REJAS ME FALTABAN
POEMARIO
ESCRITO EN VILLA DE ROSARIO NORTE DE SANTANDER
DESDE EL 13 DE DICIEMBRE DE 2003
'Mi libertad está en mis versos"
ALVARO CRISTANCHO TOSCANO
*
**
***
ALMA
EDITORIAL
La nueva era del Arte y la Literatura
LOS LIBROS EN LA RED
1. REJAS ME FALTABAN
Rejas me
faltaban para ser poeta
para escribir completa mi historia;
hoy las tengo por casa y no me asombran
al poeta la libertad no le encierran las rejas.
Al que escribe: ¿Quién le privará de espacios?
nadie. Ella no sabe en que hora completó mi obra
versos sin dolor,
sin amargura escribí en la celda
amigos hice en cada recluso, en cada guardia.
Los candados no me asombran,
las rejas no me mataron
los amigos allí fui descubriendo uno a uno
me visitaron y sobrado de cariños fui castigado
besos, caricias, lágrimas derramadas darán cuenta.
Mi paso por la cárcel me hacía falta.
Purgar pena de amor fue mi condena
llevado como malhechor, como criminal
por amarla tanto.
Rejas me faltaban para dejarla de amar
dejarla de amar fue mi condena.
2. MIS SECRETOS
Estoy hecho de material extraño
estoy hecho de versos y canciones
estoy henchido de mieles y pasiones
golpeado como el roble
sin que a voluntad de nadie caiga.
Rejas me faltaban para completar mi obra
rejas para encerrar el olvido
de haberla amado un día,
rejas candados y cerrojos
mis secretos guardan.
3. INMORTALIDAD
Al poeta, al soñador,
al héroe, al santo o al sabio
¿acaso la libertad privarán? humanas leyes
qué podrán privarle
si están hechas de retazos.
La carne de aquellos es inmortal
la mente es infinita y sostiene el universo entero
por más que atraviesen a otros los dolores
al poeta, al soñador, al héroe, al santo o al
sabio
no atraviesa la espada, la cárcel ni el acero.
Están hechos de oro macizo sus cuerpos
de preciosas gemas sus versos,
de alma inoxidable y espíritu fiero
de pisadas imborrables sobre el tiempo
de ideas futuribles como el universo.
4. VUELO LIBRE
Vuelo tan libre como ave por los bosques
bendición sea a mi esta hora de encierro
entre paredes frías como hocico de perro.
Volcado estoy sobre mi destino
no ha sido adverso, no lo es.
Por cruel que a todos parezca.
Mi libertad sigue en mi pluma
empuño al verso como soga
invoco con inspiración mi sino.
Con ella sentencio en la palabra
escribir sin pausa sin pereza esta musa
guardada para mi desde este encierro.
Vuelo libre como el ave que le encierran por
su canto.
El canto es su condena quien le haya condenado
no sabe de su dolor guardado; no lo sabe su captora.
5. EL PESO DE LA CONCIENCIA
Como buey al matadero fui conducido.
Era de noche aquella noche de invierno
La luna encima de mi y las estrellas
caminaban pesadas de sueño
con nubarrones cubiertas.
Testigos fieles, miraron mi fatiga y mi dolor.
Ellas desde arriba yo desde la tierra
juntos en silencio caminamos;
grabamos el silencio de la penumbra
al verla a solas con alguien.
Desnudada quedó ante mis ojos.
Al verla en la sala... se quedó sin palabras
era de noche y sin querer su desnudez,
su temblor frente a mi, dejó al descubierto
cuanto me negara en nuestras noches.
El camino de fatigas de mieles derramadas
pisoteadas por completo me cubrieron,
todo mi honor quedó tirado por el suelo
la luna y las estrellas y mi alma
tiradas a los pies de mis desgracias.
Abandono, abatimiento sin razón
me llevaron a probar la cárcel;
cometí grave error esa noche:
Haberla desnudado por completo
en la penumbra de su alma.
Nadie perdona a nadie al ser descubierto.
Ella, al verse desnudada por completo
perdió el brillo hermoso de sus ojos verdes
dejó salir la fiera en su pecho guardada;
y se abalanzó sobre su destino con altivez y
angustia.
Buscó con desgarradores gritos: auxilio, auxilio
para cubrir su vergüenza, y desnudez
para burlar el peso de su atribulada conciencia
para tapar mis ojos ante aquel dantesco cuadro
de infelicidad tal vez insoportable como su pena.
Comprendo las razones que la llevaron
a tomar represalias en mi contra;
conducirme al calabozo, fue la salida
su única salida a su avidez de miedo
justificó mi caída y con ella levantó su dignidad,
al verse descubierta en desenfrenada pasión.
Gran pena, gran dolor intenso, gran error
horror por el error al verse desnudada
frente al padre de sus respetables hijos,
frente al que fuera el esposo cariñoso y fiel.
Me imputó cargos infundados a esa hora;
me llevó a prisión aduciéndome una causa.
me encerró según sus cuentas para siempre
me deseó la muerte en la celda y nada de eso;
aquí estoy con mi libertad bien amada.
Más si la justicia prevalece
estoy de nuevo en libertad
no halló causa en sus argumentos el fiscal
que con destartalada máquina de escribir
me tomó declaración completa.
Mayor insulto a su altivez y vergüenza
el no haberme comido la cárcel;
en esa sin fronteras de desamores la miro sin
que ella me vea.
Veo en ella cuando pasa frente a mi desprevenida
en su rostro el mapa de angustias que se lleva.
Vaya pena impagable la de ella
vivir sin amar de veras con quien dice amarla
mi pena a fin de cuentas me sirvió para olvidarla;
la mía...
la purgué en cinco días de noches y amaneceres.
La de ella la llevará hasta la tumba sin que
nadie sepa.
Más si en su rostro veo
el rastro de la pena
el dolor y la amargura
que a rastra lleva
como pesada cadena.
Yo pagué con olvidarla
ella no acabará de purgar su vergüenza
ni estando aquí o allá
ni dormida ni despierta
su conciencia va a donde vaya.
6. YA LO VES
Obligado debí beber de mi amargura
obligado a beber sin calmar mi sed;
como borrego,
como animal domado
como ave herida sin forma de volar;
como insecto lastimado,
como nube que se va.
Como quiera que haya sido sabrás que mi amor
se fue.
Como quiera alcé vuelo sobre mi desgracia pasajera;
como sea me he ido para siempre.
como quiera que te quieran ya lo sé ya lo ves.
7. DESPIERTO EN LA CELDA
Que maravillosa quietud de ojos serenos
sobre los insectos en mi celda veo
desde mi cama hecha de periódicos.
Veo a una indefensa cucaracha patas arriba;
está muerta,
inmóvil en su estado.
Lamentable como el mío. Lamentable estado.
Halada por mil patas y antenas diminutas
veo su pesado movimiento que a cuestas
llevan en sus diminutos cuerpos las hormigas.
No se detienen en su andar, caminan con talento
halan, halan con ímpetu constante
su alimento de tantos días a cuestas cargan.
¿Qué más veo desde este encierro?
Nada distinto a lo que mi mente ve.
Nada y todo. Todo... y nada en mi mente está.
8. ESCUCHO VOCES
Siempre iba de prisa por la vida;
siempre dejé pasar la brisa
la humedad, la quietud del tiempo dilatada en
las horas.
Ahora en esta hora de quietud impuesta
acaricio al tiempo y a las horas;
a la brisa y al viento con olores a humedad.
Aquí se detuvo el tiempo de mi fatiga,
apretado entre la respiración y mis miradas
entre seis paredes que destilan humedad.
Ese olor a tiempo viejo hasta aquí vengo a probar,
en sorbos diminutos como hieles de centauros;
indomable; he sido domado al fin, ¡por una dama!.
Presencia de tormento me visita y se queda conmigo
metido para purgar mi pena, no se cual condena;
no sé.
Adormilado está el tiempo de nada sirve mi reloj.
Afuera el bullicio de la vida escucho
cual murmullo opacando mi voz, mi ilusión.
Afuera las ramas de los majestuosos árboles
crujen con el viento y claman como una voz;
emiten sonidos de verano polvoriento
voces dulces, voces de niños como hijos míos.
Vocecillas apagadas por la edad, será la de mis
viejos
que desde su tumba vienen a traerme su consuelo.
Voces indescifrables a mi oído llegan de todas
partes.
Voces de los dioses del olimpo,
voces de demonios o de ángeles;
es el viento es la imaginación...
Es el pensamiento que suena en mis oídos
como suenan las aldabas en mi puerta obscura.
No hay voces, ese sonido...¡ es el latido de
mi corazón!.
9. ASÍ ES ELLA
Veo con
mi mente tupida de recuerdos
el patio de la que fuera mi casa
tupido de ramas secas nuestra casa;
de troncos añosos que se caen,
de hierba reseca: tapizada de pecados está la
estancia.
Veo desde aquí rastrojo, barbecho,
estorbos, espinas, abrojos metidos muy adentro
por entre la luz de sus puertas y ventanas
y del prado que sembrara con mis manos
completamente marchito y quemado por mi ausencia.
Tres palmeras que se imponen para vigilar mi
estancia;
tres palmeras que sirven de testigos
de lo que en ella pasa a diario.
Tres palmeras amigas por siempre amigas,
sembradas donde yo las he plantado con mis manos.
Casa de paredes frías como mi celda,
habitaciones untadas de miseria;
miradas tristes de mis tres hijos,
derroche y pasión en mi alcoba lleva la pareja
sin asombro por mi ausencia.
Silencios largos en mis hijos veo a diario;
mientras ella entrabada en palabrería y burla
en descarados besos escupiendo otro aliento,
otros humores y presagios de delirio yerto
ufanada de embriagarse con mi amargura.
Esa casa que ya no es mía y no es de nadie.
Esa casa esconde mi espíritu por todas partes.
Esa señora que fue mía y ya no es de nadie
tal como nuestra estancia, así es ella.
Esconde en su alma mi espíritu por todas partes.
10. LA VOZ DE UNA NARANJA
La voz de una naranja ácida en la mañanas
me llena con su destemplado jugo al despertarme.
Sus semillas de nácar metidas tan adentro
como vejigas diminutas se estallan en mi boca;
azucarado a fin de cuentas ese jugo me roba gestos,
sonrisas y bostezos; carcajadas y lamentos.
Su acidez,
es la rabia, la impotencia de no hacer nada,
de no decir cuanto se siente en este encierro.
Destemplado por completo queda el cuerpo
destemplado; todo hasta el alma... ¡ en silencio!.
Pero vaya fruta si te extraño si aprendí a quererte,
sabes que te espero; te tomo con aprecio cada
mañana
me la alcanza el invisible con temblorosas manos.
Te acaricio,
puedo degustarte sólo una tercia parte,
mientras mi mano igual...
Te lleva hasta otra mano que se extiende para
tomarte.
...y de mano en mano te desgastas calmándonos
la sed
trayendo en su corazón notas de esperanza.
Eres naranja en mis mañanas preciado alimento;
te espero mañana de nuevo, con razones de mi
casa.
Quiero apretarte muy fuerte entre mis dedos
fruta de esperanza, fruta de recuerdos;
fruta de convivencia en este encierro.
Eso es lo que me dejas si mañana parto de esta
gruta,
o si mis vecinos se marchan cabizbajos primero.
Aquí, nadie sabe del tiempo ni la hora de partir;
no se aprenden nuestros nombres,
ni nosotros los de nadie.
La incertidumbre reina y se apodera del recluso.
La fortuna o el infortunio se confunden;
el amor, la ira y la venganza se vuelven dulces
son como hermanas que se juntan.
Todo hasta la fe se diluye con el tiempo,
la confianza se destierra de los seres buenos;
la pesadez
en la mirada aparece para quedarse en ellos
todo se vuelve costumbre, todo es normal en apariencia
hasta se aprende la maldad por completo.
El saludo de llegada, el saludo de partida es
la rutina diaria.
...Si mañana te marcharas de aquí
no te olvides de enviar al panóptico
cestas repletas de naranjas.
Familiarízate con la voz de una naranja
familiarízate con la voz del recluso que llega
o parte.
11. QUIEN CREYERA
Techo de infinito tendido sobre mi,
piso de eternidad sosteniendo mi tragedia.
Paredes frías, barnizadas de semen y mierda reseca.
Como hilos, como hebras; como testamentos.
Quién creyera...
Han pasado por aquí, sabe Dios cuántos han pasado
con delitos atroces o con penas de amor como
la mía.
Quién creyera....
sin que nadie cuente o delate del pasado.
Todo se guarda en hermético sigilo.
Candados: cuéntenme rejas y cadenas... no callen
más,
pero a todas ellas mis preguntas se quedan sin
respuesta;
¡...olvidaba por un instante!:
mi pena es sólo mía,
mi tragedia a quién puede importarle.
Quién creyera...
Rejas podridas de rechinar sórdido
no me digan nada, es inútil preguntarles
afuera nadie siente, afuera nadie escucha,
caminan los gendarmes como zombis.
Momias con fusiles oxidados sobre el hombro;
son fósiles en pie y desandan mecánicamente
sus ojos de piedra en la mirada
con cristales incrustados en sus órbitas;
oídos de caucho llevan pegadas al cerebro de
estiércol
por eso rebota en ellos las palabras.
Quién creyera...
Rellenos sus cuerpos de la nada
con pesada materia extraña putrefacta,
materia de pus destilan cuando andan;
sus pasos amarrados al milenario mundo
sus bocas sucias con dientes aplastados
salpicados por puntitos oscuros de sarro y caries
escondidos entre la profundidad de sus gargantas.
Quién creyera...
Como las palabras mismas
por el fruncir de sus labios de difunto
la hediondez de sus cuerpos atorados de miserias.
Quién creyera...
De vez en cuando dejan escapar el vaho
con sonidos poco descifrables.
Vozarrones como ráfagas de azufre y creolina
en ronquidos pronuncian típicos fonemas:
hijueputazos y sandeces;
madrazos e improperios.
Prefiero que mantengan con cerrojo
esos labios de difuntos descompuestos e insepultos.
Quién creyera...
Silbidos de serpientes venenosas, envenenadas
sólo acechan al que llega para pegarles la mordida.
Aliados con las bestias encerradas en las celdas
acaparan la voluntad perdida de quien llega.
Con su tragedia amasan los policías de guardia
su fortuna;
a merced del infortunio, de quien cae tras las
rejas.
Quién creyera...
12. LA CLAVE DE MI DESTINO
He visto como pasa la gente por mi vida:
toman, beben y comen
y en la alacena de mi ser
aparecen nuevos granos
para destilar chorros del óleo
que alimenta su ira intempestiva.
Se mofan, se retuercen, se marchan
se llevan cuanto pueden;
más
en sus pies y manos llevan cadenas;
amarras con grillos y esposas sin mi llave.
Olvido llevan a cuestas;
se pierden en la distancia,
alguna ciudad del mundo los recibe;
y van por el mundo herrantes
haciendo a otros lo que a mí.
Por eso en
mi vida hay siempre,
un lugar para quien llega
y un olvido para quien se aleja.
Más no por esa razón dejaré de abrir mi corazón
para escribir una nueva historia.
¿Volveré de nuevo a quedarme con el corazón vacío?
o guardaré por el resto de mi vida
en secreto con llave la clave de mi destino.
13. BELLA TRISTEZA
Bella tristeza me acompaña.
Triste belleza guardo en mi alma;
rencores fueron tantos y tan pocos fueron,
que hasta del rencor me olvidé ya hace mucho
tiempo.
Todo lo dejé en olvido.
Rencor,
odio y amor por un ser.
Nostalgia me queda en mis tuétanos de hiel;
piel de escamas es mi piel;
veo la nostalgia otra vez rondar mi casa;
remordimiento: olvidé que había olvidado.
14. MORIR DE AUSENCIA
¿...De cuántas culpas quieren acusarme ahora?
De qué delito se me acusa: ¡...dime.!
En qué momento me cambiaron el proceso, ¡...sin
oírme.!
¿Qué palabras utilizaron en mi contra.?
¿Qué tantas profirieron para hundirme...?
¡ Soy culpable lo reconozco por amarte!.
¿He de pagar con mi libertad acaso ese amor perdido?.
o quieres a cambio mi vida...
Tómala, como dijera el poeta:
de todas maneras la tengo perdida.
Nadie podrá ayudarme.
¿ Salir de esta agonía infinita?;
moriré de amor en esta celda,
moriré sin que tú lo sepas
más pronto de lo que tú al cielo imploras...
moriré de ausencia sin mis hijos y sin ti.
¿Qué más puedo esperar?,
si son mi vida y mi muerte.
si son la razón de mis días.
15. DOCENA DE VERSOS
Una centena de versos escribí sin pausa en la
celda;
una docena de recuerdos me rondan todavía.
Una docena de marcas
Una docena de cicatrices signaron mi cabeza calva.
Una docena de versos
Una docena de suspiros sin pena ni gloria.
De qué me sirvió entregarme del todo;
de qué darte cuanto fui.
Me has tirado a tu antojo como quieres,
lejos, tan lejos de tus sentimientos.
Tal vez salga un día
tal vez esta jaula se abra
ansío con toda mi alma
volver a luchar por los míos;
si estas rejas no se abrieran
si estas rejas no me tragan
estaré en pie y de pie he de morirme.
16. A NADIE CULPO
Herido y en la celda pasé toda esa noche
nadie vino a verme
mientras sangraban mis heridas abiertas.
Tragedia compartida no existe todavía
huellas en el prado de mi casa
hay rastro de mi por todas partes.
¡...vaya si los humanos supiéramos
del valor escondido en las personas!
aislados, tirados remansos de historias
a quién contarlas.
Ondean las banderas de las glorias incógnitas
escudos escondidos en armarios se mohosean
mapas, signos, planos, procesos, páginas,
volúmenes enteros sin que nadie sepa.
Así fue mi paso por la cárcel de Villa de Rosario
mi bandera mi recompensa
llegará a su debida hora.
No habrá para entonces culpables
por desconocer todos mis derechos
los ultrajes proferidos contra mí,
irán conmigo hasta la tumba.
a nadie culpo de la escalada proferida
mi inocencia, mi grado de culpa, reconozco
por seguirla amando tanto.
Por amarla todavía.
¿Qué saben de amor los policías?,
¿Qué saben de amor los jueces?,
si da pena mi pena contarla a desconocidos...
Callaré; en silencio escribo
por ser quien soy
y seguir soñando por ella.
Si de liberarme fuera,
llevo conmigo por todas partes esta celda.
17. MIS PALMERAS Y ESA NOCHE
¡...Noche !.
Era de noche esa noche grave
el ciénego pegado a la grama
la grama metida entre mis pasos
mis pasos torpes empapados de alcohol;
fermento de intenciones
por volver con ella en mi cabeza.
Rabia de intenso dolor al verla
envuelta en la desnudez de sus pasiones;
babaza en la palabra untada de besos frescos.
Tristeza en el alma me costó al verla,
parada en el umbral
de la que fuera nuestra casa.
Probé esa noche
noche oscura
noche grave;
noche de tragedia.
Empapado me dejó por venir a verla
bañado en mi propia sangre;
la alfombra, las baldosas de la sala,
la verja salpicada al marcharme en la patrulla.
Herido por dentro
herido por fuera y el honor herido;
herido de muerte.
Completamente herido.
Mi piel destazada como una presa de animal salvaje
vestido de rojo carmesí el manto de la noche;
la patrulla ululaba, ululaba a esa hora,
hora grave de la noche.
Como gemía el viento en los limones de la cerca
viva,
gemía aquella noche, noche grave.
Levantados como un escuadrón de centinelas
los vecinos al lado y lado de la vía
me vieron sin mirarme.
Dos palmera gigantescas y otra enana
de frondosidades sin igual
las que yo sembrara en el patio
de la que fuera mi casa;
nuestra en otra época.
...Esas dan cuentan de mis tristezas
de mi sangre, de mi ausencia.
De la noche salpicada por la tenue luz,
de constelaciones revueltas.
De la luna manchada con mi sangre.
De mi sangre bañada con la luz
de mi única estrella.
sólo ellas, y las palmeras darán cuenta.
18. RADIOGRAFÍA DE LAS CELDAS
Sonrisas apretadas entre los cerrojos;
manos confundidas incontables.
Ojos como escamas de dolor humano
sobre narices de fantasmas que se mueven.
horror, miedo, espanto,
oh, habitantes de las celdas:
pavor, hedor, humedad de establo.
¡...oh, rostros de calaveras animadas!.
Barbas pegadas en desorden con punzones de olvido;
abandonadas caras largas de largas barbas,
estiradas informes como larvas.
Ensortijado aliento en los bostezos de vaho trasnochado,
ojos. Ojos tristes, ojos dormilones de enfermo
ojos lagañosos,
ojos de profundidades escondidas,
ojos de miedo y de rabia.
Piel color de muerto abandonado,
uñas en las manos y en los pies como garras.
Dedos entrecruzados repletos de asquerosidades
para conjurar la mirada de los guardias.
Celdas con olores nauseabundos
de pútridos eructos
hedor a comida fresca
celda abarrotada de angustias
repletas de indiferencia.
Injusticia pegada entre sus muros;
murmuraciones y consejas secretas.
Ventas solapadas, tráfico de intimidación,
disputas y puñaladas traperas.
enemigos de momento, enemigos de por vida.
Mientras afuera el aire buja en turbulencia
y se mete por tubos invisibles a las rejas
trayendo los sonidos de los pájaros
para revolverse con todo:
malos olores, pedos, eructos.
Ojos clavados en el sexo del mismo sexo,
violaciones, hurtos, extorsión y ruegos,
ayee en la noche, ayeé sin auxilio
...ayee y después: 'un muerto'.
Otros mal heridos... ningún culpable.
así se sobrevive o se muere en las celdas,
sin que rediman a inocentes o culpables,
sin que enderecen voluntad alguna.
19. GUSANOS AL FIN GUSANOS
Gusanos verdes mirando a la tarde
gusanos blancos raquíticos de ojos grandes
gusanos adornando el cuello de corbata
gusanos de oro culpable crisálida
gusanos entre las rejas a la espera interminable
de un juicio
gusanos al fin seremos todos
gusanos verdes de uniforme mente
gusanos blancos de cuello impecable
gusanos de corbata van y vienen
gusanos tras el oro para cobrarse la libertad
del gusano culpable
gusanos entre las rejas culpables e inocentes
gusanos alimento de gusanos
gusanos humanos siguiendo el círculo de la injusticia
gusanos comiendo del gusano caído en desgracia.
20. IMPUESTO AGONÍA IMPUESTA
Amotinados como aves en galpón de engorde
revolviendo el odio entre polvo humano
sorben todos del aliento de los otros
sopor, cacique señor de la celda.
impuesto al que llega impuesto a la fuerza
impuesto al que llega impuesto al que se ausenta
siempre se paga un impuesto en la celda
impuesto por el centímetro de espacio
impuesto por dejarle pasar alimento
impuesto a la fuerza si quiere conciliar el sueño
impuesto si al despertarse desea estirar las
piernas.
Impuesto para hacer del cuerpo
impuesto para bañarse
impuesto con imposición a cuanto se hace.
21.FLUJO Y REFLUJO
Salen unos pocos
llegan otros muchos
comen del que llega
comen de quien se va
siempre come el guardia
siempre come el holgazán
cadena interminable
fatiga en el reposo
dormir sin sueño
agonía sin pausa
sin estar enfermo
el recluso siempre sufre.
afuera nadie sabe del tiempo
el tiempo es otro aquí
el tiempo en la taberna pasa de prisa
el tiempo en la celda se detiene.
el día y la noche son iguales en apariencia
las noches y las noches
son noches sin estrellas.
el aire el sarro y el humo se confunden.
el orín, el sudor de los cuerpos
la mierda y la sangre huelen a lo mismo.
días y noches fatiga en el reposo
agonía sin pausa es la del recluso.
22. CALABOZO CUANTO QUIERES.
Dejarse conocer al desnudarse en público
en la ducha, en el baño en el patio.
descubrirse al otro por completo
quedar al descubierto ante esas miradas
conocer la historia de esos cuerpos
saber la otra historia que se guardan
se vuelve necesario descifrarlo todo
hacerse el aliviado si está enfermo
hacerse el enfermo si está fuerte
sonreír disipar, aprender a fumar cigarro
y entre tinto y cigarro sonreír llorando
cuantos días cuantas noches cuantos rezos
cuantos madrazos cuantos hujueputazos
llanto, oh, calabozo enigmático.
si me detienes, si me contienes
dime cuanto quieres para dejarte.
23. LA VISITA
Lo más duro al recluso la visita
el abrazo del amigo o de quien llegue
el beso, la lágrima cristalina que no falla
en ese instante de la vida el corazón se oprime
destila el alma, se humedece sin quererlo
enjuga esa agua bendita a una pena
se repite al despedirse
se vuelve a empapar el sentimiento
en cada beso de llegada o despedida
se repite, cuantas veces lo mismo se repita
en cada hombre o mujer que se visita.
24. DEL
PATIO A LA JUSTICIA
Al llegar al patio confusión primaveral
notas escondidas musicales en los labios
rostros fruncidos con penas a cuestas
hombres mujeres sin prosapia.
Los abogados por dinero gritan afuera
inocente eres cuánto tienes y te salvas
saldrás mañana mismo, y pasan los años
y los bolsillos rebosan de tarjetas personales.
Nuevamente, la voz del abogado:
mañana sales. Tú no me lo habías contado todo
no me había contado la verdad completa
ahora si tengo como sacarte de aquí.
Dame lo que te queda, dame cuanto puedas
dame tus bienes, a tus hijas y a tu esposa
dame garantías que mañana sales
mañana nos vemos en la sala de tu casa.
Historias semejantes se confunden
historias de horror y risa a diario
cada cual de nuevo en la tarde a su celda
y los abogados a sus farras y parrandas.
El presidiario a su celda, la prisión es su casa
el abogado a sus acostumbradas mentiras
sin que haya revisado siquiera el caso
cuánto tienes cuánto vales como la canción.
No sabes cuanto vales ni el precio de la libertad
en la cárcel siempre es alto. Ojala y si caes
que no espero para ti ese infortunio.
tengas como comprarte un abogado honesto
date prisa en encontrarlo, pocos quedan.
si es que quedan todavía los llamados buenos.
25. MIENTRAS YO SIGO.
En viendo llorar a algunos sus desgracias
me dediqué a escribir, escribir sin pausa
aquí se conoce la otra cara de la gente
aquí el que es líder sigue su liderazgo
el que es flojo se acobarda y se aflige aún más;
más yo sigo frente a otra hoja en blanco
llenándola de líneas vividas por los humanos
que con sus errores han tejido sus desgracias.
mientras yo sigo frente a una nueva hoja en blanco,
y otros siguen conmoviendo al mundo con su llanto.
26. LA CELDA ES UNA FERIA
Historias tan curiosas quien creyera
casi todos cuentan inocencias
gritan al ver llegar nuevos condenados
hay algarabía y fiesta en el tumulto
hay soledad en los seres asustados
como perros espantados con agua fría
se ven enjutos temblar de miedo y rabia
así el que llega trae soledad compartida.
allá en la celda hay feria de tristezas
los antiguos cobran al que llega
con ese dinero pagan su miseria
los guardias se hacen los pendejos.
...Le vendo el parche en diez mil pesos
quítese esos zapatos que ya los tengo vendidos
bájese del reloj que se lo tengo prometido a
mi cucha
déme esos pantalones porque me quedan buenos.
De esta feria todos participan del botín
es la feria de la descomposición humana
es la feria donde la desgracia tiene precio.
¿Qué sabe de esto el gobierno?
Qué puede importarle a los señores del parlamento
que puede interesarle a los curas y a los pastores
si del recluso comen todos ellos, doctores y
reverendos
más su hambre sigue insatisfecha en la feria
de tormentos.
27. AMANECERES
Amanece del primer día
no se acostumbra el hombre
molido, ultrajado, de vejámenes repleto
por ecos ensordecedores en la celda
humo de cigarros, cerillos encendidos
humedad con olor a orín trasnochado
olor a mierda seca y siempre es ella
cagada la cadena y los candados
inmundicia, olor a esa palabra
cubriendo los rincones en la celda
cucarachas humanas,
ratas de dos extremidades
purgando condenas impagables
se es amingo o enemigo de ellos
en la primera mirada que uno cruza
amigo o enemigo desde el comienzo
fastidioso a leguas en el primer bostezo
el sonido de los pasos tiene nombre propio
el ruido en el andar el sobrenombre.
Una caricia voluntaria e involuntaria
un roce insinuante, una pernada,
exhibicionismo con sus penes erectos
exhibición en los culos de las hembras.
piropos y miradas, besos al aire
celos y riñas pasionales sin importar el sexo
la condición o la prosapia.
28. HASTA CUANDO
Entre silencios sórdidos y eternos
siento voces insinuantes untadas de estiércol
fricción de alientos trasnochados
impregnados de gotitas de aire mal olientes
palabras vacías, frases sin credibilidad ninguna
cuerpos sin espíritu por dentro.
Maldición. Reiterada palabra que pronuncian
Oh, Dios hasta cuando, hasta cuando ....
Pero sigue la quietud como sombra espesa
para cubrirlo todo.
Renegar del destino y de la vida escucho
lamentarse en voz alta aturdidora
repasar el diccionario de las glorias
traer a la memoria la figura de la madre
Oh, Dios hasta cuando, hasta cuando, hasta cuando.
29. DEL TIEMPO Y LAS HORAS
Aquí se ha metido conmigo el tiempo
han condenado a las horas a que paren
metidos están dentro de mi encierro
el tiempo, el medidor eterno y las horas.
Han encerrado en mi celda
a la musa conmigo y no me deja;
me acompaña, me anima a escribirles
a quienes se quedan encerrados.
Mañana parto;
mi pena en cinco días concluye.
Amalaya vislumbrar
mi suerte afuera del patio.
Pagué en corto tiempo larga pena
aprendí a saborear el hierro
como el caballo mastica el freno de acero
el freno del caballo es lo que al recluso.
Ya mañana parto y me llevo en
hojas de cuaderno escritos mil poemas.
Mil rostros nada ajenos a sus tragedias
nada inútil fue mi paso por la cárcel.
Rostros de inocentes quedan allá metidos
por falta de dinero de influencias o de amigos
en mi caso haber sido ex-candidato a la presidencia
me rodeó de privilegios y ese es el camino.
La cárcel es para el pendejo
para quien no tiene dinero ni amigos.
La cárcel se traga en un descuido por igual
al inocente o al culpable.
De mi paso por la cárcel dejo memorias, no lamentos;
pero, ese no es el caso del común de las personas;
no escriben, no cuentan lo que sufren entre rejas.
Cárcel me faltaba para completar mi obra,
ya con este poema la completo.
30. HOY SALÍ DE LA CÁRCEL
No guardo rencor en mi alma;
no tengo intenciones retorcidas,
no aprendí a odiar, ni he cambiado.
Soy como antes, con más experiencia por la vida.
Aprendí algo nuevo para mi libro.
Siempre estuve sereno; siempre tranquilo.
Amigos hice en cada patio donde estuve,
amigos dejo en todos ellos.
Alcancé a leerles en las noches
los versos que escribía de día
o en las tardes después de almuerzo.
Mis poemas no estuvieron presos,
mis versos dieron libertad a los reclusos.
31. LA LEY TIENE TÉRMINOS
Habeas corpus y un fiscal
me han concedido la salida
setenta y dos horas las cumplí
desde hace muchas
horas
por más que mi ex, quisiera
no me podrá imputar delitos.
Está a sus anchas con su amado
mientras yo en el encierro
hasta hace unos minutos;
todo tiene un término en este mundo
y el mío está cumplido.
El fiscal Geovanny no aceptó acusaciones
por más que la doña pagó abogados para hundirme
los delitos imputados en mi contra, no existen.
"Daño
en bien ajeno" en mi caso no es posible.
Al caer de espaldas perdida la memoria
y en estado de inconciencia;
debí pagar condena enjaulado
como una mirla que la toman por sorpresa.
Aunque cambiaran la versión
al darme por muerto en esa noche
pues dieron me por muerto
estoy seguro quienes me recogieron
moriría en ese estado de abandono,
abandonado a mi propia suerte
por anemia aguda moriría encerrado.
El muerto
nada habla,
el muerto nada dice.
desde la tumba
poco o nada puede aportarle a los vivos.
Por fortuna al amanecer del otro día
inmóvil en medio de un charco de sangre
pude recobrarme a pesar de mis heridas.
Aprovecharon se de mi estado lamentable
para sembrar de dudas un proceso inútil,
a la luz de la noche cotejaron cuanto hicieron;
aprovecharon se si, de mí, por los confusos hechos.
Me llevaron preso e incomunicado.
No me dejaron ver a mis tres hijos;
nunca tuve visita de ellos en mi celda.
Sobraron me los amigos y conocidos;
hice en ese camino a quienes no olvido.
32. DE LOS DELITOS EN MI CASO
¿Acaso es culpable el transeúnte señor juez
por caminar ebrio por la calle?
¿o es culpable el soterrado enemigo
disfrazado de hermano?.
Aprovecha del paso del intruso por su lecho
para empujarlo al abismo.
¿Acaso es culpable señor juez
el agredido en este caso?
¿podrá imputársele montón de cargos?
Si al rodar su cuerpo por el abismo
arrolla sembrados y labranzas,
techos, ventanales y utensilios;
rompe cuanto se atraviesa a su humanidad veloz
y en el ciclón humano pierde la conciencia.
Es lícito señor juez:
¿Encima recaerle sobre su trágica agonía
con todo el peso de la ley, cúal ley es esa?
condenarlo a prisión en estado de inconciencia.
33. LAS VIEJAS SON MAÑOSAS
Señor fiscal plausible su proeza;
benditas sean la yema de sus dedos,
encallecidos de teclear sin pausa
durante días completos de labores.
Recibir y escribir con torpeza
mil declaraciones de inculpados
sobre tan antigua herramienta.
Borrados tiene los signos,
borradas las letras en cada tecla;
no vi números en ella.
La justicia cojea... y la vieja máquina se atora
¿Acaso quería el esperpento obedecerle?
rechazarse a seguir escribiendo más procesos
pude notarlo en cada tecla oxidada
vaya labor dura la de los jueces.
...Se resistía por la voz apagada
del sonido emitido en cada golpe
la noté
cansada y exhausta.
Descanso para la pobre máquina,
jubilación o menos trote,
eso trataba de decirle al funcionario.
pero me interfería el trique traque
de la voz ruidosa de la vieja máquina.
Vi aquella tarde colmada la paciencia.
Del señor fiscal guardo esa imagen
hacerla escribir sin parar era su meta;
pues se hacía tarde y mi libertad
no debía dejarla tras las rejas otro día.
No entiendo como los gobiernos
hacen trabajar a un joven fiscal
encima de una vieja, tan vieja máquina
En plena era de los sistemas y la informática.
No sé si es la más vieja
entre las antigüedades del planeta
pero cansada se negaba obedecer
más el fiscal por su juventud
lo vi galopar sobre sus teclas
y a fin de todo risa y risa.
Me pidió concluyera mi relato
...Por favor me dijo:
si me está dictando un libro
dejémoslo para después,
concluyamos aquí la diligencia
firme aquí y queda libre.
Le estreché mi mano y le prometí
escribir de esta diligencia al mundo
ojala al Fiscal de Villa de Rosario
le regale el pueblo un portátil o una Nueva,
buena.
Para que reemplace esa vieja... máquina,
que se lleva a todas partes en su moto;
interesante de todos modos
inseparable compañera,
comprenso porque...
para cumplir sus diligencias,
que para colmo de males
se le encaraman los tipos de lo vieja.
justo ya señor gobierno dotemos a la justicia
de nuevas y mejores herramientas.
34. EL AMOR PREVALECE
Prevalece el amor al odio
no claudica,
persevera.
es eterno y olvida;
perdona, no guarda rencor.
...Y mi amor por ella y por mis hijos,
no lo destierra el orgullo
ni su indiferencia pasajera;
no hecha raíces el odio en mi terruño
Es infértil a todas estas.
Mi tierra para cultivo malsano no es propicia;
no es apta para cultivar abrojos.
Estoy hecho de buena capa vegetal;
sólo brotan de mi corazón viñedos y trigales
corre por mis venas el agua cristalina
y en mi ser elevadas cordilleras de amor inagotable.
Saltos de bendiciones para mojonar de perdón
al mundo
caminos de gloria para transitarlos de la mano
en familia
remansos de perdón para olvidar estos cinco días
absurdos
espacios anchos para surcar los cielos como golondrinas.
35. RELOJES DE ETERNIDAD
Otras navidades de calor y lucecillas,
otras noches buenas veo llegar;
otros tiempos a mi favor me esperan,
tiempos de pan para mis hijos y ella.
Días de reconciliación eterna .
Pan para partirlo de nuevo en nuestra mesa
vino para embriagarnos de la dicha completa;
agua para lavar los pecados que nos permitimos.
Días primaverales vendrán,
los veo claramente llegar
amarrados a relojes de eternidad
con incrustaciones de paz en su tablero.
Manecillas de esperanza y felicidad perpetua.
Minuteros de caminos tan amplios como el día;
marchando al ritmo del corazón de la familia,
días con sus noches de felicidad completa.
Palmeras y noches con estrellas
por siempre amigas, inseparables nuestras
para siempre de nuestra reconciliación
del amor que no termina.
FIN