REJAS ME FALTABAN
POEMARIO
ESCRITO EN VILLA DE
ROSARIO NORTE DE SANTANDER
DESDE EL 13 DE DICIEMBRE
DE 2003
'Mi libertad está en mis versos"
ALVARO CRISTANCHO TOSCANO
*
**
***
ALMA
EDITORIAL
La nueva era del Arte y la
Literatura
LOS LIBROS EN LA RED
1. REJAS ME FALTABAN
Rejas me faltaban para ser poeta
para escribir completa
mi historia;
hoy las tengo por
casa y no me asombran
al poeta la libertad
no le encierran las rejas.
Al que escribe:
¿Quién le privará de espacios?
nadie. Ella no sabe
en que hora completó mi obra
versos sin dolor, sin amargura escribí en la celda
amigos hice en cada
recluso, en cada guardia.
Los candados no
me asombran,
las rejas no me
mataron
los amigos allí
fui descubriendo uno a uno
me visitaron y sobrado
de cariños fui castigado
besos, caricias,
lágrimas derramadas darán cuenta.
Mi paso por la cárcel
me hacía falta.
Purgar pena de amor
fue mi condena
llevado como malhechor,
como criminal
por amarla tanto.
Rejas me faltaban
para dejarla de amar
dejarla de amar
fue mi condena.
2. MIS SECRETOS
Estoy hecho de material
extraño
estoy hecho de versos
y canciones
estoy henchido de
mieles y pasiones
golpeado como el
roble
sin que a voluntad
de nadie caiga.
Rejas me faltaban
para completar mi obra
rejas para encerrar
el olvido
de haberla amado
un día,
rejas candados y
cerrojos
mis secretos guardan.
3. INMORTALIDAD
Al poeta, al soñador,
al héroe, al santo
o al sabio
¿acaso la libertad
privarán? humanas leyes
qué podrán privarle
si están hechas
de retazos.
La carne de aquellos
es inmortal
la mente es infinita
y sostiene el universo entero
por más que atraviesen
a otros los dolores
al poeta, al soñador,
al héroe, al santo o al sabio
no atraviesa la
espada, la cárcel ni el acero.
Están hechos de
oro macizo sus cuerpos
de preciosas gemas
sus versos,
de alma inoxidable
y espíritu fiero
de pisadas imborrables
sobre el tiempo
de ideas futuribles
como el universo.
4. VUELO LIBRE
Vuelo tan libre
como ave por los bosques
bendición sea a
mi esta hora de encierro
entre paredes frías
como hocico de perro.
Volcado estoy sobre
mi destino
no ha sido adverso,
no lo es.
Por cruel que a
todos parezca.
Mi libertad sigue
en mi pluma
empuño al verso
como soga
invoco con inspiración
mi sino.
Con ella sentencio
en la palabra
escribir sin pausa
sin pereza esta musa
guardada para mi
desde este encierro.
Vuelo libre como
el ave que le encierran por su canto.
El canto es su condena
quien le haya condenado
no sabe de su dolor
guardado; no lo sabe su captora.
5. EL PESO DE LA
CONCIENCIA
Como buey al matadero
fui conducido.
Era de noche aquella
noche de invierno
La luna encima de
mi y las estrellas
caminaban pesadas
de sueño
con nubarrones cubiertas.
Testigos fieles,
miraron mi fatiga y mi dolor.
Ellas desde arriba
yo desde la tierra
juntos en silencio
caminamos;
grabamos el silencio
de la penumbra
al verla a solas
con alguien.
Desnudada quedó
ante mis ojos.
Al verla en la sala...
se quedó sin palabras
era de noche y sin
querer su desnudez,
su temblor frente
a mi, dejó al descubierto
cuanto me negara
en nuestras noches.
El camino de fatigas
de mieles derramadas
pisoteadas por completo
me cubrieron,
todo mi honor quedó
tirado por el suelo
la luna y las estrellas
y mi alma
tiradas a los pies
de mis desgracias.
Abandono, abatimiento sin razón
me llevaron a probar
la cárcel;
cometí grave error
esa noche:
Haberla desnudado
por completo
en la penumbra de
su alma.
Nadie perdona a
nadie al ser descubierto.
Ella, al verse desnudada
por completo
perdió el brillo
hermoso de sus ojos verdes
dejó salir la fiera
en su pecho guardada;
y se abalanzó sobre
su destino con altivez y angustia.
Buscó con desgarradores
gritos: auxilio, auxilio
para cubrir su vergüenza,
y desnudez
para burlar el peso
de su atribulada conciencia
para tapar mis ojos
ante aquel dantesco cuadro
de infelicidad tal
vez insoportable como su pena.
Comprendo las razones
que la llevaron
a tomar represalias
en mi contra;
conducirme al calabozo,
fue la salida
su única salida
a su avidez de miedo
justificó mi caída
y con ella levantó su dignidad,
al verse descubierta
en desenfrenada pasión.
Gran pena, gran
dolor intenso, gran error
horror por el error
al verse desnudada
frente al padre
de sus respetables hijos,
frente al que fuera
el esposo cariñoso y fiel.
Me imputó cargos
infundados a esa hora;
me llevó a prisión
aduciéndome una causa.
me encerró según
sus cuentas para siempre
me deseó la muerte
en la celda y nada de eso;
aquí estoy con mi
libertad bien amada.
Más si la justicia
prevalece
estoy de nuevo en
libertad
no halló causa en
sus argumentos el fiscal
que con destartalada
máquina de escribir
me tomó declaración
completa.
Mayor insulto a
su altivez y vergüenza
el no haberme comido
la cárcel;
en esa sin fronteras
de desamores la miro sin que ella me vea.
Veo en ella cuando
pasa frente a mi desprevenida
en su rostro el
mapa de angustias que se lleva.
Vaya pena impagable
la de ella
vivir sin amar de
veras con quien dice amarla
mi pena a fin de
cuentas me sirvió para olvidarla;
la mía... la purgué en cinco días de noches y amaneceres.
La de ella la llevará
hasta la tumba sin que nadie sepa.
Más si en su rostro
veo
el rastro de la
pena
el dolor y la amargura
que a rastra lleva
como pesada cadena.
Yo pagué con olvidarla
ella no acabará
de purgar su vergüenza
ni estando aquí
o allá
ni dormida ni despierta
su conciencia va
a donde vaya.
6. YA LO VES
Obligado debí beber
de mi amargura
obligado a beber
sin calmar mi sed;
como borrego, como animal domado
como ave herida
sin forma de volar;
como insecto lastimado,
como nube que se
va.
Como quiera que
haya sido sabrás que mi amor se fue.
Como quiera alcé
vuelo sobre mi desgracia pasajera;
como sea me he ido
para siempre.
como quiera que
te quieran ya lo sé ya lo ves.
7. DESPIERTO EN
LA CELDA
Que maravillosa
quietud de ojos serenos
sobre los insectos
en mi celda veo
desde mi cama hecha
de periódicos.
Veo a una indefensa
cucaracha patas arriba;
está muerta, inmóvil en su estado.
Lamentable como
el mío. Lamentable estado.
Halada por mil patas
y antenas diminutas
veo su pesado movimiento
que a cuestas
llevan en sus diminutos
cuerpos las hormigas.
No se detienen en
su andar, caminan con talento
halan, halan con
ímpetu constante
su alimento de tantos
días a cuestas cargan.
¿Qué más veo desde
este encierro?
Nada distinto a
lo que mi mente ve.
Nada y todo. Todo...
y nada en mi mente está.
8. ESCUCHO VOCES
Siempre iba de prisa
por la vida;
siempre dejé pasar
la brisa
la humedad, la quietud
del tiempo dilatada en las horas.
Ahora en esta hora
de quietud impuesta
acaricio al tiempo
y a las horas;
a la brisa y al
viento con olores a humedad.
Aquí se detuvo el
tiempo de mi fatiga,
apretado entre la
respiración y mis miradas
entre seis paredes
que destilan humedad.
Ese olor a tiempo
viejo hasta aquí vengo a probar,
en sorbos diminutos
como hieles de centauros;
indomable; he sido
domado al fin, ¡por una dama!.
Presencia de tormento
me visita y se queda conmigo
metido para purgar
mi pena, no se cual condena; no sé.
Adormilado está
el tiempo de nada sirve mi reloj.
Afuera el bullicio
de la vida escucho
cual murmullo opacando
mi voz, mi ilusión.
Afuera las ramas
de los majestuosos árboles
crujen con el viento
y claman como una voz;
emiten sonidos de
verano polvoriento
voces dulces, voces
de niños como hijos míos.
Vocecillas apagadas
por la edad, será la de mis viejos
que desde su tumba
vienen a traerme su consuelo.
Voces indescifrables
a mi oído llegan de todas partes.
Voces de los dioses
del olimpo,
voces de demonios
o de ángeles;
es el viento es
la imaginación...
Es el pensamiento
que suena en mis oídos
como suenan las
aldabas en mi puerta obscura.
No hay voces, ese
sonido...¡ es el latido de mi corazón!.
9. ASÍ ES ELLA
Veo con mi mente tupida de recuerdos
el patio de la que
fuera mi casa
tupido de ramas
secas nuestra casa;
de troncos añosos
que se caen,
de hierba reseca:
tapizada de pecados está la estancia.
Veo desde aquí rastrojo,
barbecho,
estorbos, espinas,
abrojos metidos muy adentro
por entre la luz
de sus puertas y ventanas
y del prado que
sembrara con mis manos
completamente marchito
y quemado por mi ausencia.
Tres palmeras que
se imponen para vigilar mi estancia;
tres palmeras que
sirven de testigos
de lo que en ella
pasa a diario.
Tres palmeras amigas
por siempre amigas,
sembradas donde
yo las he plantado con mis manos.
Casa de paredes
frías como mi celda,
habitaciones untadas
de miseria;
miradas tristes
de mis tres hijos,
derroche y pasión
en mi alcoba lleva la pareja
sin asombro por
mi ausencia.
Silencios largos
en mis hijos veo a diario;
mientras ella entrabada
en palabrería y burla
en descarados besos
escupiendo otro aliento,
otros humores y
presagios de delirio yerto
ufanada de embriagarse
con mi amargura.
Esa casa que ya
no es mía y no es de nadie.
Esa casa esconde
mi espíritu por todas partes.
Esa señora que fue
mía y ya no es de nadie
tal como nuestra
estancia, así es ella.
Esconde en su alma
mi espíritu por todas partes.
10. LA VOZ DE UNA
NARANJA
La voz de una naranja
ácida en la mañanas
me llena con su
destemplado jugo al despertarme.
Sus semillas de
nácar metidas tan adentro
como vejigas diminutas
se estallan en mi boca;
azucarado a fin
de cuentas ese jugo me roba gestos,
sonrisas y bostezos;
carcajadas y lamentos.
Su acidez, es la rabia, la impotencia de no hacer nada,
de no decir cuanto
se siente en este encierro.
Destemplado por
completo queda el cuerpo
destemplado; todo
hasta el alma... ¡ en silencio!.
Pero vaya fruta
si te extraño si aprendí a quererte,
sabes que te espero;
te tomo con aprecio cada mañana
me la alcanza el
invisible con temblorosas manos.
Te acaricio, puedo degustarte sólo una tercia parte,
mientras mi mano
igual...
Te lleva hasta otra
mano que se extiende para tomarte.
...y de mano en
mano te desgastas calmándonos la sed
trayendo en su corazón
notas de esperanza.
Eres naranja en
mis mañanas preciado alimento;
te espero mañana
de nuevo, con razones de mi casa.
Quiero apretarte
muy fuerte entre mis dedos
fruta de esperanza, fruta de recuerdos;
fruta de convivencia
en este encierro.
Eso es lo que me
dejas si mañana parto de esta gruta,
o si mis vecinos
se marchan cabizbajos primero.
Aquí, nadie sabe
del tiempo ni la hora de partir;
no se aprenden nuestros
nombres,
ni nosotros los
de nadie.
La incertidumbre
reina y se apodera del recluso.
La fortuna o el
infortunio se confunden;
el amor, la ira
y la venganza se vuelven dulces
son como hermanas
que se juntan.
Todo hasta la fe
se diluye con el tiempo,
la confianza se
destierra de los seres buenos;
la pesadez en la mirada aparece para quedarse en ellos
todo se vuelve costumbre,
todo es normal en apariencia
hasta se aprende
la maldad por completo.
El saludo de llegada,
el saludo de partida es la rutina diaria.
...Si mañana te
marcharas de aquí
no te olvides de
enviar al panóptico
cestas repletas
de naranjas.
Familiarízate con
la voz de una naranja
familiarízate con
la voz del recluso que llega o parte.
11. QUIEN CREYERA
Techo de infinito
tendido sobre mi,
piso de eternidad
sosteniendo mi tragedia.
Paredes frías, barnizadas
de semen y mierda reseca.
Como hilos, como
hebras; como testamentos.
Quién creyera...
Han pasado por aquí,
sabe Dios cuántos han pasado
con delitos atroces
o con penas de amor como la mía.
Quién creyera....
sin que nadie cuente
o delate del pasado.
Todo se guarda en
hermético sigilo.
Candados: cuéntenme
rejas y cadenas... no callen más,
pero a todas ellas
mis preguntas se quedan sin respuesta;
¡...olvidaba por
un instante!:
mi pena es sólo
mía,
mi tragedia a quién
puede importarle.
Quién creyera...
Rejas podridas de
rechinar sórdido
no me digan nada,
es inútil preguntarles
afuera nadie siente,
afuera nadie escucha,
caminan los gendarmes
como zombis.
Momias con fusiles
oxidados sobre el hombro;
son fósiles en pie
y desandan mecánicamente
sus ojos de piedra
en la mirada
con cristales incrustados
en sus órbitas;
oídos de caucho
llevan pegadas al cerebro de estiércol
por eso rebota en
ellos las palabras.
Quién creyera...
Rellenos sus cuerpos
de la nada
con pesada materia
extraña putrefacta,
materia de pus destilan
cuando andan;
sus pasos amarrados
al milenario mundo
sus bocas sucias
con dientes aplastados
salpicados por puntitos
oscuros de sarro y caries
escondidos entre
la profundidad de sus gargantas.
Quién creyera...
Como las palabras
mismas
por el fruncir de
sus labios de difunto
la hediondez de
sus cuerpos atorados de miserias.
Quién creyera...
De vez en cuando
dejan escapar el vaho
con sonidos poco
descifrables.
Vozarrones como
ráfagas de azufre y creolina
en ronquidos pronuncian
típicos fonemas:
hijueputazos y sandeces;
madrazos e improperios.
Prefiero que mantengan
con cerrojo
esos labios de difuntos
descompuestos e insepultos.
Quién creyera...
Silbidos de serpientes
venenosas, envenenadas
sólo acechan al
que llega para pegarles la mordida.
Aliados con las
bestias encerradas en las celdas
acaparan la voluntad
perdida de quien llega.
Con su tragedia
amasan los policías de guardia su fortuna;
a merced del infortunio,
de quien cae tras las rejas.
Quién creyera...
12. LA CLAVE DE
MI DESTINO
He visto como pasa
la gente por mi vida:
toman, beben y comen
y en la alacena
de mi ser
aparecen nuevos
granos
para destilar chorros
del óleo
que alimenta su
ira intempestiva.
Se mofan, se retuercen,
se marchan
se llevan cuanto
pueden;
más en sus pies y manos llevan cadenas;
amarras con grillos
y esposas sin mi llave.
Olvido llevan a
cuestas;
se pierden en la
distancia,
alguna ciudad del
mundo los recibe;
y van por el mundo
errantes
haciendo a otros
lo que a mí.
Por eso en mi vida hay siempre,
un lugar para quien
llega
y un olvido para
quien se aleja.
Más no por esa razón
dejaré de abrir mi corazón
para escribir una
nueva historia.
¿Volveré de nuevo
a quedarme con el corazón vacío?
o guardaré por el
resto de mi vida
en secreto con llave
la clave de mi destino.
13. BELLA TRISTEZA
Bella tristeza me
acompaña.
Triste belleza guardo
en mi alma;
rencores fueron
tantos y tan pocos fueron,
que hasta del rencor
me olvidé ya hace mucho tiempo.
Todo lo dejé en
olvido.
Rencor, odio y amor por un ser.
Nostalgia me queda
en mis tuétanos de hiel;
piel de escamas
es mi piel;
veo la nostalgia
otra vez rondar mi casa;
remordimiento: olvidé
que había olvidado.
14. MORIR DE AUSENCIA
¿...De cuántas culpas
quieren acusarme ahora?
De qué delito se
me acusa: ¡...dime.!
En qué momento me
cambiaron el proceso, ¡...sin oírme.!
¿Qué palabras utilizaron
en mi contra.?
¿Qué tantas profirieron
para hundirme...?
¡ Soy culpable lo
reconozco por amarte!.
¿He de pagar con
mi libertad acaso ese amor perdido?.
o quieres a cambio
mi vida...
Tómala, como dijera
el poeta:
de todas maneras
la tengo perdida.
Nadie podrá ayudarme.
¿ Salir de esta
agonía infinita?;
moriré de amor en
esta celda,
moriré sin que tú
lo sepas
más pronto de lo
que tú al cielo imploras...
moriré de ausencia
sin mis hijos y sin ti.
¿Qué más puedo esperar?,
si son mi vida y
mi muerte.
si son la razón
de mis días.
15. DOCENA DE VERSOS
Una centena de versos
escribí sin pausa en la celda;
una docena de recuerdos
me rondan todavía.
Una docena de marcas
Una docena de cicatrices
signaron mi cabeza calva.
Una docena de versos
Una docena de suspiros
sin pena ni gloria.
De qué me sirvió
entregarme del todo;
de qué darte cuanto
fui.
Me has tirado a
tu antojo como quieres,
lejos, tan lejos
de tus sentimientos.
Tal vez salga un
día
tal vez esta jaula
se abra
ansío con toda mi
alma
volver a luchar
por los míos;
si estas rejas no
se abrieran
si estas rejas no
me tragan
estaré en pie y
de pie he de morirme.
16. A NADIE CULPO
Herido y en la celda
pasé toda esa noche
nadie vino a verme
mientras sangraban
mis heridas abiertas.
Tragedia compartida
no existe todavía
huellas en el prado
de mi casa
hay rastro de mi
por todas partes.
¡...vaya si los
humanos supiéramos
del valor escondido
en las personas!
aislados, tirados
remansos de historias
a quién contarlas.
Ondean las banderas
de las glorias incógnitas
escudos escondidos
en armarios se mohosean
mapas, signos, planos,
procesos, páginas,
volúmenes enteros
sin que nadie sepa.
Así fue mi paso
por la cárcel de Villa de Rosario
mi bandera mi recompensa
llegará a su debida
hora.
No habrá para entonces
culpables
por desconocer todos
mis derechos
los ultrajes proferidos
contra mí,
irán conmigo hasta
la tumba.
a nadie culpo de
la escalada proferida
mi inocencia, mi
grado de culpa, reconozco
por seguirla amando
tanto.
Por amarla todavía.
¿Qué saben de amor
los policías?,
¿Qué saben de amor
los jueces?,
si da pena mi pena
contarla a desconocidos...
Callaré; en silencio
escribo
por ser quien soy
y seguir soñando
por ella.
Si de liberarme
fuera,
llevo conmigo por
todas partes esta celda.
17. MIS PALMERAS
Y ESA NOCHE
¡...Noche !.
Era de noche esa
noche grave
el ciénego pegado
a la grama
la grama metida
entre mis pasos
mis pasos torpes
empapados de alcohol;
fermento de intenciones
por volver con ella
en mi cabeza.
Rabia de intenso
dolor al verla
envuelta en la desnudez
de sus pasiones;
babaza en la palabra
untada de besos frescos.
Tristeza en el alma
me costó al verla,
parada en el umbral
de la que fuera
nuestra casa.
Probé esa noche
noche oscura
noche grave;
noche de tragedia.
Empapado me dejó
por venir a verla
bañado en mi propia
sangre;
la alfombra, las
baldosas de la sala,
la verja salpicada
al marcharme en la patrulla.
Herido por dentro
herido por fuera
y el honor herido;
herido de muerte.
Completamente herido.
Mi piel destazada
como una presa de animal salvaje
vestido de rojo
carmesí el manto de la noche;
la patrulla ululaba,
ululaba a esa hora,
hora grave de la
noche.
Como gemía el viento
en los limones de la cerca viva,
gemía aquella noche,
noche grave.
Levantados como
un escuadrón de centinelas
los vecinos al lado
y lado de la vía
me vieron sin mirarme.
Dos palmera gigantescas
y otra enana
de frondosidades
sin igual
las que yo sembrara
en el patio
de la que fuera
mi casa;
nuestra en otra
época.
...Esas dan cuentan
de mis tristezas
de mi sangre, de
mi ausencia.
De la noche salpicada
por la tenue luz,
de constelaciones
revueltas.
De la luna manchada
con mi sangre.
De mi sangre bañada
con la luz
de mi única estrella.
sólo ellas, y las
palmeras darán cuenta.
18. RADIOGRAFÍA
DE LAS CELDAS
Sonrisas apretadas
entre los cerrojos;
manos confundidas
incontables.
Ojos como escamas
de dolor humano
sobre narices de
fantasmas que se mueven.
horror, miedo, espanto,
OH, habitantes de
las celdas:
pavor, hedor, humedad
de establo.
¡...OH, rostros
de calaveras animadas!.
Barbas pegadas en
desorden con punzones de olvido;
abandonadas caras
largas de largas barbas,
estiradas informes
como larvas.
Ensortijado aliento
en los bostezos de vaho trasnochado,
ojos. Ojos tristes,
ojos dormilones de enfermo
ojos lagañosos, ojos de profundidades escondidas,
ojos de miedo y
de rabia.
Piel color de muerto
abandonado,
uñas en las manos
y en los pies como garras.
Dedos entrecruzados
repletos de asquerosidades
para conjurar la
mirada de los guardias.
Celdas con olores
nauseabundos
de pútridos eructos
hedor a comida fresca
celda abarrotada
de angustias
repletas de indiferencia.
Injusticia pegada
entre sus muros;
murmuraciones y
consejas secretas.
Ventas solapadas,
tráfico de intimidación,
disputas y puñaladas
traperas.
enemigos de momento,
enemigos de por vida.
Mientras afuera
el aire buja en turbulencia
y se mete por tubos
invisibles a las rejas
trayendo los sonidos
de los pájaros
para revolverse
con todo:
malos olores, pedos,
eructos.
Ojos clavados en
el sexo del mismo sexo,
violaciones, hurtos,
extorsión y ruegos,
ayee en la noche,
ayeé sin auxilio
...ayee y después:
'un muerto'.
Otros mal heridos...
ningún culpable.
así se sobrevive
o se muere en las celdas,
sin que rediman
a inocentes o culpables,
sin que enderecen
voluntad alguna.
19. GUSANOS AL FIN
GUSANOS
Gusanos verdes mirando
a la tarde
gusanos blancos
raquíticos de ojos grandes
gusanos adornando
el cuello de corbata
gusanos de oro culpable
crisálida
gusanos entre las
rejas a la espera interminable de un juicio
gusanos al fin seremos
todos
gusanos verdes de
uniforme mente
gusanos blancos
de cuello impecable
gusanos de corbata
van y vienen
gusanos tras el
oro para cobrarse la libertad del gusano culpable
gusanos entre las
rejas culpables e inocentes
gusanos alimento
de gusanos
gusanos humanos
siguiendo el círculo de la injusticia
gusanos comiendo
del gusano caído en desgracia.
20. IMPUESTO AGONÍA
IMPUESTA
Amotinados como
aves en galpón de engorde
revolviendo el odio
entre polvo humano
sorben todos del
aliento de los otros
sopor, cacique señor
de la celda.
impuesto al que
llega impuesto a la fuerza
impuesto al que
llega impuesto al que se ausenta
siempre se paga
un impuesto en la celda
impuesto por el
centímetro de espacio
impuesto por dejarle
pasar alimento
impuesto a la fuerza
si quiere conciliar el sueño
impuesto si al despertarse
desea estirar las piernas.
Impuesto para hacer
del cuerpo
impuesto para bañarse
impuesto con imposición
a cuanto se hace.
21.FLUJO Y REFLUJO
Salen unos pocos
llegan otros muchos
comen del que llega
comen de quien se
va
siempre come el
guardia
siempre come el
holgazán
cadena interminable
fatiga en el reposo
dormir sin sueño
agonía sin pausa
sin estar enfermo
el recluso siempre
sufre.
afuera nadie sabe
del tiempo
el tiempo es otro
aquí
el tiempo en la
taberna pasa de prisa
el tiempo en la
celda se detiene.
el día y la noche
son iguales en apariencia
las noches y las
noches
son noches sin estrellas.
el aire el sarro
y el humo se confunden.
el orín, el sudor
de los cuerpos
la mierda y la sangre
huelen a lo mismo.
días y noches fatiga
en el reposo
agonía sin pausa
es la del recluso.
22. CALABOZO CUANTO
QUIERES.
Dejarse conocer
al desnudarse en público
en la ducha, en
el baño en el patio.
descubrirse al otro
por completo
quedar al descubierto
ante esas miradas
conocer la historia
de esos cuerpos
saber la otra historia
que se guardan
se vuelve necesario
descifrarlo todo
hacerse el aliviado
si está enfermo
hacerse el enfermo
si está fuerte
sonreír disipar,
aprender a fumar cigarro
y entre tinto y
cigarro sonreír llorando
cuantos días cuantas
noches cuantos rezos
cuantos madrazos
cuantos hujueputazos
llanto, OH, calabozo
enigmático.
si me detienes,
si me contienes
dime cuanto quieres
para dejarte.
23. LA VISITA
Lo más duro al recluso
la visita
el abrazo del amigo
o de quien llegue
el beso, la lágrima
cristalina que no falla
en ese instante
de la vida el corazón se oprime
destila el alma,
se humedece sin quererlo
enjuga esa agua
bendita a una pena
se repite al despedirse
se vuelve a empapar
el sentimiento
en cada beso de
llegada o despedida
se repite, cuantas
veces lo mismo se repita
en cada hombre o
mujer que se visita.
24. DEL PATIO A LA JUSTICIA
Al llegar al patio
confusión primaveral
notas escondidas
musicales en los labios
rostros fruncidos
con penas a cuestas
hombres mujeres
sin prosapia.
Los abogados por
dinero gritan afuera
inocente eres cuánto
tienes y te salvas
saldrás mañana mismo,
y pasan los años
y los bolsillos
rebosan de tarjetas personales.
Nuevamente, la voz
del abogado:
mañana sales. Tú
no me lo habías contado todo
no me había contado
la verdad completa
ahora si tengo como
sacarte de aquí.
Dame lo que te queda,
dame cuanto puedas
dame tus bienes,
a tus hijas y a tu esposa
dame garantías que
mañana sales
mañana nos vemos
en la sala de tu casa.
Historias semejantes
se confunden
historias de horror
y risa a diario
cada cual de nuevo
en la tarde a su celda
y los abogados a
sus farras y parrandas.
El presidiario a
su celda, la prisión es su casa
el abogado a sus
acostumbradas mentiras
sin que haya revisado
siquiera el caso
cuánto tienes cuánto
vales como la canción.
No sabes cuanto
vales ni el precio de la libertad
en la cárcel siempre
es alto. Ojala y si caes
que no espero para
ti ese infortunio.
tengas como comprarte
un abogado honesto
date prisa en encontrarlo, pocos quedan.
si es que quedan
todavía los llamados buenos.
25. MIENTRAS YO
SIGO.
En viendo llorar
a algunos sus desgracias
me dediqué a escribir,
escribir sin pausa
aquí se conoce la
otra cara de la gente
aquí el que es líder
sigue su liderazgo
el que es flojo
se acobarda y se aflige aún más;
más yo sigo frente
a otra hoja en blanco
llenándola de líneas
vividas por los humanos
que con sus errores
han tejido sus desgracias.
mientras yo sigo
frente a una nueva hoja en blanco,
y otros siguen conmoviendo
al mundo con su llanto.
26. LA CELDA ES
UNA FERIA
Historias tan curiosas
quien creyera
casi todos cuentan
inocencias
gritan al ver llegar
nuevos condenados
hay algarabía y
fiesta en el tumulto
hay soledad en los
seres asustados
como perros espantados
con agua fría
se ven enjutos temblar
de miedo y rabia
así el que llega
trae soledad compartida.
allá en la celda
hay feria de tristezas
los antiguos cobran
al que llega
con ese dinero pagan
su miseria
los guardias se
hacen los pendejos.
...Le vendo el parche
en diez mil pesos
quítese esos zapatos
que ya los tengo vendidos
bájese del reloj
que se lo tengo prometido a mi cucha
déme esos pantalones
porque me quedan buenos.
De esta feria todos
participan del botín
es la feria de la
descomposición humana
es la feria donde
la desgracia tiene precio.
¿Qué sabe de esto
el gobierno?
Qué puede importarle
a los señores del parlamento
que puede interesarle
a los curas y a los pastores
si del recluso comen
todos ellos, doctores y reverendos
más su hambre sigue
insatisfecha en la feria de tormentos.
27. AMANECERES
Amanece del primer
día
no se acostumbra
el hombre
molido, ultrajado,
de vejámenes repleto
por ecos ensordecedores
en la celda
humo de cigarros,
cerillos encendidos
humedad con olor
a orín trasnochado
olor a mierda seca
y siempre es ella
cagada la cadena
y los candados
inmundicia, olor
a esa palabra
cubriendo los rincones
en la celda
cucarachas humanas,
ratas de dos extremidades
purgando condenas
impagables
se es amigo o enemigo
de ellos
en la primera mirada
que uno cruza
amigo o enemigo
desde el comienzo
fastidioso a leguas
en el primer bostezo
el sonido de los
pasos tiene nombre propio
el ruido en el andar
el sobrenombre.
Una caricia voluntaria
e involuntaria
un roce insinuante,
una pernada,
exhibicionismo con
sus penes erectos
exhibición en los
culos de las hembras.
piropos y miradas,
besos al aire
celos y riñas pasionales
sin importar el sexo
la condición o la
prosapia.
28. HASTA CUANDO
Entre silencios
sórdidos y eternos
siento voces insinuantes
untadas de estiércol
fricción de alientos
trasnochados
impregnados de gotitas
de aire mal olientes
palabras vacías,
frases sin credibilidad ninguna
cuerpos sin espíritu
por dentro.
Maldición. Reiterada
palabra que pronuncian
OH, Dios hasta
cuando, hasta cuando ....
Pero sigue la quietud
como sombra espesa
para cubrirlo todo.
Renegar del destino
y de la vida escucho
lamentarse en voz
alta aturdidora
repasar el diccionario
de las glorias
traer a la memoria
la figura de la madre
OH, Dios hasta
cuando, hasta cuando, hasta cuando.
29. DEL TIEMPO Y
LAS HORAS
Aquí se ha metido
conmigo el tiempo
han condenado a
las horas a que paren
metidos están dentro
de mi encierro
el tiempo, el medidor
eterno y las horas.
Han encerrado en
mi celda
a la musa conmigo
y no me deja;
me acompaña, me
anima a escribirles
a quienes se quedan
encerrados.
Mañana parto;
mi pena en cinco
días concluye.
Amalaya vislumbrar
mi suerte afuera
del patio.
Pagué en corto tiempo
larga pena
aprendí a saborear
el hierro
como el caballo
mastica el freno de acero
el freno del caballo
es lo que al recluso.
Ya mañana parto
y me llevo en
hojas de cuaderno
escritos mil poemas.
Mil rostros nada
ajenos a sus tragedias
nada inútil fue
mi paso por la cárcel.
Rostros de inocentes
quedan allá metidos
por falta de dinero
de influencias o de amigos
en mi caso haber
sido ex-candidato a la presidencia
me rodeó de privilegios
y ese es el camino.
La cárcel es para
el pendejo
para quien no tiene
dinero ni amigos.
La cárcel se traga
en un descuido por igual
al inocente o al
culpable.
De mi paso por la
cárcel dejo memorias, no lamentos;
pero, ese no es
el caso del común de las personas;
no escriben, no
cuentan lo que sufren entre rejas.
Cárcel me faltaba
para completar mi obra,
ya con este poema
la completo.
30. HOY SALÍ DE
LA CÁRCEL
No guardo rencor
en mi alma;
no tengo intenciones
retorcidas,
no aprendí a odiar,
ni he cambiado.
Soy como antes,
con más experiencia por la vida.
Aprendí algo nuevo
para mi libro.
Siempre estuve sereno;
siempre tranquilo.
Amigos hice en cada
patio donde estuve,
amigos dejo en todos
ellos.
Alcancé a leerles
en las noches
los versos que escribía
de día
o en las tardes
después de almuerzo.
Mis poemas no estuvieron
presos,
mis versos dieron
libertad a los reclusos.
31. LA LEY TIENE
TÉRMINOS
Habeas corpus y
un fiscal
me han concedido
la salida
setenta y dos horas
las cumplí
desde hace muchas horas
por más que mi ex,
quisiera
no me podrá imputar
delitos.
Está a sus anchas
con su amado
mientras yo en el
encierro
hasta hace unos
minutos;
todo tiene un término
en este mundo
y el mío está cumplido.
El fiscal Geovanny
no aceptó acusaciones
por más que la doña
pagó abogados para hundirme
los delitos imputados
en mi contra, no existen.
"Daño en bien ajeno" en mi caso no es posible.
Al caer de espaldas
perdida la memoria
y en estado de inconciencia;
debí pagar condena
enjaulado
como una mirla que
la toman por sorpresa.
Aunque cambiaran
la versión
al darme por muerto
en esa noche
pues dieron me por
muerto
estoy seguro quienes
me recogieron
moriría en ese estado
de abandono,
abandonado a mi
propia suerte
por anemia aguda
moriría encerrado.
El muerto nada habla,
el muerto nada dice.
desde la tumba
poco o nada puede
aportarle a los vivos.
Por fortuna al amanecer
del otro día
inmóvil en medio
de un charco de sangre
pude recobrarme
a pesar de mis heridas.
Aprovecharon se
de mi estado lamentable
para sembrar de
dudas un proceso inútil,
a la luz de la noche
cotejaron cuanto hicieron;
aprovecharon se
si, de mí, por los confusos hechos.
Me llevaron preso
e incomunicado.
No me dejaron ver
a mis tres hijos;
nunca tuve visita
de ellos en mi celda.
Sobraron me los
amigos y conocidos;
hice en ese camino
a quienes no olvido.
32. DE LOS DELITOS
EN MI CASO
¿Acaso es culpable
el transeúnte señor juez
por caminar ebrio
por la calle?
¿o es culpable el
soterrado enemigo
disfrazado de hermano?.
Aprovecha del paso
del intruso por su lecho
para empujarlo al
abismo.
¿Acaso es culpable
señor juez
el agredido en este
caso?
¿podrá imputársele
montón de cargos?
Si al rodar su cuerpo
por el abismo
arrolla sembrados
y labranzas,
techos, ventanales
y utensilios;
rompe cuanto se
atraviesa a su humanidad veloz
y en el ciclón humano
pierde la conciencia.
Es lícito señor
juez:
¿Encima recaerle
sobre su trágica agonía
con todo el peso
de la ley, cual ley es esa?
condenarlo a prisión
en estado de inconciencia.
33. VIEJAS SON MAÑOSAS
Señor fiscal plausible
su proeza;
benditas sean la
yema de sus dedos,
encallecidos de
teclear sin pausa
durante días completos
de labores.
Recibir y escribir
con torpeza
mil declaraciones
de inculpados
sobre tan antigua
herramienta.
Borrados tiene los
signos,
borradas las letras
en cada tecla;
no vi números en
ella.
La justicia cojea...
y la vieja máquina se atora
¿Acaso quería el
esperpento obedecerle?
rechazarse a seguir
escribiendo más procesos
pude notarlo en
cada tecla oxidada
vaya labor dura
la de los jueces.
...Se resistía por
la voz apagada
del sonido emitido
en cada golpe
la noté cansada y exhausta.
Descanso para la
pobre máquina,
jubilación o menos
trote,
eso trataba de decirle
al funcionario.
pero me interfería
el trique traque
de la voz ruidosa
de la vieja máquina.
Vi aquella tarde
colmada la paciencia.
Del señor fiscal
guardo esa imagen
hacerla escribir
sin parar era su meta;
pues se hacía tarde
y mi libertad
no debía dejarla
tras las rejas otro día.
No entiendo como
los gobiernos
hacen trabajar a
un joven fiscal
encima de una vieja,
tan vieja máquina
En plena era de
los sistemas y la informática.
No sé si es la más
vieja
entre las antigüedades
del planeta
pero cansada se
negaba obedecer
más el fiscal por
su juventud
lo vi galopar sobre
sus teclas
y a fin de todo
risa y risa.
Me pidió concluyera
mi relato
...Por favor me
dijo:
si me está dictando
un libro
dejémoslo para después,
concluyamos aquí
la diligencia
firme aquí y queda
libre.
Le estreché mi mano
y le prometí
escribir de esta
diligencia al mundo
ojala al Fiscal
de Villa de Rosario
le regale el pueblo
un portátil o una Nueva, buena.
Para que reemplace
esa vieja... máquina,
que se lleva a todas
partes en su moto;
interesante de todos
modos
inseparable compañera,
comprenso porque...
para cumplir sus
diligencias,
que para colmo de
males
se le encaraman
los tipos de lo vieja.
justo ya señor gobierno
dotemos a la justicia
de nuevas y mejores
herramientas.
34. EL AMOR PREVALECE
Prevalece el amor
al odio
no claudica, persevera.
es eterno y olvida;
perdona, no guarda
rencor.
...Y mi amor por
ella y por mis hijos,
no lo destierra
el orgullo
ni su indiferencia
pasajera;
no hecha raíces
el odio en mi terruño
Es infértil a todas
estas.
Mi tierra para cultivo
malsano no es propicia;
no es apta para
cultivar abrojos.
Estoy hecho de buena
capa vegetal;
sólo brotan de mi
corazón viñedos y trigales
corre por mis venas
el agua cristalina
y en mi ser elevadas
cordilleras de amor inagotable.
Saltos de bendiciones
para mojonar de perdón al mundo
caminos de gloria
para transitarlos de la mano en familia
remansos de perdón
para olvidar estos cinco días absurdos
espacios anchos
para surcar los cielos como golondrinas.
35. RELOJES DE ETERNIDAD
Otras navidades
de calor y lucecillas,
otras noches buenas
veo llegar;
otros tiempos a
mi favor me esperan,
tiempos de pan para
mis hijos y ella.
Días de reconciliación
eterna .
Pan para partirlo
de nuevo en nuestra mesa
vino para embriagarnos
de la dicha completa;
agua para lavar
los pecados que nos permitimos.
Días primaverales
vendrán,
los veo claramente
llegar
amarrados a relojes
de eternidad
con incrustaciones
de paz en su tablero.
Manecillas de esperanza
y felicidad perpetua.
Minuteros de caminos
tan amplios como el día;
marchando al ritmo
del corazón de la familia,
días con sus noches
de felicidad completa.
Palmeras y noches
con estrellas
por siempre amigas,
inseparables nuestras
para siempre de
nuestra reconciliación
del amor que no
termina.
FIN