia alguna: 'primero fue el embolador', ahora una simple  anciana aseadora"

"Si los pobres se unieran pondrían presidente o lo que quisieran" 

 

   Carmelita  asumió semejante reto después de haber escuchado  con gran atención la asesoría que le brindó el profesor y a última hora las que le hizo Luis Eduardo.  Sólo a manera de comentario la noche anterior en privado: " Eso de ser concejal, Carmelita, no es nada del otro mundo, es de tooos moodos más jácil que lustrar zapatos o que barrer o trapiar vustéd lo que tienes que hacer es espichar un botoncito con un sólo deíto y yá. Enseguidamente todos la 'ejan hablar sin parar tooo lo que quieras  y endespués si tienes concencia pueedes votar como se le dé la gana.

...Otra cosita emportante: Eso si ojalá no jaltes mucho a esas reuniones que llaman seisiones del concejo porque le pueen estar quitando su güena tajaaá y endespués hasta le inventan vainas raras. Así junciona el concejo. No se asustes ni le tenga miedo que allá le dicen hasta de qué mal se va a morir uno pero eso es mientras pasa la seisión porque endespués uno sale de gancho con tooos y toas a tomar tinto en la cajetería. Pa mejor dicirle, es mientras la joto pa' los perioóicos y pa' los noticieros; mera muza es casi too allá. Más trinca es boliar cepillo, u como vustéd, trapero y escoba; eso sí es reáspero. Allá, naa de eso. Su güena silla en puro cuero y acolchonaíta pa'a sentase y su tintico o su aromática y sus cigarrillos.

...Endespués que cumpla su primer mes uno va por unas luquitas que las llaman dizque las mesaaas. Uséase el chequesito pa' que vuted gastes lo que sea y como quieras; ¡no ves que esa platica es suya!. Qué importa que no sea tan bien ganaá como en el ojicio que a uno le tocaba; eso sí es traajar de verdá. Pero ir a sentase y que le paguen a uno una millonaá por mero garlar como lora mojá; eso es mamey. Eso yo creigo que sea hasta pecao capital por lo de ser juncionarios de la capital.

....Ah, otra cuestión que su merced debes tener muy en cuenta  es portarse bien con el chojer de la burbuja que le van a dar y mojale de vez en cuando la manita  a los escoltas pa' que le cojan aprecio y se las guarden no vaya a ser que le hagan ellos mismos la güelta el día que reciba su mesaaá. O que se dejen creer de esos otros políticos de ojicio que son reboletas y la manden quebrar por mera envidia y cargaera. Uno debe estar es pero mosca en too.

....Yo sí a esos manes los tenía era pero en la planta de mi mano; como  perrito jaldero. Me oedecían too lo que les mandara. Ellos eran güenas papas conmigo porque cada mes tome sus caaariñitos en ejectivo y su chorrito de traguito pa' que espantaran el frío y de paso me acompañaran y me llevaran a mi rancho a la hora que juera. Jordicho, le hacen caso a uno si uno no es changüa con ellos. Aunque pilas que hay unos morrongos pesaos pa'l camello y lo viven metiendo a uno en too chisme y güeonadas raras.

...Hay de too como en botica. Manes que me hacían los cruces y yo tampoco los jaltoniaba. Les daba gusto en too, su güen tamal de desayuno, su güen rejrigerio y su cena bien trancaa.  ...Acelerador al piso, rancheras y las renenas, porque eso sí que no le hacen es jalta a naides que se porte rebien con ellas. Sendas universitarias y estudiantas  repintas esas nenas. Vusted me entiendes Carmelinda que endespués de que le den la patica a uno pailas es que le digo. Traguito,  grasita y lo demás tú ya sabes. Vidrios polarizaos y ni qué  pobreza ni náa. Esas burbujas tienen sipotes equipos de sonío que ni que jueran diseñaas por costeños.

..¡Pero tenga eso sí  mucho cuidao! porque esos de la prensa son la purita cagáa. Lo cogen a uno entre ojos y lo hacen es de pura maldá. Cuando se quieren joder en uno se joden de verdá.

...Vustéd  Carmelinda no es que no haga sus cositas puahí. Lo que no se tienes  es que dejar pillar. ¡Que se quiere meter sus palitos.. .háguelo! pero encerrá con su marío y con su jamilia u sus amistaes de conjianza pa' que endespúes no le vayan a decir que tamién salió pecueca jaltona y recalceta porque lo de borracha si no creo que por ese lado encuentren en vustéd el lao jlaco pa' jodela.  Mire Carmelita, la emprobleman y le dicen a tooo el mundo que uno es el que no sirve pa'  nada de nada. Yo mejordicho le cuento pa' que endespués no le vayan a hacer todo lo que me hicieron a mí. Yo me arrecuerdo que me posisioné jué el primero de enero de hace dos años y ende ahí empezó mi calvario y también mi jelicidá.  P'al seis de enero me envitaron unos señores de la política, pero unos manes reduros en ese ojicio de politiquiar toa la vida. Me conversaron por teléjono por un lao y otro hasta que me convencieron de que juera a una jinca de recreo que tienen pa' los políticos. Que juera con mi jamilia o sólo pero no juera a ser cosa que no juera. Mejordicho yo podía ir a ese clúd  como quisiera pero que juera. Que allá se pasaba del putas; se podía tomar lo que quisiera, cuanto quisiera, emborracharse y hasta empelotase si uno quiere. Mejordicho que le hacen enrialidadmente a uno es de tooo  ¡ menos mercao !. Que piiscina y bar a puerta cerraá, mejordicho pa' mero pasala rico. ¡Ah,! pues de pendejo me juí pero eso sí me arrepiento como el putas de haber tenío esa esperencia con políticos. Ya verá Carmelinda lo que pasó. Algo me decían mis pálpitos que no me juera con desconocíos y menos solo, sin saber pa' 'onde. No me quise ir solo. Contraté un carrazo de esos paperos de pueblo y lo llené de mi gente, la gente de mi barrio: zapateros, lustraabotas como yo y unas 'Quequitas' que se me ojrecieron por demás. Güeno, güeno; toditos nos zampamos en ese armatroste de camión y en menos que canta un gallo, pa' más esplicarte, el recorrío duró poco menos de dos horas. Y llegamos a la dicha jinca de recreo. Ya taban esperándonos con güiskey del jino o yo no sé. La verdá si sería del güeno porque nos lo servía por vasaos completos. El encargao de ese ojicio esclusivamente pa' atendeme a yo y a mi comitiva era un tipo rejinao medio  amaricao, un señor con media jalda y tirantas entrecruzaas de colorines toos raros, como un mariquita. Le decían "Mozo". La verdá no supe ni cómo se llamaba; jamás le escuché que ninguno le dijiera el nombre. Ni supe de quén era mozo. La verdá eso no era mi proooblema. Pero así le decían a cada n'a.  Y ese Man nos llenaba caa ratico el vaso déese güiskey. Pero jué en un abrir y cerrar de ojos que nos puso la cabeza a dar güeltas como un trompo. Yo veía la casa y los árboles y las estrellas que daban güeltas en carrera y no supe a qué horas todos mis amigos empezaron a metese a la piiicina con toy ropa. Otros se empelotaron y quedaron en meros calzoncillos y unas viejas en pantaletas corticas de jlorecitas y  otras medio encunetadas las tangas en las nalgas;  eso sí era jiesta.   Yo también me metí con mis pantalonetas de jugar julbol y con camiseta pa' no mostrar la barriga. Y no juí pendejo de quitame los chagüalos. Me dió culillo de que no juera a ser que en el jondo de la piisicina hubieran vidros me llegara a cortar una pata y hasta'y  parara mi alegría.

Tooos ya en la piiiscina boliando camisas y zapatos por la mula al que se descuidara. Los que llevaban jianmbre comenzaron a tirar las hojas de los tamales y eso se puso el agua jue como una mazamorra, turbia y con sabor a masa y toa graaasosa como pa' bronciase uno con esa manteca.

 ...Y esos señores políticos que me habían envitado cagaos de risa de vernos gozar como el putas.  Los dejamos descuiar y  también los cojimos entre cuatro y chumbulún con toi' ropa a la piiiscina. ...Antonces uno de los dueños de la jinca  o el que nos amarró la rasca tan hijueputas se las dió de picao y se ojuscó como una tigra paría y cogió ese cedular y llamó patrullas de polecías y la seguridá privá y con ese mundo de escoltas que teníanos eso jué yá que  nos rodiaron y empezaron a zacarnos de la piiiiscina y a tomanos jotos. Cuando yo me percaté ya era tarde estábanos rodiaos era de todos los periodistas de la prensa. La mundial de periodístas nos acorralaron como si nos tuvieran apuntando con jusiles y eran esas granputas cámaras eso más parecía una película de vaqueros.

¡...Qué susto tan hijueputas y ni alientos pa' correr y cagaos  hasta la cabeza, ni qué patas ni qué putas.! Meros calambres y escalojríos con semejante jinchera. Mejor ni pa' que te cuento too lo que me pasó ese día. Lo más trinca jué al otro día; aunque yo pensaba pa' mis aentros esto es asunto de vaaarones seerios y de jinchera.  Pero quéee va... la cosa  se puso repelúa. Eso era una remalparía trampa que me habían hecho pa' empesame a desprestigiar. No señora Carmelinda si vustéd hubieras visto. Eso dejaron botellas de trago rompías por los patios, regueros de cerveza y aguardiente por las aljombras, ron y  güiskey en las materas, peazos de totuma toas rompías jlotando en la piiiscina y ese olor tan aaburrior a chícara juerte y a empanaas. Ese  reguero de basura por toas partes. Hojas de tamales, gómito y hasta el putas. La verdá yo no me gomité pero esos maricas que iban conmigo si me hicieron quear como un culo. Mejor dicho; yo trato a creer que nos pasamos de calidá. Pero tampoco era pa' tanto; esos periodistas son la cagaa. Le pusieron más de la cuenta: ¡ Uuuí, cuando me traen los perióicos...! Qué reboleta, eso sí  que me dió la repena más triplehijueputas! Me sacaron con montajes toos raros en medio de prostiputas y de plataos de cocaína y de bazuco y con puchos de marijuana. No mejor dicho; ni pa' qué le cuento. Eso apenas jue una de tantas trampas que me tendieron y yo juí a caer redondito como un marica. Y que me arecuerde no metimos drogas ni hicimos ese reguero de baaasuras ni el escándalo del que me achacaron. Sí gritábanos y nos reíanos pero a carcajaaas no más. Nada de peloteras como dicen que pasó en esa jinca.

...Sí ves señora Carmelita  que eso jue un montaje el hijueputas. Aunque quién me mandó jartar con desconocíos. Y ya pademás naides me quiere creer la parte mía usease como yo la cuento, que esa sí es la puritica verdá sin calzones.

...Ahora el cuento es que tengo que irme pa' una clínica a que me hagan un tratamiento  el hijueputas.

Y que me tengo que salir de concejal. Mejordicho 'onde me haga el marica y no les haga caso me llevan es pa'l manicomio y me dan una jórmula de un siquiatra y hay sí me vuelven es mierda. Quién me salva de esas jugaas que se traman tan perfetas pa' tirarse al que se les dé la gana. No hay santalucía que valga ni plata ni naaá de naaá; quén lo saca a uno de semejante mierdero. Por eso le alvierto tenga mucho cuidao porque allá esos manes le buscan la caída y ahí sí pailas; todo lo que ese projesor Rosas está haciendo no le va es a servir  naa y endespués al pobre man tamién lo emplican y lo hacen quear como un reverendo culo. Vusted Carmelita no se vaya a dejar joder ya ve que esta es la oportunidá que nos mostró el destino. No nos  queda más que rezar y uninos putamente pa' no dejanos desbancar. Sí ves que ese projesor es un bacán. Nos puso en su lista a meros micios y eso ta bien. No le vamos a cagar la cara y pademás la gente algún día va a saber la verdá de cómo son de hijueputas éstos políticos que se inventan unas peeelículas rechimbas tan bien montaas que hasta ellos mesmos se las creen. Too pa' joder al pobre; pa' que el pobre jamás llegue a donde ellos están. No ve que si uno llega ellos son los que se van. Y a quen le gusta irse de ahí ¡yo no me quisiera ir!.  Pero me dejé joder y me toca irme.

Menos mal que me reemplaza es vusted; una persona jodida y vacia'a como yo. Pero lo más que les está doliendo es que uno les quite el puestico y como ellos si no saben perder porque la verdá no saben hacer naa, ni siquiera embolar ni  coger una escoba, ni un trapero que es lo menos. Eso le duele a cualesquiera persona. Por eso hacen lo que sea pa' no dejasen desbancar y como ahí se llega es dejinitivamente  es por miles de votos ya no es como antes, por plata ni por palancas. Naa más es que la gentesita lo elija a uno y ya.  Carmelita no es por naa, ni por dámelas pero sea lo que se sea la democracia es el mejor regalo que Dios  nos ha dejado a los pobres y la democracia la hacemos, semos, es la mayoría. Y no se te olvides que los pobres semos la mayoría con céeula de ciuuuaanía.

  

Carmelita  no dejaba perder una sola palabra ni un sólo gesto de cuanto decía o hacía Luis Eduardo  aleccionándole con tal de no ir a caer en las trampas y argucias utilizadas por la dirigencia establecida. Los políticos son hábiles en colocar zancadilla, talanqueras y trampas escondidas con medios muy sutiles a quienes no les conviene. Más a quienes la democracia les abre espacios para que tomen determinaciones tan puntuales y decisivas  en el manejo de la cosa pública.

  

Conviene a los políticos la ignorancia de sus gentes y el atrazo de los pueblos. ¡Claro que les conviene!.  Así la ignorancia y falta de educación es aliada incondicional de todos sus triunfos. Es arma infalible que tienen los poderosos para mantenerse y perpetuarse en el poder. De ahí que un pueblo ignorante será un pueblo sometido, fácil de manejar. Con la excusa de que aún no está preparado para conducir los destinos de una nación tan importante.

 

-Gracias Luchito, trataré de defender nuestros derechos y ojalá los pobres tomemos conciencia y  a punta de cedulazos podamos estar unidos en las contiendas que vengan y mantenernos en el poder. De todos modos los pobres somos más; lo que quieren es hacernos creer que somos menos capaces. Pero déjese un tantico y lo verán.

 

   Es que el valor del voto para el pobre es definitivamente la mayor riqueza que tienen los pueblos y como pueblo mayoritario puede definir su destino común y duradero. Gracias a Dios existe la democracia. Comprensible: ¡cuánto vale la Democracia!, con razón y tantos se la pelean.  Con ella se enriquece el mundo y los seres que la representan se hacen reyes. Infortunadamente siempre ha sido la cenicienta y antes del embolador estuvo a la altura de los pies, lo está con él y muy seguramente depués de él. Siempre a la altura de los pies de los señores intereses de turno en este y en todos los demás países del mundo. El fenómeno del embolador sólo hizo visible el manejo que se ha dado, se dá y muy seguramente se perpetúe en todas  las democracias existentes.

 

   ¿Qué será de la democracia si le restringen la entrada a los electores/as primarios/as?. Inconveniente e inconcebible que gobernante o legislador alguno llegare a coactar la participación de quienes sostienen los pilares de la democracia con la fuerza de su voto libre y secreto. Fatal si una reforma en país alguno la intentara limitar o la hiciera excluyente argumentando incapacidades o inconveniencias. ¡Vaya referendos y plesbicitos que la deslegitimen!.

 

   Carmelita  concluyó para la historia diciendo algo sabio: "Es cierto que nos falta preparación para manejar eso que manejan los políticos; pero espérense no más y empecemos a darle estudio a nuestros hijos e hijas pobres y ahí sí chisten algo si es que tienen cómo. La democracia tiene que triunfar y el que vota tiene que tener también la oportunidad de ser elegido o elegida como fue mi caso.  Salvo que me toma por sopresa. Nada de talanqueras, nada de requisitos; más bien preparemos a todos y todas para que  puedan ejercer cargos de importancia y pronto aprendan a conocerla de cerca y a perderle ese miedo que nos han querido meter para que jamás nos atrevamos a  a quererla.

La democracia no asusta a nadie, no hace daño ejercerla.  Luchito no te desanimes, sigue adelante. Qué importa que ahora no te comprendan y te den el trato inmerecido que no esperabas. Acompáñame somos los pobres los más interesados en ocuparnos de ella.  O es ahora o hasta cuándo. Lucho de todas maneras sabes que tienes en mí a una amiga incondicional.

 

    Bien interesante el ejercicio emprendido por el profesor Rosas al haber persuadido a Luis Eduardo  para que dejara ejercer como concejala a Carmelita  y así   con esa nueva jugada permitirle a los electores y electoras ver en su lista conformada el propósito y alcances verdaderos; los que están más allá de las meras casualidades. Así la elección del humilde e iletrado embolador de oficio no podía atribuírsele a las solas casualidades. Desde luego que era el producto de una larga y premeditada estrategia.

 

   He ahí la invaluable riqueza que tiene la democracia para quienes quieren ejercer poder y gobierno sin necesidad de ensuciarse  las manos con componendas absurdas que desfiguran y manchan la virtud contenida en la encomienda pública. La democracia sin lugar a dudas es madre de la meritocracia. Es ella el camino para que los pobres encuentren la forma de llegar a construir poder y sostenerse en él; sólo hace falta comprender las inmensas posibilidades que brinda. Sabido es que antes los que no tenían poder después de conocerla   se han hecho ricos y jamás desean perder semejante riqueza.  Y así puedan ser emboladores, aseadoras, celador, vigilante o lo que sea, quienes le sirvan con transparencia y buena fe, sin importar el oficio o el trabajo que se ejerza ella no excluye,  por el contrario siempre los espera y los cobija con su capa.

 

 

 

 

15

 

 

 

   El fenómeno había cobrado tal dimensión que al correr la voz por todas partes mantuvo en vilo a la clase dirigente de la capital. Amenazaba ese contagio con extenderse por todo el país. Nefasto e imperdonable si las clases de abajo siguen con tal ímpetu, capaz de destronar a los poderosos de ese país recóndito por simple protesta o estrategia como la del profesor Rosas, haciendo buen uso de las suplencias para permitirle el acceso a más pobres, vaciados y jodidos por el sistema.

   Se oyó decir acerca de innumerables aspirantes que se alistaron  para llegar a ocupar los escaños más importantes  elegidos por el voto popular.  ¡ ...Insólito!.  Nombres atrevidos se empezaron a agrupar en torno a propósitos de gremios desfavorecidos, causas reivindicatorias: taxistas, camioneros,  desempleados, bulteros, braseros, celadores, vigilantes, guachimanes, emboladores, amas de casa, gamines, homosexuales, sordomudos, ciegos, parapléjicos, trabajadoras sexuales, vendedores ambulantes,  enfermos de sida... En fin, cuanto  plural tuviera nombre. Ninguno de sangre azul ni delfines en sus toldas cuyo propósito era llegar a tomarse el poder con estrategias frágiles sin la escuela que forja la constancia exigida, sin la disciplinada propia de liderar los procesos históricos que enseñan que no vasta llegar sino saberse mantener en el poder. Ahí radica el reto.

 

   Sin embargo la amenaza de tomarse el poder por el voto popular creció como espuma en los de abajo. La Constitución Nacional de de ese país les había abierto el camino. Súmese a ese brote inusitado las arenas movedizas de lo incierto de la política y el inconformismo de las masas decepcionadas de cuanto intento democrático va surgiendo. La apatía se impone y la abstención gana territorio.

 

   El fenómeno político de todos modos se propagó hasta el punto de haber causado el remesón deseado. El insuceso político inesperado del lustrabotas caldeó los ánimos y se convirtió en tema álgido motivo de profundo análisis, de honda preocupación en gamonales y políticos. Tema obligado de estudio en escuelas y universidades en círculos cerrados y abiertos dentro y fuera de las fronteras del país.

 

   El poder de los pobres debe contrarestarse pronto. De no  ser así la hecatombe política para los  caudillos de siempre será imperdonable. 

 

Se aleccionaba con métodos sutiles a la dirigencia de todos los partidos y movimientos políticos y a la militancia de los mismos.  Inaceptable la metamorfosis en las costumbres políticas enraizadas  en todas las democracias del mundo. A ese tal profesor  debe buscársele. Que reformule la estrategia y aporte a la vida democrática caminos viables para que se sostengan en el tiempo. Está demostrado que la democracia es frágil.

 

   Fueron los comentarios de los/as interesados/as en que esa democracia mostrada por el tal profesor Rosas  no era viable por inconveniente para los intereses generales de los generales y de los casatenientes y terratenientes de un estado tan antigüo y tan respetable como ha sido y debe seguir siendo el sostenido a toda prueba en el país de los mil y un nombres.

 

   Los políticos tradicionales buscaron infructuosos con insistente asombro al profesor Rosas  después de  sopesar el inminente peligro en el que se hallaban. Efectivamente 'Los pobres  unidos, son una amenaza'. 'El poder de los pobres se hace visible'; son la clase social mayoritaria cuya única estrategia poderosa está en sus manos: la cédula de ciudadanía. El tal profesor Rosas sabe cómo usar ese potencial espantado y engañado desde la historia patria para seguir con ellos haciéndonos sus experimentos democráticos... Es sin la menor duda nuestro mayor peligro. -Anotaban-. Debemos cuidarnos de esos profetas neotestamentarios de este siglo. La democracia es nuestra y como tal la defenderemos. No hay alternativa o son los pobres o somos los gremios. Los pobres empiezan a despertar de su letargo aunque impreparados. ¡Qué es esto!  - se cotorreaban al oído-. Mira lo que nos  ha hecho ese profesor;  los estragos que ha causado con el tal embolador, la señora aseadora y con el  guachimán. No hay derecho. Deberá responder tarde o temprano.  Ojalá y no prosiga en más inventos de buscarle un espacio a los pobres; si con ellos suficiente tenemos de problemas hasta la coronilla.  Nos ha hecho daño irreparable, sentimos tambalear por unos cuantos meses nuestra democracia, nuestra fama, nuestra fortuna y hasta nuestro destino se tornó incierto. No hemos podido  dormir tranquilos, nos ha sido imposible, es una horrible pesadilla. De dónde sacaría el profesorcito ese rollo tan macabro.

 

  Asediado por los medios de comunicación  pedían les contara el por qué de la estrategia y de los alcances o aspiraciones personales. Cuanto había detrás de la verdad conocida al llevar a un embolador a esta corporación. Así mismo una aseadora y un celador. 

 

   El,  acorralado por la prensa no se dejaba intimidar ni develaba del todo su propósito. Debía llevar a la prensa y a los medios nacionales e internacionales durante todo el periodo legislativo constitucional con plasebos publicitarios  guardando en la manga sus mejores ases de la estrategia...  'ora una aseadora lo reemplaza, es Carmelita, 'ora un desconocido celador llamado Marcos León.  

 

Estos cambios intempestivos que se producían en los cabildantes capitalinos dejaban sinsabores y desconcierto entre los críticos y en el común de la gente dando pie a sin número de conjeturas. Los  proyectos de acuerdo propuestos por Luis Eduardo seguirán, se hundirán,  qué será de su sustentación y aprobación.   Para sorpresa de esos incrédulos y escépticos todo seguía a muy buen ritmo produciendo los resultados esperados  sin tropiezo alguno y con el voto favorable para aprobar los acuerdos que beneficiaran a la ciudad capital. Sumado a ello  podía demostrarse en el balance la transparencia con la que habían sido  manejados los intereses generales en contratos y negocios pulcros a la vista de la misma comunidad. Probada honestidad, irrenunciable cualidad que escaseaba entre los cabildantes. Como  común denominador había sido la constante en quienes ejercían esos cargos  públicos y por ello gran número de concejales y concejalas fueron a parar a la cárcel por sus  arreglos deshonestos con gremios y personajes de dudosa reputación. Llamados el carrusel en el concejo de Bogotá.

 

   Una tarde de agosto de 2003 al salir del recinto del concejo  caminaba desprevenido por la calle hacia la oficina y de pronto fue rodeado por la prensa. Los periodistas aprovecharon la oportunidad para preguntarle al profesor Rosas  si estaba arrepentido de haber llevado a esas personas a tan alto escaño   a lo que les respondió suelto y descomplicado:

-"Ustedes son testigos de la calidad de proyectos presentados por mis protegidos, ampliamente difundidos sin costo alguno al erario público ni en desmejorar lo privado. Por el contrario el beneficio es común , así lo dicen las encuestas. Cosa bien distinta es su intimidad y vida privada. Permítanme hacerles la defensa ya que los tienen en la picota pública y son objeto de escarnio y de infames ataques.  ...Es que debemos mirar de dónde vienen y qué oportunidad les dió el Estado; ese mismo Estado que ahora les exige públicamente lo que no les ha dado jamás. Son pobres, vaciados y jodidos como millones de habitantes de este país en francas desigualdades y falta de oportunidades. La democracia les está dando apenas hasta ahora eso que por tanto tiempo les negó".    

 

No cesaban de interrogarle buscando la manera de enredarlo en sus elucubraciones y explicaciones a capela. Continuaron:

 

-Estamos ad-portas de una gran reforma política... ¿Qué opina de los partidos, del voto preferente, del umbral y de las listas únicas... ?¿qué nos dice de esa democracia que usted enseña con lo de... darle oportunidad a todos?. .¿..No cree que eso es una bofetada a la democracia?. ¿Usted busca algo en la burocracia?  ¿Que hará después de concluído el periódo de sus pupilos pobres y vaciados? ¿cree que volverán a funcionar sus estrategias en el futuro?...

 

   Le llovían micrófonos, ráfagas de preguntas caídas como hojas de árboles batidos por el viento. Las cabezas de los reporteros parecían una ola del mar cuando está picado. Logos y cables revueltos, cámaras y flash le quemaban las pupilas de sus ojos; lámparas odiosas se avalanzaban contra él como si trataran de capturar a un delincuente de alta peligrosidad.

   De pronto se  detuvo y les dijo:

-"Gracias a  que pueden inscribirse muchos pensamientos con  proyección y visión distinta de país es que se enriquece esta democracia. Gracias a esta democracia hemos podido abrirle espacios de verdad a las clases mayoritarias las que por siempre han sido oprimidas y marginadas;  impensable si llega a  imponerse eso que  están planteando en referendos y reformas. Es detener el desarrolo, es regresar a las viejas prácticas excluyentes. Ya hemos superado partidos  y movimientos  que predicaron sus doctrinas anquilosadas y llenas de todo vicio. Queda demostrado que fueron carcomidos por su propia avaricia, han dejado metido en la más profunda crisis a este país tan maravilloso. País agónico, moribundo, en cuidados intensivos.  ¡Cómo vamos a volver a esos partidos! ¡cómo señores! ...no es justo por nuestros hijos ni por los hijos de ellos mismos.

...Y en cuanto al futuro que les espera a  los representantes de los pobres vaciados y jodidos es seguir sin pena ni gloria por el mundo. Ya los pobres tienen frente a sus ojos abierto un camino, Verán si lo transitan solos o buscan compañías inconvenientes que los devuelva a donde han  permanecido.   Ahí tienen entre sus manos  la llave para tomarse el poder ....tienen en sus manos la cédula verán si la hacen valer y votan por los de su misma clase.  La democracia que les enseño es la de no permitir talanqueras, requisitos ni exigencias para participar como elector o elegido sin más condición  que la voluntad, la frente en alto y la honestidad en cuanto hagan.

...En cuanto a mis pupilos era apenas de esperarse que recibirían más palo que gata ladrona; no me extraña. Ya lo esperaba. Es probable que  ellos hayan salido lastimados porque no estaban prepados. Abrir una brecha tiene sus costos y los asumo y ellos al igual que yo. Lo privado es de cada cual; lo público es de todos".

 

   Terminó con esa expresión y fue vitoreado y aplaudido por la gente que se agolpaba a mirar de qué se trataba tanta algarabía y tanta revuelta allí en la calle donde lo abordó la prensa.

   Los sueños del profesor habían sido llevados a cabo tal como lo había planeado.  Dejó al descubierto: Detrás de cada político existe un cerebro y unos intereses bien creados y este caso  dejaba en claro  " lo secreto". Quitaba la máscara a la democracia de forma para desnudar y desvelar los intereses que tras ella siempre habían escondido desde la creación de esa República  "Democrática".

 

   Del profesor Rosas  nadie volvió a saber nada; es probable que  esté tras alguno de sus escritorios diseñando otra estrategia similar para llevar a otro de condición humilde a la alcaldía mayor de Bogotá y buscar la reelección del lustrabotas pese a cuanto digan o hagan por impedirlo. No claudican los hombres de ideas fijas. Es una locura la política como no es de cuerdos luchar contra los políticos porque la política en sí es la locura misma.

 

 

 

 

 

 

 

 

16

 

 

 

 

    El pueblo había encontrado la puerta para ingresar al maravilloso mundo de los grandes, de la fama y del poder político por el voto cuantitativo mayoritario. Tenían cada vez nuevas estrategias para meterse a la arena política, al ruedo que les había sido vetado por siglos. Podrían conocer de cerca la cosa pública a través del poder del sufragio. La democracia permite elegir a cualquiera "entre comillas". Si es elegido/a por la mayoría, así carezca de otros méritos o del conocimiento necesario, sólo lo reviste de esas dotes de la noche a la mañana la mal llamada democracia representativa. Esa misma que ahora es cuchillo de quienes lo colocaron primero en el cuello de los ingenuos a quienes utilizaban en provecho de unos cuantos durante siglos.

 

En ese momento nacen igualmente estrategias para contrarestar la acogida que tiene tal fenómeno político en otras democracias vecinas.  Por esa razón actúan a través de los mismos medios masivos de comunicación que encumbran o que bajan de la nube con la efervescencia de la masa. La intimidación,  el miedo se apodera  de los líderes naturales se cunde por todo el suelo patrio, impidiendo que los brotes de nuevas figuras lleguen a tener éxito. En campos y ciudades se escuchan arengas directas a quién se debe apoyar y por quién hay que votar en las elecciones para el congreso, o para presidente . ¡Qué Democracia profesor!. 

 

   ¡Ah, desconocimiento el del pueblo!; no saber del poder de los medios de comunicación,  propiedad de los que ostentan poder y riquezas. Más; desconocer que tienen la magia de hacer aparecer de la nada cuanto desean y así mismo desaparecer cuanto quieren por encumbrado que parezca.  El objetivo de éstos: llevar a una  persona hasta la cima; luego, según sean las conveniencias, dejarla caer  para destruírla por la fuerza del descrédito, la mala propaganda hasta  sumergir  en el  olvido.

 

   Los políticos,  de la mano de los gremios, codueños de los medios no pueden abrirle paso a una clase emergente distinta para que llegue y se apodere de otras curules, conquistar nuevos espacios. Evidente: nadie detiene a la clase social más numerosa ya enardecida e inconforme con la dirigencia tradicional.

 

   El poder de los medios de comunicación aunado al poder político y económico de la nación desacredita al lustrabotas y como a él a todos los movimientos minoritarios que comienzan tímidamente a abrirse espacios democráticos. Imperdonable su forma de vida o las estrategias; difundir los desaciertos cometidos que protagonizan. Elevar a la máxima potencia  los actos negativos del hombrecito de los cepillos y la caja de embolar o de los nuevos líderes naturales es la misión. Buscarle los lunares a todos, armarles eventos en los que deben hacer el ridículo, riñas callejeras, disturbios y farras escandalosas.  

 

   Venderle a la opinión pública una nueva imagen de la forma de hacer política en la que los humildes no tienen mayores posibilidades, son inéptos, incapaces y hasta inconvenientes, hacen el ridículo, son vulgares,  indignos e inaceptable dejar en las manos de estos la democracia, hasta aseguran que es mal visto por la comunidad internacional con tal de perpetuarse.

 

   Aleccionan al pueblo: 'Que es preferible abstenerse de votar que hacerlo por un  desadaptado social, incapaz de superarse a sí mismo que es capaz de echarle bala a los de su mismo barrio y coger a tiros las viviendas de los vecinos cuando se emborracha..   Menos el de representar la inconformidad generalizada'.

 

   Cuánto hacen para probar que: 'el pobre es incapaz, es ignorante, hace el ridículo donde sea. Es indigno socialmente'.   El rechazo de la sociedad a las manifestaciones vulgares difundidas ampliamente por los medios no se hacen esperar de todos modos con ello logran retrazar los procesos. En el caso del lustrabotas lograron persuadir a los seguidores a quienes voltearon de la noche a la mañana hasta  convertirlos en sus contradictores acérrimos, en dardos envenenados que le llovían de todas partes con críticas destructivas. Sin dejar de tildarlo de hijueputa, DE CONCEJAL PECUECA  lo bajaron  del pedestal. Dejó de ser el humilde, el pobrecito a quien todos tocaban con cariño, a quien abrazaron con afecto o posaron orgullosos en fotografías que luego echaron al cesto de la basura. Sus autógrafos en las billeteras fueron arrojados con soberbia. Y así,  sin necesidad de mayores esfuerzos, los medios que lo habían encumbrado lo bajaron de una buena vez con el propósito de apagar el detonante democrático, silenciar las esperanzas de una nueva dirigencia social y espantar los ánimos de la gente sencilla, y humilde. Más si los escandalos protagonizados por el hombre de los cepillos eran ciertos.

 

   Comprensible que el ser pobre y desprotegido, carente de sapiencia y de manejo  lo sea en virtud a que le fue negado el acceso a los medios y  las oportunidades. El ser ignorante es culpa de quienes representan el establecimiento  por haberles cerrado las puertas del entendimiento y conocimiento, de la academia.  Absolutamente lógica  la estrategia del profesor Rosas.  Cómo no tomar fuerza una idea como esas si la democracia lo permite. Contemplado está -elegir y ser elegido- sólo que nadie había abierto el camino. Ahora empieza el calvario para quienes vivieron la gloria a costas del sufragio "del ignorante, del tarugo y del indigno". Calvario que les hace vivir la democracia.  Los pobres con cédula en mano son cada vez más. 

 

Tres años después...

 

Se aproxima el tiempo para evaluar su paso por el concejo y es en las urnas donde se calificara el mérito de haber llevado a un lustrabotas al concejo de Bogotá.

 

Es agosto mes de inscripciones nuevamente para gobernador, alcalde, concejales y ediles se repite la mecanica electoral de hace tres años con la novedad que han modificado las reglas del juego para elegir a los candidatos, se acaba de aprobar la ley electoral y ya no se tendrá en cuenta sólo el número de votos por un candidato sino que será tenido en cuenta el umbral por partido y esto definirá la elección para ejercer quienes salgan elegido por cuatro años consecutivos desde el primero de enero de 2004.

 

Todo apunta a que la sumatoria de "cagadas" cometidas por el concejal lustrabotas no tenga un sólo seguidor para el día 26 de octubre día de elecciones en el país del Sagrado Corazón de Jesús.

 

1.376 votos por el controvertido personaje y es elegido por cuatro años más el Honorable concejal de Bogotá Luis Eduardo Díaz Chaparro.  Porque el que es caballero repite. ¡Qué democracia profesor!

 

 

 

                                                  EPILOGO

 

 

   No fue necesario que pasaron siete siglos para que nuestros ojos vieran lo que estamos viendo y verán nuestras generaciones venideras.

 

   El León dormido  se despertó robustecido y preparado en secreto. Hijo de mil generaciones oprimidas y sometidas  impuso su sello para tomarse por el voto las riendas del Estado. El León en el poder  estrenó la teoría democrática  que por suerte ideara   un catedrático y sabio profesor  universitario. Puesta en práctica la teoría todos y todas las habitantes del país pudieron elegir y ser elegidos/as  sin más requisito que el hecho de haber nacido en su patria. Sin más cualidades que ser nacional de nacimiento. "Desde la cuna tienes todos los derechos"   Todos/as  pudieron aspirar a los cargos que la democracia creó. Los privilegios y deberes dejaron de ser sólo de mayores. Por ello aquel país maravilloso quedó en las manos de niños y niñas,  jóvenes y jovencitas,  adultos mayores de todas la condiciones sociales existentes. Muchos estadistas  visitan  al país de los mil nombres para llevarse a sus regiones el sistema estrenado.

    El León está despierto ahora  para vigilar la estrategia aplicada por él y diseñada por el profesor universitario. Su teoría hizo que la democracia jamás volviera a tener máscaras ni trabas. Ahora la democracia formal aplicada en aquellos estados  vetustos no encuentra espacio en éste país de ensueño donde impera la verdadera democracia... Gracias al poder de los débiles, al León Despierto, que con cédula en mano, transformó para siempre su sino oscuro y abrió el caudal inagotable de riquezas que la madre democracia tiene reservada para todos aquellos pueblos  que se comprometen con ella.

 

 

¡Qué democracia profesor!   

 

 

FIN

 

   

 

1- Glosario

De las frases más comunes escuchadas en la calle:

 

Abrir las piernas: Hacer el amor

Abrase es que le 'igo: Vayase inmediatamente.

Adelantar las vacaciones: Eutanasia

Amarrar conejo: No llevar a cabo lo prometido. Engañar.

Ando en la juega: Estar bien informado de algo en concreto.

Antonjes qué : Entonces para qué.

 

Bájense de la mula: Aportar la cuota señalada

Bajar bandera: Hacer la primera venta del día

 

Cabeza de gallina: Sufrir de amnesia, olvidarse de algo.

Claramente que too: Expresión usual en Luis Ernesto (Primeramente que too, segundamente que too).

Cocieron a puñaladas: Asesinado a cuchillo.

Conectar con el duro: Contactar con el jefe.

Conqué mojar: Bebida

Con la boca llena de moscas: Advertencia de vida o muerte.

Copa rebosaa: Llevar al límite, colmar la paciencia

Cotorra mojada: Hablar en exceso.

Cuanta nota: Cuanto se ocurra.

Culo con culo: Mucha gente

 

Chas'gracias: Muy agradecido

 

De ademalas: Muy de malas.

De a de veras: De verdad.

Darle piso: Asesinar

Darle en la torre: Darle en la cabeza. Matar.

De'unas: Sin vacilación

Echao sobre los laureles:Despreocupado, holgazán.

En balde: En vano

En bombas: A toda carrera.

En la mula: En la cara, en la cabeza.

Enrialidadmente: Expresion muletilla de Luis Ernesto.

El duro: El jefe.

El león: El pueblo.

El chuzo: Puesto de trabajo, negocio.

El vitute: La comida.

Es que le digo: Orden irrevocable.

Está llevao: Arruinado.

Ganarse de calle: Enredador.

 

Haceme una jugaaa: Traicionar la confinaza.

Hacen leña: Sacar provecho, oportunista.

Haguemos vaca: Recolectar dinero para trago o vicio (un fin común).

 

Ingrima sola: Soledad absoluta. Desolación.

La bronca: Riña, pelea, disturbios.

La Chimba: Expresa desacuerdo.

Lagaña de mico: Calificativo para comparar las  cualidades en las personas.

Largarse pa´la mierda: Echar de la casa.

Las indias: Las mujeres que se acuestan con cualquiera.

Las lucas: Dinero

La mundial: Algo en exceso.

La regrasa: Mucho dinero en efectivo

Las renenas: Mujeres  jóvenes y bonitas

La papa: La comida diaria.

Los acostados: Los difuntos.

Lo embaló: Lo metieron en problemas.

Los de corbata: Que gozan de preferencias.

Los duros: Los jefes.

Los verdes: Dólares

 

LLevar del tabliao: Llevar la peor parte en algo.

 

Mala muerte: Taberna de muy baja categoría

Mamar gallo: Tomar del pelo, hacer bromas.

Manes viviores: Hombres estafadores, donjuanes que se aprovechan de mujeres mayores, viudas, separadas.

Marcar calavera. Morir accidentalmente.

Meter al pote: Dejarse encerrar en la cárcel.

 

Nanai cucas: Nada de eso.

Ni me las cante: No me diga.

No me le arrugo: Decidido

No vamos a joer: No me moleste.

Olla-tienda: Abasto pequeño fachada para el expendio de bazuco.

 

Pa'las que sea: Estar decidido.

Pasen la vasca:Pasar el sombrero para recolectar dinero.

Pa'tegallina: Firmar con rúbrica.

Patas pa'lante: Quedar muerto.

Pura muza: Falsedad, habladurías.

 

Sacar la maleta: Irse de un momento a otro.

Sacar el culo: No cumplir ni hacer la misión u oficio encomendado.

Sin comerciales: Sin interrumpir la narración con otros comentarios.

Sin tapaeras: Decir siempre la verdad.

Sisas men: Si señor.

 

Ta' luego: Despedida

Tome p'a que lleve: Salir lastimado/a.

Tóme, Ténga: Inculpado

Tuqui-tuqui Lulú: Estar a punto de perder, de morir o de ser condenado.

 

Un tantico: Esperar

 

Vela pendejos: Aprovechado, Encaramador.

Ya voy toñito: Incredulidad

 

 

2- Glosario

De las expresiones más comunes escuchadas en la calle.

 

Agüevotardao: Sonso, imbécil.

Aguacero: Lluvia muy fuerte.

Anjitiatro: Morgue

Amagues: Amagar, hacer el simulacro de accionar.

Arman: armar el bareto.

Arrenpujó: Empujar

Asina: Así

Aspera: Agresivo/a, muy agresivo.

Asustapendejos: Montador, encaramador

Antógrafo: Autógáfo

Aptógrafo: Autógrafo

Aptor: Actor

Avispao: Muy capacitado, inteligente, rápido.

 

Bacán: Buena persona

Bacano: Muy bien, buen señor, estar de acuerdo.

Bareto: Droga, estupefaciente, marihuana.

Bazuco: Alucinógeno, estupefaciente,  droga.

Berriando: Llorar desconsolado/a.

Bocón: Hablador, chismoso.

Bronca: Disputa, riña, pelea

Butaquita: Asiento en madera muy pequeña.

 

Cachonas: Mujeres infieles.

Caaeza: Cabeza

Cagaa: Embarrada

Cantinas: Bar de baja categoría.

Caña: Decir mentiras, mentir.

Calavera: Estar muerto, se ha muerto.

Calaverada: Cometer un error muy grande.

Calaña: Despreciable

Caleta: Hombre que carga bultos a sus espaldas todos los dias.

Carnaa: Carnada

Cargaera: Entre ojos

Cosa'epan: Plátano, yuca, papa, arracachas.

Cascar: Matar

Cascale: Matar por venganza.

Casposo/ísimo: Intrigante, mal educado.

Centaito: Centavitos

Celacho: Celador, vigilante

Clao: Sacarse el clavo.

Comer: Hacerle el amor.

Comía: Comida

Conéctate: Estar totalmente de acuerdo

Concencia: Conciencia

Contentongo: Alegre

Corchando: Rajar en entrevista, perder exámen.

Coscorria: Persona indeseable.

Crápulas: Gente de muy mala reputación.

Creigo: Creo

Crispetas: Palomitas de maíz.

Culillo: Miedo

 

Changüa: Agua hervida con cebolla junca y sal.(remedo de caldo).

Changüita: Persona demasiado peligrosa.

Chagüala: Herida en la cabeza.

Chagualos: Zapatos

Chaitos: Adiós. Despedida cordial.

Chandoso: Perro callejero.

Chicara: Vasija para tomar guarapo.

Chinos/as: Hijos hijas, menores.

Chicorios: Niños pequeños.

Chisguetes: Chorros a presión

Chorriales: Chorrearles

Chorrito: Aguardiente, ron, trago.

Chumbimba: Acribillar, matar, asesinar

Chupando: Tomar cerveza.

 

Deito: Dedito

Descúlpe:Discúlpe

Descuajan:Enfermarse del estómago deshidratación, dolor de cabeza, vómito.

Desguarambilado: desabrochado, mal presentado, mal aspecto.

Despeje: Váyase

Desprestigiadero: Capitolio Nacional.

Digerito: Muy rápido.

Dijuntos:Difuntos

Doitor: Doctor

Doptor: Doctor

Doptorzazo: Eminente doctor

Dúuas: Dudas

 

Embalada: Muy comprometida/o.

Embolaita: Lustrar

Emplícan: Implicar

Emorar: Demorar

Encaraman: Acorralar, colocar contra la pared.

Encaramapingos: Insultar a personas débiles.  Asustarlas.

Endesculpe: Disculpe

Engatuzar: Estafar, enredar, confundir.

Engañapendejos:Aprovechado, abogado, estafador.

Enmundo: Inmundo

En'púras: Ascelerar

Entrigado: Intrigado

Estabanos: estábamos

Estantánea: Instantánea

Escúlpe: Discúlpe

Esclaa: Esclava.

Espichar: Estrangular,  volver masa.

 

Gallinaciar: Echar piropos, enamorar

Garlaera: Hablar, hablar.

Gipiar: Gemir

Gomitar:Vomitar

Gorronea: Gonorrea (ETS)

Guacalas: Que produce mucho asco.

Guachadas: Indecente, vulgaridades.

Guachada:Patanería, comportamiento torpe indescente.

Güachimán: Celador, vigilante

Guandoca: Cárcel

Guardao: Que da espera.

Guarapo: Cerveza, chicha o aguardiente de baja calidad.

Guayabo:Indisposición, dolor de cabeza malestar general después de haber bebido.

Guarilaque: Aguardiente.

Guasquiar : Vomitar.

Güeonaa: Guevonada

Güevón: Majadero, tonto, imbécil.

Güevoniar: Molestar, mofar

Güeltas: Vueltas

Güelvo: Vuelvo

Güesos: Huesos

Güiskey: Whisky

 

Iscúlquense: Esculcarse

Istinga: Distinga

 

Jacha: Facha, orgulloso, vanidoso.

Jaltón: Faltar, desleal

Jaltonie: Faltarle al amigo, desleal

Jaóncito: Jabón, jabón de tocador.

Jayaco: Revólver

Jeta: Cara, rostro.

Jetón: Hablador

Jlojo: Flojo, incapaz, débil.

Jloripondio: Amanerado, fantoche.

Jordicho: Mejor dicho

Jundillo: Símbolo de prepotencia, machista, fundillo

 

Largarse: Irse, marcharse.

Líchigo: Verduras

Lorito: Radio portátil de baterías.

Luquitas: Dinero

Lustrabotas: Embolador, bolero, lustrador.

 

Llorona: Llorar desconsoladamente.

 

Machiro: Dudar al extremo.

Manes: Hombres desconocidos.

Manquesea: Aunque sea.

Manque: Aunque

Marmaja: Suerte, mucho dinero.

Marimba: Marihuana

Mariquiando: Bromear

Mayormente: Mejordicho

Maíz pira: Maíz millo

Mamando: Esperando indefinidamente.

Mamey: Muy fácil

Men: Señor, hombre no muy reconocido.

Mera: Pura, sóla

Meritica: Unico

Mestrua: Regla, mestruación.

Mesaa: Mesada

Meter: Consumir alucinógenos.

Metederos: Antros

Metiendo: Drogarse

Micio: Arruinado. Sin un centavo.

Mijitico: Expresión despectiva, esposo.

Moelando: Modelar, estar en la cárcel.

Monocuquismo: Monógamo, una sola mujer.

Montado: Armado

Mojale: Mojarle, darle dinero, propinas.

Mosca: Avisar pronto. Estar muy atento.

Motorizao: Sicario

Moquiadera: Sollozar

Mulinillo: Molinillo, batidor.

Morrongos: Despaciosos

 

Naides: Nadie

Nanai: Nada, ninguno/a.

Nenas: Mujer jóven y bella.

Nio'eratas: Nido de ratas.

Nojotros: Nosotros

Nonis: No, nada, ningún

Normal: Asentir. Estar de acuerdo.

Nota: Hecho notorio.

 

Ñeros: Personas indigentes habitantes de la calle.

 

Ocaulario: Vocabulario

Ojiar: Mal de ojo.

Ojiados: Enfermarse de mal de ojo.

Olla:Lugar donde expenden drogas: (bazuco, marihuana).

Ootella: Botella

Ootellazo: Botellazo

'Ooliar: Bolívar. boliar, tirar, lanzar.

 

Pa' : Para

Pa'entro: Entrar a la fuerza.

Pailas:  Estar en problemas.

Pademás: Además

Pana: Amigo

Parásitos: Paramilitares

Parse: Amigo

Parsero: Compañero

Pecueca: Calificativo despectivo a alguien.

Pegante: Boxer que irrita la mucosa y causa mareos.

Pegao: Perder la conciencia por causa del excesivo consumo de drogas. No haber vendido nada durante la jornada. Estar de malas.

Piegra: Piedra, ira, rabia, enojo.

Picha: Podrida

Pichurria: Gente despreciable

Pinta: Persona que domina un oficio en la calle.

Pilas: Estar alerta.

Pilla: Darse cuenta

Pirobo: Mal nacido.

Pisos: Zapatos

Platicas: Hablar muy bien.

Preñaa: Quedar en embarazo.

Poer: Poder

Pochola: Cerveza

Político: Sig. persona animal u cosa, no apta  para  producir, no comestible ni digerible, inepta, y voluminosa. No  requiere de dotes ni de capacidades  especiales para detener y obstaculizar el desarrollo de los pueblos. // Dícese también de especies sobrevivientes desde la creación del mundo que se mantiene a despensas de otras, benéficas y superiores; de las cuales  se alimentan hasta agotarlas y hacerlas desaparecer de la faz de la tierra. En su defecto la  esp. Pol. se mantiene y robustece. // Especie difícil de exterminar dado que es resistente, oportunista,  maleable y cambia de color  y de posición, según las conveniencias de los tiempos.

Polvazo: Hacer el coito.

Puainas: Por ahí, casi, a punto.

Puliita: Pulir a alguien

 

Quecas: Empleadas del oficio doméstico.

Quinsaáe: Quién sabe.

Quiase: Que hace

Queá: Qué va, cómo va a suceder

 

Reáspero:Muy agresivo, sádico, infame, sanguinario

Rabona: Disgustarse

Rebién: Muy bien.

Reboleta: Falso amigo.

Recertero: Ducho, hábil capacitado.

Rechijla: Mofa, burlarse

Rechimba: Muy bonito, muy pulido, demasiado fino.

Rechimbita: Extremadamente lujoso, elegante.

Regente: Mucha gente

Reelegante: Muy fino, apetitoso

Reeteta: Repleta, repleto

Rejarto: Angustiado, atribulado.

Remamao: Muy cansado, agotado

Remarica: Homosexual.

Repelúa: Embrollo, en apuros

Rollo: Enredo en cuentos, chismorreo.

 

Seisuales: Sexuales

Secre: Secretaria

Severas: Muy hermosas.

Sipote: Trenmendo, grande

Sobernal: Encima del lomo

Solpresa: Sorpresa

Sollado:  Engreído, vanidad, orgulloso.

Soplar: Inhalar, aspirar drogas.

Soplete: Persona que sopla drogas.

Soquete: Entrometido, inoportuno.

Suéltelas: Díga, cuente, hable.

Sute: Niño

 

Tabliao: Muy grande.

Tajaas: Mordida, sanción.

Tales: Bazuco, sexo, propuesta indescente.

Tame: Estarse

Tenáz: Increíble

Teleiisión: Televisión

Tetracanutra: Cuatro veces Hijueputa

Tipin: Hombre de bajo perfil

Toobién: Saludo, estar muy bien.

Toitas: Todas

Tombos: Polías

Topar: Encontrarse

Totiar: Reventar, estrellar contra el suelo.

Totuma: Vasija para beber guarapo.

Trabarse: Drogarse

Tracala: Persona no confiable para los negocios.

Tramar: Enbaucar, enredar con palabrería.

Triplecatre: Insulto, vulgaridad

Trotes: Agitarse, correr.

 

Unijormaos: Uniformados, militares, policías.

 

Vaciaa: Miserable, pobre, sin dinero. Regaño.

Váguido: Desmayo

Vasca: Gorra, cachucha

Velo: verlo

Vicio: Marihuana, bazuco, cigarrillo.

Voliarle: echarle trapo, hacer el amor.

Yo'eré: Yo veré.

 

 

 

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